Marianico el Corto

Maño de nacimiento, el humorista Marianico El Corto sigue cosechando éxitos. Colaborador en numerosos programas de la televisión nacional (como el recordado “No te rías que es peor”) enlaza su humor con el teatro y las galas.

“La historia sobre un satélite ruso me dio la posibilidad de entrar en esta profesión”

Marianico el CortoInmersos ya en una Zaragoza pre-fiestas del Pilar, acudimos a la cita de Marianico el Corto en el Teatro de los Jesuitas – El Salvador, donde cada año se representa una obra, y en esta ocasión se trata de “Un maño en Nueva York”. Tan solo con estrecharle la mano, su acentuada naturalidad marcó el compás de la entrevista “Es un placer tenerte aquí”, dijo, confirmando la total predisposición para con nuestra revista.

Marianico el Corto es todo un baluarte aragonés, su humor va más allá del propio sabor de la tierra. Se inició en este complicado mundo por pura casualidad, y, desde entonces, no ha dejado de hacer sonreír a varias generaciones. Inmensamente humano, Marianico el Corto, en su ruda figura descansa un torrente de sensibilidad.

¿Cómo fueron tus inicios en Radio Zaragoza?

Pues… Yo trabajaba de vigilante en una empresa y coincidió con mi cumpleaños. Pedí a ver si podía contar algunos chistes, el locutor, un poco quemado de escuchar siempre lo mismo no puso muy buena cara pero, vio mis ganas, y la posibilidad de hacer algo diferente. Le dejé el teléfono y a la hora me llamó. Recuerdo que conté una historia sobre un satélite ruso que iba a caer en la tierra y recité una especie de pregón, al momento, comenzaron a llamar a la emisora interesándose por mí. Estuve seis meses participando en el programa junto a mi amigo Ignacio Moreno.

Te has hecho a tu imagen y semejanza, es decir. No había casting en Zaragoza que se te resistiera, pero ahora, al cabo del tiempo. No te has preguntado…..¿qué ha pasado con el mundo de las Variedades y la Revista?

Muchas veces me he hecho la misma pregunta. Existen empresarios que todavía creen en este género, pero que duda cabe que el mundo de las Variedades, el de la Revista vive sus horas bajas debido a la costosidad de las puestas en escenas, ya me entiendes… Es un poco arriesgado y complicado poner en marcha un proyecto de esta índole. De todas formas sigo creyendo que La Revista nunca morirá.

Tuvimos el placer un año más de verte actuar en el Centro ¿Cuál ha sido la impresión que te has llevado?

Me encanta estar con vosotros y repartir un poco de alegría. Cada cual sabe los motivos que le han llevado a perder la libertad pero no por ello dejan de ser personas. Para mí ir al Centro de Daroca representa toda una responsabilidad. No se ven tantas mujeres -se ríe- pero me parece motivador recibir el cariño de todos.

Gran artistaMuchos años subido a un escenario, eso sí que es una responsabilidad. A ti se te ve una persona muy tímida, me imagino que el aplauso es el mejor bálsamo…

Muchos dicen que es el pan del artista. Ahora en serio, es algo que te motiva. Mira. Cuando el público aplaude es que ha existido conexión. La complicidad que todos los artistas necesitamos.

En medio de tanta modernidad y tecnología ¿Qué lugar crees tú que ocupa el humor?

El humor es cada vez más necesario, mira el ritmo de vida en el que vivimos. Los informativos machacando al telespectador con sus noticias a cual más cruenta y dolorosa, claro que hace falta el humor, cada día más.

Te voy a poner en un pequeño aprieto ¿Gila o Eugenio?

¡Vaya con la preguntita! -se ríe con ganas- Su humor es totalmente diferente. Gila era un historiador del teléfono y Eugenio el hombre serio. El genio pausado.

Recuerdo que en una ocasión trabajé aquí con él. Mientras yo en media hora contaba cien chistes, Eugenio hacía veinte -risas de nuevo- y le decía que yo tenía que cobrar más. Fueron buenos momentos. De los dos se puede aprender, han sido artistas como la copa de un pino.

Ahora anda de moda eso del Club de la Comedia ¿crees que están dando a luz un nuevo estilo de humor?

No creo que se haya descubierto nada nuevo. Todos los artistas que pisan un escenario improvisan, bien contando chistes o historias, eso es un monólogo comparable con El Club de la Comedia.

La razón del humor es hacer reír al público y da igual hacerlo desde un chiste que con un monólogo ¿no crees?

Estoy contigo. Ahora están de moda técnicas como la Risoterapia ¿esto significa que hay escasez de risa?

Lo hablábamos antes. Reír relaja a no sé cuántos músculos de la cara, favorece la circulación sanguínea y ayuda al corazón. Ahora ya es científico, que lo dicen los risoterapeutas. ¡Chico que sí, que es primordial que la gente se ría!

 Estoy pensando que no sería mala idea pertenecer a La Seguridad Social y ésta nos llamaría cada vez que se necesitase “La risa en casa”.

Esa ha sido buena. Antes hemos hablado de cómo comenzó todo, pero si tuvieras que denominar un factor como el principal ¿por cuál te decantarías?

Casualidad, eso es. Mira; yo he sido un tío cachondo desde muy pequeñito. Algunos de los que lean esta entrevista se acordarán de Joselito, él cantaba una canción llamada “La Campanera” y yo le imitaba. Teníamos el mismo timbre y en cuanto los vecinos la oian de mi voz iban en busca de la emisora creyendo que se trataba del original. Siempre he tenido esta vena necesaria para seguir adelante dentro de este mundo y la casualidad ha sido muy importante.

Marianico en cartelQué grande esto del humor. A veces pienso si realmente existe un humor universal o por el contrario cada uno lo funda en su propia personalidad. ¿A ti te ha perjudicado la etiqueta de humorista-maño?

Yo creo que no me ha perjudicado para nada. Estoy orgulloso de poseer este acento. Me ha pasado, que ciertas personas, dicen que ridiculizo al aragonés, pero no es así.

Hago al campesino español pero con mi acento. Las historias que yo cuento pasan en cualquier parte de España y el extranjero.

Menudo fenómeno este José Luis Moreno, ya sabes. El de “Aquí no hay quien viva” ¿Tu crees que es un caso de pura suerte o realmente se lo ha currado?

José Luis Moreno siempre ha sido un gran ventrílocuo, de eso no hay duda; luego se hizo empresario y le ha ido muy bien. Yo me alegro de ello porque la suerte le ha venido de cara. Su serie “Aquí no hay quien viva” dio muchas oportunidades a jóvenes actores. José Luis es un fenómeno.

El humor; qué gran fuente de salud, sino que se lo pregunten a Paco Martínez Soria…

Otro grande. Un gran aragonés. Yo creo que a la gente le gusta nuestra manera de hablar, la socarronería que impera en lo que decimos. Por otro lado pienso que la obra de Paco Martínez Soria es imperecedera, tanto en el cine como en el teatro, pues no olvidemos que tenía su propia compañía de teatro con la que visitaba Zaragoza cada año, para las fiestas de El Pilar.

Y, además, es que sus películas no pasan de moda, y puedes verlas varias veces, cada una, sin aburrirte. Ésto es algo que no se consigue fácilmente.

Tienes razón.

Por cierto, hablando de comedias que no pasan de moda, recuerdas que hace un par de años te fuimos a ver en persona a Zaragoza en “Con 40 años y en casa. Óle mi niño”…

Sí, es cierto, aquella obra cada día está más de moda. Mi personaje era el de un padre atribulado, seguramente como muchos de los que en estos momentos están leyendo la revista. Vale que nosotros tenemos el deber de cobijar a nuestros hijos. Pero hombre, una vez que estéis preparados debéis emprender el vuelo.

Imagínate tú que en esta obra tenía un hijo de 40 abriles, profesor universitario, ganaba más dinero que yo y para más inri se pasaba todo el día de gorrón. Además, para llenar todos los colmos, mi niño pedía propina. La trama estaba en que el padre intentaba hacerle putaditas para que el ave saliera del hogar.

Este año representaremos otra distinta “Un maño en Nueva York”, que será igual de divertida o más y, además, enlaza directamente con el mundo de las Variedades. Tendremos un espectáculo completo, pues a la obra cómica representada por nuestros actores cómicos se sumarán, en distintos momentos, bailarines, músicos, cantantes, magos y muchas más sorpresas.

Marianico en acciónSeguro que nos sorprendes de nuevo. ¿Qué te parece si nos cuentas el último chiste?

El niño al padre: ¡Papá papá. Mamá se está tirando por el balcón! Responde el padre: déjala hijo mío que a tu madre le gusta mucho la calle…<risas>

Ja, ja, ja… ¿No crees que sería una interesante idea si se incluyera el humor como una asignatura optativa?

No sería descabellado eso que estás diciendo. Tener una asignatura donde el humor fuera primordial, ya sabes. La manera de recibir las cosas es muy importante. Tener la capacidad de que, en cuanto te viene  un estacazo, poder responderle con el humor. Como el vasco que se cae desde el décimo piso y se mete un golpe contra la acera, se levanta y dice: ¡Ay va. Si no hubiera sido vasco me mato! <risas> Hace falta mucho sentido del humor y me quedo con esa idea.

El humor de Woody Allen o Groucho Marx

Pues yo nunca he entendido muy bien el humor de Woody Allen, te lo digo en serio. Quizás sea un humor más cercano a los americanos. Sus películas son muy entretenidas pero no puedo ponerme en su lugar. Prefiero el humor absurdo de Groucho Marx, precisamente por eso, por lo absurdo que era.

No quiero jugártela pero, ¿cómo te gustaría ser recordado…?

¿Hablas de epitafio?…

Pues…

Me gustaría el de “Ha pasado a mejor vida”, y que digan todos entonces: “¡¡Joer, aún mejor…con lo bien que ha vivido!!”… No, mira., lo que de verdad me gustaría es que la gente dijera: “¡qué majete que era…!”.

Dejamos a Marianico el Corto, que quedó entre bambalinas, preparando la función. No quiso olvidarse de mandar un sincero abrazo a todos los internos del Centro de Daroca. Tengo la certeza de que atrás quedó un gran artista y una, aún si cabe, mejor persona…

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