Ángel Petisme: de madera y sal.

Ángel Petisme (Calatayud, 1961) es músico y poeta. Ha editado entre otros libros: “Buenos días colesterol” (Sial, 2000); “El cielo de Bagdad” (Xórdica, 2004); “Insomnio de Ramalah” (Eclipsados, 2005); “Cinta transportadora” (Hiperión, 2009, Premio Internacional Claudio Rodríguez). Como músico, destacan, en su extensa producción: “La habitación salvaje”, “Cierzo”, “Metaphora”, y  “Río Ebrio”. En noviembre publicará en la editorial ‘el ángel caído’: “Under Wood Songs/ El océano de las Escrituras” (con prólogo de Luis Eduardo Aute), una suerte de doble libro con CD, que recoge una nueva versión, ampliada, de “El océano de las Escrituras”, uno de sus primeros poemarios, y un disco en formato libro-disco, que rescata un trabajo de 1987 a 1989: en ambos se pueden rastrear los orígenes del inconfundible estilo actual de Petisme, en la escritura y en la música, vinculados a la Urbe y al Rock.

¿Qué hace que un artista en constante evolución decida reeditar un poemario y publicar –por primera vez– el primero de sus trabajos discográficos, ambos de finales de los ochenta?

El año pasado saqué un libro y un disco nuevo, así que ahora el corazón anda en  barbecho y surgió esta posibilidad. La idea fue de Adolfo Esdrújulo de “El ángel caído”. Ese libro apenas tuvo distribución ni eco porque los socios de la editorial  se estaban tirando los trastos a la cabeza, así que merecía otra oportunidad.   “Under Wood” no se puede definir como mi primer trabajo discográfico sino como una colección variada de canciones inéditas que grabé en el estudio y en directo con mi banda de entonces, “Los Sin Techo”. Por un lado estaba el espíritu de grupo y por el otro estaba naciendo el solista Angel Petisme.

Los poemas de ‘El océano de las escrituras’, los has revisado y has añadido poemas nuevos, bajo el título: ‘De vuelta al mar’. ¿Qué te impulsó a reescribir y a añadir?

Pues no sé, al leerlos de nuevo, lo primero que pensé fue: Este tipo se chuta y lo mezcla con tripis. No entendía nada. Si lo había escrito yo,  fue en “otra vida” (podemos vivir y morir unas cuantas a lo largo de 70 u 80 años). O reniegas de tu pasado o intentas comprenderte. Así que me puse el mono de fontanero y decidí bucear y reconciliarme con aquel chaval que tenía mis mismos apellidos y era un completo desconocido para mí. Básicamente arranqué maleza y algún verso que no aportaba nada. Abriendo cartapacios me encontré con poemas inacabados de entonces y me dejé llevar hasta incluir esos 15 poemas nuevos de “De vuelta al mar”.

‘Under Wood Songs’ es una colección de canciones grabadas a finales de los ochenta (algunas regrabadas, recientemente, para esta edición): ¿Se reconoce en ellas al músico actual?

Sí, me gustó comprobar que haciendo la gira de “Río ebrio”, mi disco del año pasado, me había vuelto tan eléctrico y “americano” como en aquellos años, aunque más tranqui, claro, porque entonces parece que no nos dábamos tregua ni necesitábamos hacer canciones lentas, jajaja.

¿Hay algún rastro de ‘la movida’ en el concepto musical del disco? ¿Crees que puede gustar a los seguidores de la estética de aquella época? ¿qué crees que pueden encontrar de interesante en él, los que escuchan tus últimos discos?

Yo llegué a Madrid en 1983, así que participé y viví aquellas noches. A la gente que me sigue le sorprenderá el tipo de canciones qué hacía, la forma de cantar más aguda y epiléptica, influenciada por los Talking Heads, los Cars, etc.

¿Cuál es la diferencia sustancial entre tu banda de entonces: ‘Los sin techo’ y la actual: ‘Los hijos del Cierzo’? ¿Rescatarías algo de aquella? ¿Añadirías algo a esta?

Había más descaro, salvajismo y la sensación de que cada vez que subíamos a un escenario sería la última. Ahora, somos más profesionales, equilibrados y estamos más gordos pero ganamos en efectividad sobre el escenario. No echo nada de menos.

¿Editar dos obras unidas en un mismo formato es una estrategia comercial? (algo así como el 2 x 1, en tiempos de crisis), o ¿hay razones artísticas para ello? ¿Crees que tus lectores pueden descubrir al músico y tus oyentes al escritor?

Estas dos obras son hermanas mellizas. Eran los poemas que escribía cuando pisaba los escenarios de Madrid y algunas de las letras de esas canciones son literalmente poemas musicados como “Vasos comunicantes” o “Tocado por el rayo” (tenía un aire muy a Triana y rock andaluz y opté por no regrabarla ni incluirla). Y luego muchos versos de las canciones recuerdan a los versos del libro o están entresacados de ellos.

¿Cual es el espíritu que impregna ambos trabajos? ¿Hay una temática predominante o se trata de creaciones eclécticas?

Creo que en ambos hay una persecución común: la búsqueda de un lenguaje musical y literario personal. Y en el fondo, hambre insaciable de vivir. Por aquella época yo me estaba separando y no andaba fino. Por eso elegí la cita de Giono: “Yo también he tenido mis experiencias, y te digo que debes cerrar las heridas. Si cuando llegues a hombre tú sabes estas dos cosas: la poesía y la ciencia de extinguir heridas, entonces serás un hombre.”

Estamos ante una edición muy cuidada, con un diseño muy atractivo, ¿eres de los que se preocupan por los detalles o dejas hacer al editor?

Todo me preocupa. Si te esfuerzas por hacer buenas canciones y poemas, ¿por qué presentarlas de cualquier manera? Tengo la suerte de topar con editores con gusto e inteligencia que escuchan y dejan hacer. Comparto mis dudas y hallazgos con ellos. En este caso le pedí que Agnes y Jota, de Dos Cuartos comunicación,  diseñasen todo. Confiaba por completo en ellos. Son increíbles para  transformar tus ideas y tu música en imágenes. Los mejores, fantásticos y llenos de frescura.

De tus andanzas y de tus libros se desprende, enseguida, tu vocación de viajero y tu amor por las zonas más castigadas del planeta, pienso, por ejemplo en tus viajes a Bagdad, Tinduf o Gaza. ¿Necesitas de estímulos como el peligro o la escasez para escribir y componer? ¿Praga no te inspira?

Hay un poema titulado “Praga” en “Cinta transportadora”, jajaja. A veces, bromeando, suelto en alguna entrevista que como no debo tener nada dentro, tengo que salir fuera a buscarlo. Pero no es cierto. La ciudad siempre es la misma, como dice Kavafis. Si vas jodido a los Mares del Sur regresarás igual o peor.  Uno tiene que aprender a encontrar belleza e instantes de felicidad donde está , aunque sea el mismo infierno.

En ti coexisten el ‘songwriter’, –para usar una terminología que te viste mejor que la de cantautor–, por un lado y el poeta por otro. ¿Cómo vives esa particular ‘esquizofrenia creativa’?

En mi caso son complementarias, me gusta poder trabajar con dos lenguajes diferentes como lo son la música y la escritura. Cuando una me abandona me refugio en los brazos de la otra, así que no tengo tiempo para deprimirme. Sólo la siento como esquizofrenia cuando una de las dos te roba tiempo para hacer la otra. Como ahora, que estaba casi acabando un libro nuevo y me toca tener que salir a vender crecepelos por la carretera, vamos, a promocionar el trabajo porque si no, no existe.

Llevas 25 años en la escritura y en la música, 13 libros, 12 discos, tienes lectores y oyentes fieles, pero no un éxito rotundo -de hecho titulaste uno de tus discos ‘Éxitos secretos’-: ¿te sientes un artista maldito?

No, para nada, maldito es un condenado o castigado por los hombres o la justicia divina. Me siento bendito y bendecido por esa gente fiel que me sigue desde hace tiempo. No sé por qué el éxito siempre se mide en términos cuantitativos. De haber tenido ese éxito “rotundo” probablemente me habría dedicado hace tiempo a la cría de cebollinos. Nunca lo he buscado; para mí el éxito es poder seguir expresándome y comunicándome con mis canciones y poemas desde hace un montón de años. En Estados Unidos un artista con 1000 fans puede vivir de la música, girar y hacer conciertos mucho tiempo. Ser minoritario te da mucha libertad de movimiento y eso también es calidad de éxito.

Aún está reciente el Premio Internacional Claudio Rodríguez de poesía, galardón que obtuviste con tu poemario ‘Cinta transportadora’: ¿has notado si el poeta mira por encima del hombro al músico?

Ja,ja,ja, los dos se respetan, se quieren bien y se necesitan el uno al otro. Recuerdo que hubo un tiempo en que el poeta estaba en la sombra mientras el músico recibía los focos.

¿Autoproduces tus discos por necesidad o por independencia?

En su momento, cuando pedí la carta de libertad en Fonomusic en 1995, la necesidad me obligó a autoproducirme.  Enseguida me di cuenta que no soy un tipo dócil para tragarte las ruedas de molino que implica pertenecer a la industria. Mi independencia me la he ganado con  trabajo y años. Ahora no renunciaría a ella ni “jarto” de millones.

Los pocos que viven de la música generalmente lo hacen con holgura; en el otro extremo están los músicos que apenas sobreviven o tienen que compaginar la actividad musical con otras. ¿Cuáles crees que son los motivos para que muchos músicos de calidad no puedan disfrutar de unos ingresos dignos, siquiera a la altura del ciudadano medio?

Hace un par de años te hubiese hablado de que nos ha tocado nacer en un país sin   educación musical ni cultura para saborear una pieza que dure más que un politono. Te hubiese recordado que la Ley de la Música estaba en el programa electoral del PSOE y se ha quedado en humo; ese proyecto habría sentado los cimientos para que la precariedad en la que nos movemos fuese desapareciendo. Pero ahora me parece que somos tantos los españoles que no pueden disfrutar de unos ingresos dignos y merecen un respeto y un trabajo…

Aún siendo español y maño, tu estética es más anglosajona que hispana: ¿por qué artistas te reconoces influido ¿alguno en lengua española? ¿‘Firmarías’ alguna canción de los llamados ‘cantautores’, de tu generación?

Buff, supongo que me ha influido aquello que he escuchado más. Talking Heads, Lou Reed, Tom Waits, REM, Bowie, Nick Cave, Leonard Cohen, Billy Bragg, The Doors, Dylan, Neil Young, Battiato, Paolo Conte, Brel. Españoles, Radio Futura. Y por supuesto, Aute.

Participaste en el disco de homenaje a uno de los animales sagrados de la canción: Jackson Browne. ¿Qué destacarías de la experiencia? ¿Te sientes cómodo interpretando a otros autores?

Fue estupendo recrear “Call it a loan” de Browne y David Lindley. Alberto Manzano y yo la llamamos “El juego que me perdió”. De pronto Jennifer Warnes –colaboradora en discos de Leonard Cohen o Joe Cocker, entre otros-, y amiga de Jackson, se ofreció para hacerme voces desde Los Ángeles. Y ya fue la repanocha cuando conocí personalmente a Jackson y me invitó a cantar con él en Madrid cuando vino de gira a España. Unas navidades me mandó una lata de galletas de jengibre que se deshacían en la lengua.

Me gusta hacer mías canciones de otros, sí, hasta el punto de que al escucharla parezca compuesta por ti. Detesto los covers y los duetos.

He grabado versiones de Paolo Conte, Vinicio Capossella, Labordeta, Ixo Rai, la Balada de Sacco y Vanzetti de Ennio Morricone y Joan Baez o canciones populares como La llorona .Y luego en conciertos he cantado temas de Tom Waits, Víctor Jara, Dylan, Aute…

¿Ser de la tierra de Buñuel, Goya y Labordeta marca? ¿Qué destacarías de cada uno estos tres artistas?

¿Que si marca? A fuego y sangre, tanto cierzo y desierto nos hace así: cabezotas,  profundamente individualistas y universales o con la boina a rosca. Tú te bajas por esos secarrales y páramos del demonio a Fuendetodos o Calanda y alucinas cómo de allí pudieron nacer tipos tan increíbles. De Buñuel me quedo con su sentido del humor y su visión de la muerte, la fe y el sexo. De Goya con el misterio, la noche, la crueldad, su sueño de la razón y esa imagen del padre Saturno devorando a sus hijos, metáfora de Aragón. Y de Labordeta, qué puedo decirte, fue uno de mis dos padrinos (el otro fue Aute) en esto de la música. Siento muy cercana todavía su pérdida y me quedo con el hombre: divertido, utópico, dando lecciones de dignidad sin pretenderlo hasta en su muerte. Me vienen a la cabeza muchos momentos que pasé junto a  él. Y fue muy emocionante estar en su capilla ardiente y ver nacer hora tras hora el mito.

¿Qué canción y qué poema de tu producción recomendarías a alguien que no te conoce, como punto de partida de un viaje hacia Petisme?

“Golpes de mar” o una movidica como “El tranvía verde” o “Dos bicicletas” como canciones, quizás.

Y poema, pues cualquiera de estos últimos de “De vuelta al mar”como ese que empieza “Me olvidé de morir…”.

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2 Comentarios

  1. Me parece una entrevista estupenda. Enhorabuena al autor/a de la misma: ahondar poco a poco en el artista, mientras se va trazando una semblanza del mismo, sin que casi se note. En serio, me ha gustado mucho, como periodista, y como lectora. Hoy día, en líneas generales, no se ven entrevistas buenas, que mantengan la atención, y, siendo escritas, esa atención cuesta mucho más mantenerla. Y, además si un buen entrevistador tiene la suerte de que el entrevistado sea un buen comunicador, como es el caso de Ángel Petisme, tiene ya la mitad del camino andado.

  2. Suerte Angel.Creo que en Aragón tenemos uno de los mejores poetas dentro del panorama español y que me da la sensación que aquí no está lo suficientemente valorado.En su faceta como cantautor tuve la suerte de conocerlo en Tarragona en la Universidad Rovira i Virgili haciendo de técnico de sonido con mi equipo porque el de la Universidad no funcinaba.Desde aquel día hemos mantenido buena relación y he musicado algunos de sus poemas.Es duro vivir de esto,pero a Ángel talento no le ha faltado nunca.De toda su amplia discografia yo recomendaria dos canciones:Yo cuidaré de tí y Cuando baje la marea..Ah y el disco dedicado a Buñuel.Un abrazo para tí desde Tarragona.

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