Escrito por: A. M.

Dedicamos este artículo al periodista, realizador para cine y televisión y divulgador científico, Miguel Bayón, quien, en una mañana de Ciencia en Daroca(de la mano del programa Ciencia Viva) , nos exhibió e ilustró sobre el documental realizado por él mismo acerca de este apasionante tema.

Murero: Pequeña población zaragozana, situada al Noroeste y a no más de unos 15 Kilómetros de Daroca, en zona de sierras. Este pueblo hoy sufriría su ocaso sin pena ni gloria -como muchos cientos de pueblos de toda nuestra ibérica geografía- y el feroz paso del tiempo, ocultando un tesoro muy importante para la ciencia, un tesoro que ha desvelado parte de esos conocimientos que sobre nuestros orígenes aún tenemos pendientes de estudio.

Gracias a que unos paleontólogos han descubierto en su sierra una importante cantidad de fósiles del período Cámbrico, se produce el hecho de aclarar científicamente algunos conceptos ocultos sobre la evolución de las especies, hecho que ha constituido un hito y una revelación muy trascendentes para la ciencia que nos podrán desvelar secretos latentes que nos llevarán a unificar dudosos criterios sobre los orígenes primarios de nuestra raza humana.

En esta sierra, se ha producido el descubrimiento de uno de los yacimientos de fósiles más importantes a nivel mundial, pero no de unos fósiles normales, sino de una especie muy antigua, que pueden ser considerados antepasados de nuestra raza humana en primera instancia, por todas las conexiones biológicas que tienen con el ser humano.

Antepasados de nuestra raza                                                                  humana en primera instancia

Esos mismos paleontólogos han establecido que estos fósiles, que cada día van conociendo mejor, son uno más de los muchos eslabones que, a través del paso de los periodos geológicos, hicieron posible, tras una larga y constante evolución con varias mutaciones y  adaptaciones fisiológicas al medio ambiente, la consolidación del ser humano como especie sobre la tierra, hace ya muchos millones de años.

Me refiero a los Trilobites, esos fósiles que en sí fueron una rara especie de anfibios, pues lograron adaptarse y sobrevivir en un medio natural muy hostil, estableciendo su posición en la cadena evolutiva.

Continuaron con su evolución a través del tiempo, durante muchos miles de años, ya que aparecieron sobre la tierra unos 500 millones de años antes que los dinosaurios, cuando la vida en la tierra era sólo agua y arena, pero un desconocido y repentino avance en la evolución llenó los mares de seres vivos que nadaban, se arrastraban o excavaban en el fondo marino, todos ellos con un caparazón o exoesqueleto.

Y uno de los grupos con más éxito y con más posibilidades de supervivencia fue el de los Trilobites, que se llaman así por tener tres lóbulos, del que se conocen unas 4.000 especies distintas distribuidas en numerosos géneros.

Su apariencia normal es como una cochinilla de la humedad con el cuerpo ovalado y dividido en varios segmentos, de 2 a 29 casi habitualmente, pero también con un escudo semicircular en la cabeza y otro en la cola, una boca, un par de ojos compuestos y un par de pequeños palpos, que son antenas con tacto.

Su apariencia normal es                                                                       como una cochinilla de la humedad

Para desplazarse tenían un par de patas en cada uno de los segmentos de su cuerpo, con las que podían arrastrarse, nadar y comer. También tenían una elevación dorsal central que corría desde la cabeza a la cola y, como muchos artrópodos, los Trilobites se cubrían por un caparazón duro que no crecía, por lo que tenían que mudarlo cada cierto tiempo y desarrollar uno nuevo varias veces a lo largo de su vida.

Existieron especies de todo tipo y características, desde uno que vivía en el fondo de los mares, el llamado Encrinurus, que era muy nudoso y pesado, con sus ojos en el extremo de las antenas, para ver en todas direcciones, también los nadadores, el Paracybeloides, que tenía grandes ojos, para ver en todas direcciones, incluso hacia abajo, como su homólogo el más común Cyclopyge y también los excavadores, con cuerpos cuya forma aerodinámica les hacía más fácil la tarea de excavar y de estos últimos el más común quizás fuera el Trimerus.

Sus tamaños variaron mucho, nos encontramos especies desde los Agnostus, con medio centímetro y que eran los más pequeños, hasta el Uralichas, que con sus casi 70 cm. era el más grande, si bien los tamaños medios rondaban entre los 5 y los 8 centímetros.

Los Trilobites constituyeron una importante gama entre animales extinguidos y dominaron los fondos de los mares paleozoicos durante unos 350 millones de años. Surgen en el Cámbrico y alcanzan su auge en el Cámbrico y el Ordovicio, pero, a partir del Silúrico y el Devónico comienzan su regresión hasta que los supervivientes desaparecieron al final de la Era, durante el pérmico, hace más de 250 millones de años.

Es hora de que pensemos en el daño tan grave                                       que está sufriendo nuestro hábitat natural

Como podréis observar, haciendo una breve lectura de este artículo, en los alrededores de Daroca hay mucha historia, pero no un tipo de historia cualquiera, sino unas líneas escritas en la tierra que nos han llevado a comprender un poco más los orígenes de la vida en este bello planeta azul que habitamos y que hemos puesto seriamente en peligro, con las alteraciones que tan constantemente estamos haciendo los humanos de nuestro medio ambiente, que es el que nos permite la vida.

Es hora de que pensemos en el daño tan grave que está sufriendo nuestro hábitat natural y, sobre todo, es hora de que le pongamos remedio, pues en ello va la continuidad de la especie humana, ya que si no lo hacemos podemos correr la misma suerte que los trilobites y estar abocados a una inmediata extinción. Pero lo que jamás debemos olvidar mientras existamos es que muy cerca de la hermosa villa de Daroca hay unos montes donde hay escritas muchas páginas de ciencia…