Escrito por: Quintín García Muñoz

Hoy he sido testigo de uno de los espectáculos más importantes que me han ocurrido a lo largo de mi vida: Contemplar la luz del fuego de la sabiduría y del amor reflejada en los ojos de los hombres.

No ha sido en el trabajo, a lo largo de los 36 años que llevo haciéndolo, ni tampoco  en la sociedad, sino en un oasis de cultura, allí cerca de la bella ciudad de Daroca, encerrado entre paredes, pero libre en el pensamiento.

¡Qué más se puede decir! ¡Solamente desear que nunca se apague, a pesar de las circunstancias en las que se encuentran las almas que los muestran.

Soy un caso para recordar los nombres, pero no para sus miradas sinceras. Así es que disculpadme si no los menciono.

Uno de los temas tratados era la telepatía, y alguien ha sugerido que tal vez no era necesaria, pues hoy en día existían los móviles, satélites etc. No he sabido qué contestarle. Pero la respuesta era evidente: La telepatía y la tele-energía son unas herramientas que nos ayudan a comprender el alma.

Sin duda me he llevado                                                                              más que he aportado

Agradezco profundamente a cada uno de los asistentes, la atención prestada, y sin duda me he llevado más que he aportado.

Mucha suerte. Con inmenso afecto y admiración:
Quintín García Muñoz

A propósito de la visita a Daroca, el pasado jueves 18 de noviembre, del escritor Quintín García Muñoz, para comentar, en nuestro Club de Lectura, sus relatos profundos y conmovedores incluídos en la obra “Nueva Narrativa”.

Si la magia de aquella mañana se repitiera de nuevo en otras muchas, únicamente de tardes quedaría plagado nuestro cautiverio. Con inmenso agradecimiento y afecto.