Cuentos para pensar, entre rejas: “El pescador y el banquero”

Contado por A. de Carvalho Nunes (Guinea Bissau)

En un pequeño puerto, de una pequeña localidad costera, había un prestamista que contemplaba cómo se acercaba a la orilla una pequeña barca. La barca llegó con un solo pescador que se dispuso a amarrar el bote y descargar algunos peces que había pescado.

El banquero, mirando con curiosidad, sintió deseos de hablar con aquel hombrecillo.

- ¿Cuánto tiempo ha estado usted en el mar hoy?

- Dos o tres horas, contestó el pescador.

- ¿Por qué no trabaja durante ocho horas? Sacará mucho más pescado.

- Con lo que saco tengo más que suficiente para mí y para mi familia.

- Pero le sobra mucho tiempo a lo largo del día, ¿qué hace?

- Me levanto tarde para ir a pescar, como con mi familia, duermo una siesta con mi querida mujer, juego con mis hijos y, al final de la tarde, tomo un vino con mis amigos y tocamos la guitarra y charlamos hasta bien entrada la noche.

- Mire, soy experto en inversiones. Usted podría mejorar mucho su nivel de vida. Bastaría con que trabajase más horas. Obtendría mucho más pescado; le darían más dinero por su venta. Pronto podría comprar un bote más grande, con el tiempo, varios botes. El pescado, entonces, lo venderá directamente, sin intermediarios y su beneficio será mucho mayor. Finalmente, dispondría de su propio puesto en el mercado y podría dirigir su propia distribución y montar, en la capital, sus oficinas para el control de sus operarios y mercancías.

- Pero, para poder conseguir eso, ¿cuánto tiempo ha de pasar?, dijo el pescador.

- Calculo que bastarían unos veinte años, respondió el banquero.

- Y yo, ¿qué ganaría con todo eso?

- Usted sería un hombre con poder y, cuando decidiera retirarse, podría vender todos sus bienes. Se convertiría en una persona muy, muy rica. Con ese dinero podría hacer todo lo usted quisiera.

- ¿Cómo qué?

- Pues usted podría levantarse tarde para ir a pescar, comer con su familia, dormir una siestecilla con su querida mujer, jugar con sus hijos y, al final de la tarde, tomar un vino con sus amigos y tocar la guitarra y charlar hasta bien entrada la noche.

El pescador miró al hombre perplejo y sólo pensó: “pero si todo eso ya lo tengo”.

Publicado por cortesía de http://educarentrerejas.blogspot.com/

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1 comentario

  1. Buen cuento. Trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
    Sin duda el tiempo libre bien aprovechado y compartido
    con las personas queridas, te llenara mucho mas en todos los
    aspectos, que dedicados a ganar mas dinero que seguramente
    no necesitas.

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