Escrito por:  Mario de los Santos

Es raro escribir las primeras líneas de un artículo que uno mismo elige. La verdad es que pensé que me resultaría más fácil, que habría mil temas que se amontonarían, que no daría abasto a golpear el teclado, sin embargo cuando he tenido que entregarlo, todos los temas se han vuelto triviales, ninguno creo que tenga mayor relevancia, y me pregunto: ¿qué leches puedo decir que interese a nadie?

Así que para comenzar, me ha parecido buena idea saludar a todos y a todas, decir que hola, que encantado de estar aquí, que muchas gracias. Es que cuesta encontrar un tema porque son tiempos de mucha opinión, todo el mundo sabe de todo. Además, suele preferir decir primero todo eso que sabe antes de escuchar lo que saben los demás.

Un ejemplo claro de esto que digo es el omnipresente, con permiso de la ley del tabaco, ley de reforma de las pensiones. Según las declaraciones de políticos varios en todos los diarios, televisiones y radios, el sistema de pensiones debe ser reformado porque en caso contrario, parece ser que la vaca no va a dar leche para todo el personal.

La verdad es que las pensiones a mí, tengo treinta y cuatro años, me dan un poco igual porque ya hace tiempo que asumí que, con mis cotizaciones, editor de libros de lectura, no les digo más, no me va a llegar un real, y en caso de que me llegue, va a ser un real bien pequeño. A estos políticos, si fueran sinceros, reconocían que el sistema de pensiones también les importa un huevo, pero por el caso contrario. Ellos van a estar bien cubiertos por las pensiones vitalicias con las que el Estado premia a sus fieles servidores; y también, en la mayor parte de casos, con los fondos privados que las empresas potentes premian a los consejeros y a los que les han hecho ganar bien de dinero.

La que más ilusión le hace a la gente
es la de que se retrase dos años la jubilación

Sin embargo, a pesar de tener asumido que lo de las pensiones ni me importa a mí ni les importa a los políticos, aunque sólo sea por haber leído a alguna gente que sabe del tema, la cosa me da mucha risa. De todo el paquete de ideas, la que más ilusión le hace a la gente es la de que se retrase dos años la jubilación. Dicha medida, antes de ser propuesta por el gobierno actual, ya se había escuchado en la voz del Banco de España, dirigido por el señor Fernández Ordoñez.

Sólo ya eso debería hacernos pensar que nos están tomando el pelo. Saltándonos el hecho de que no hay plata para las pensiones, pero hubo plata y a montones, para salvar a ciertas entidades bancarias de sus negocios ruinosos hace escasos tres años, si algo es bueno para un banco, normalmente suele ser doloroso para el común de los mortales. 

La cuestión esta, que a los editores nos importa un bledo, tiene su parte más graciosa cuando escucho a Arcade Oliveres (profesor de economía aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona) decir que tiene un método simple y práctico, no sólo para mantener las pensiones sin aumentar la edad de retiro, sino para salir de la crisis. Le escucho bien escuchado, y el tipo va y suelta que en un estudio de 2010 de otra universidad barcelonesa, la Pompeu y Fabra, se demuestra que el fraude fiscal anual de las rentas altas en España es de 80.000 millones de euros al año (ojo, los ceros están bien puestos, ocho y cuatro ceros, ochenta mil euros, y al año).

Oño, me digo. Esto, ¿cómo no se sabe? Y si no es cierto, a este señor que va por ahí largándolo en cursos y conferencias, ¿por qué nadie le mete una querella de la leche? La Esteban, por menos, te manda a los tribunales.

Pues no, resulta que nadie le mete una querella porque debe ser cierto de la leche. Y no sale en ninguna televisión, ni en ninguna radio, ni en ningún diario. Lo que son las cosas de los periodistas. Yo que hubiera jurado que este dato era importante para algo.

Pero siguiendo con el tema que no me importa nada, resulta que cae en mis manos un estudio realizado por Vicent Navarro y Juan Torres, un catedrático de Políticas Públicas de la Pompeu y Fabra y otro catedrático de economía aplicada de la Universidad de Sevilla. Vamos, que algo sabrán al respecto. Y el informe, en apenas dieciséis páginas, destroza con datos, números de crecimiento, índices y estadísticas, las bases teóricas de la reforma. Por poner un ejemplo, cito textualmente:

e.1) “El crecimiento de la productividad de 1997 a 2007 fue prácticamente nulo”.

(afirmación del informe realizado para abordar la reforma de pensiones)

Esta afirmación no es cierta. Según los datos de productividad comparables del conocido y respetado Groningen Growth and Development Center la productividad en España (productividad laboral por hora trabajada, labour productivity per hour worked) creció un 6.4% entre 1997 y 2007, y un 10% entre 1997 y 2009.

(respuesta de Navarro&Torres)

Extraído de “La propuesta de los 100 economistas sobre las pensiones. Errores, medias verdades y silencios al servicio de la Banca” Autores: Vicent Navarro y Juan Torres. Edita: ATTAC.

Y así, punto por punto. Y de nuevo, lo que les digo, que ningún periodista ha considerado este informe como relevante ni de interés para sus noticias. Sin embargo, las opiniones de los señores políticos y del presidente del Banco de España, sí que han sido tenidas en cuenta.

La verdad, qué decirles, a mi, porque este tema de las pensiones me da igual, pero si no, comenzaría a pensar que más vale leer a profesionales que a políticos; que algo quiere la coneja cuando mueve las orejas; vamos, comenzaría a pensar que me están engañando como a un chino (que, por cierto, siendo casi mil doscientos millones de almas por allí, ¿cómo tendrán el tema de las pensiones ellos?).