Escrito por: Asociación P.I.S.O.

¿Crisis igual a cambio?  ¿Crisis igual a recortes principalmente a los que menos tienen? ¿Crisis igual a miedo?  ¿Crisis igual a oportunidad?  ¿Crisis igual a “ganancia de pescadores”?  ¿Crisis igual a excusa?   ¿Crisis igual a igualdad en la pobreza? ¿Crisis igual a incremento de las desigualdades? ¿Crisis igual a reflexión?

Cada uno que analice y opine. La asociación económicamente nunca ha andado sobrada de dinero y siempre ha tenido más capital humano (no siempre remunerado) que monetario, pero ya no sólo es cuestión de superar una crisis económica, sino un cambio de tendencias y la expansión de la mercantilización de los servicios sociales = ¿bienestar social?.

Son momentos de incertidumbre y de no tener claro que primará si saber lo que se hace o que parezca que se hace. Pero si algo es esencial en nuestro proyecto es rescatar fortalezas y superar y aprender de las crisis vitales para mejorar la existencia. Por este motivo nos hemos visto obligados a cerrar un piso de acogida, a ser conscientes de que no podíamos asumir dar cobertura a las 304 demandas que teníamos en noviembre de este año.

Empezamos hace 13 años cuando apenas había interés social en la gente que entraba en prisión, nos costaba convencer de la necesidad de apostar por las personas que estaban encarceladas y salvo alguna que otra entidad y los cristianos, nadie invertía ni su tiempo ni su dinero. No sólo en Aragón pasaba esto, en todo el país apenas había recursos para ayudar a la gente a que encontrara su lugar en la sociedad. Las administraciones públicas se pasaban la pelota de una a otra, porque todas decían que no era su responsabilidad y nos costó pero entre los que estábamos en aquel entonces hicimos que empezaran a ver su competencia al tratarse de un tema social.

Empezamos hace 13 años cuando apenas había
interés social en la gente que entraba en prisión

Los que estáis dentro sabéis del piso de acogida, de las comunicaciones, del tiempo que podemos estar llevando una persona hasta que consigue ser libre y autónomo, de lo que nos han mareado abogados, juntas, chavales, familia…también sabéis de la gente que no hemos podido acoger porque no íbamos a poder ayudarles. Siempre hemos sido pequeños, tal vez por eso más cercanos, no pertenecemos a ninguna fundación, empresa o pseudo-empresa, somos asociación, simplemente personas que creemos en esto y como personas seguiremos trabajando.

Los tiempos cambian y todo el trabajo de sensibilizar, de demostrar que es posible la reinserción, informar de la situación de las cárceles, el aumento de enfermos mentales, el alto índice de personas que pasan por prisión y salen con los mismos problemas que les llevó dentro y la falta de recursos para comenzar su vida una vez dentro de la sociedad, concienciar a ésta de no dejarse llevar por los prejuicios y conocer antes de valorar…y que es imprescindible un cambio de mirada desde todos los ángulos ha sido una constante en todo lo que hacíamos.

No somos los únicos, ni mucho menos, hay mucha gente por todos lados que ha estado ahí dando el callo incluso mucho antes que nosotros, han demostrado con estudios y proyectos de investigación que había otra forma de hacer las cosas, no voy a nombrar a nadie porque en este mundillo no abunda el famoseo y hay mucha gente anónima que se merece el mismo respeto.

Ha sido piedrita a piedrita y en la actualidad hay más gente que quiere mirar hacia dentro de las prisiones, empiezan a  preguntarse y a reflexionar. Creo que las cosas han ido mejorando en estos 13 años pero queda mucho por hacer y sinceramente el cambio apenas acaba de empezar porque el objetivo siempre será que la gente reciba ayuda antes de que tenga que ser encerrada y apartada.

Dejadnos un tiempo porque,
por querer, queremos hacer mucho

Esta crisis nos ha hecho daño más en lo anímico, por el mercadeo sin escrúpulos, porque es difícil trasmitir seguridad en el otro si ni siquiera sabemos si vamos a poder pagar la luz al mes siguiente o va a salir a subasta el “servicio de los pisos de acogida” (ya ha pasado en algunas comunidades con menores y jóvenes). Después de pasar por ese punto, que conoceréis muy bien, de dar carpetazo y no querer saber nada de nadie hastiados de buenas palabras pero nada concreto, hemos rescatado nuestras fortalezas y seguiremos luchando por lo que creemos. Las personas que ya estaban con nosotros fuera o casi, siguen en el piso y son los que nos recuerdan día a día a los de dentro. Por eso encontraremos la manera, mientras nos dejen, de ayudar y si no podemos directamente con todos, buscaremos la fórmula para  hacerlo indirectamente.

Dejadnos un tiempo porque por querer queremos hacer mucho pero tenemos que centrarnos en este momento para que no nos arrollen las circunstancias. Para algunos serán palabras pero os puedo asegurar que el decir: no, no podemos, nos causa rabia e impotencia, sentimientos que creo que conocéis bien. Solo esperamos que os llegue “ese”momento y que encontréis el apoyo necesario. Que esto sea un hasta luego y no un adiós, aunque puestos a desear ojalá no tuvieran que existir recursos como el nuestro. Salud y libertad.