Hacia los Óscar

Escrito por: Mirella R. Abrisqueta

Atraídos por el brillo de los Oscar acudimos al cine como cada año por estas fechas. Sabemos que estos premios sólo tienen de oro la cobertura, como si de un ferrero roche cualquiera se tratara, pero aún así confiamos en que si la palabra Oscar figura en su cartel, es que la película deberá ser buena. Y como todos los años, no es oro todo lo que reluce, aunque Hollywood se empeñe en convencernos de lo contrario.

Si ya de por sí es difícil que cinco producciones norteamericanas sean más que buenas, ahora que el negocio obliga a que las candidatas a mejor película sean diez, la desilusión está asegurada. Y el problema es que con la avalancha de estrenos, y el bombardeo publicitario, las mejores se nos pueden pasar por alto.

Si repaso lo que he visto estos últimos días, puedo asegurar que “La red social” es un gran trabajo, y que si las quinielas tienen razón, será la elegida para llevarse el Oscar. Aunque si pensamos que en la última edición el premio acabó en las tierras de Pandora, gracias a un montón de personajes azules y a toneladas de dólares y 3D, quizás el que esta sea una gran película con un guión limpio y preciso, unos personajes ajustados y una trama que convierte en entretenido algo tan aburrido como un pleito por la propiedad intelectual, no sea lo que hayan valorado los cientos de académicos que cada año votan sus favoritas.

Pensemos que en la lista de estos premios, es fácil encontrar películas mediocres cuyo principal atractivo para figurar en una enciclopedia del cine es precisamente haber sido premiada. ¿”Titanic” se merecía once premios? ¿Y “Shakespeare enamorado” siete? ¿Y fueron “El señor de los anillos: El retorno del rey” o “Rocky” las mejores producciones de su año? Espero que no.

¿Es hacia ese horizonte entre absurdo y lleno
de tópicos hacia donde se dirigen los Oscar?

Mirando con cautela la lista de las nominadas, lo cierto es que nos dejamos vencer por la curiosidad de lo que vamos a encontrarnos, dispuestos a dejarnos seducir por una gran historia pagamos la entrada y acudimos a ver las nominadas de esta edición.

Así disfruté con “El discurso del rey”, que tiene la ventaja de que le gustará a cualquier persona que vaya a verla. Resulta a veces divertida, a veces tierna, por momentos valerosa y además juega con el factor de que está basada en una historia real, doblemente real, porque estos hechos sucedieron no hace tanto tiempo y porque su protagonista es un monarca que a pesar de su difícil infancia se sobrepone a las circunstancias y será capaz de liderar a su país en la II Guerra Mundial. Y si alguien ha salido victorioso de esta aventura es su protagonista, Colin Firth, que este año se va a llevar un Oscar.

Seguro que también consigue este año una estatuilla Natalie Portman, que en su papel de bailarina desvalida y paranoica, conduce y soporta todo el peso de “El cisne negro”. Esta película es excesiva, con momentos brillante y a menudo desaprovechada. Si partimos de que el lago de los cisnes es un ballet muy conocido con una música muy popular, y de que los actores que acompañan a la protagonista en su transformación, hacen un gran trabajo aunque tampoco les den demasiadas oportunidades para seducirnos, nos encontramos con una trama demasiado obvia, una metáfora facilona desarrollada por una bailarina desquiciada.   

Otro reciente estreno es “The fighter”, la clase de película que vamos a ver animados por sus nominaciones, y de la que salimos decepcionados. Si aceptamos que Christian Bale es un magnífico actor, con una capacidad sobrehumana para transformarse, el resto del metraje nos sobra. Que esté basada en hechos reales, más que ayudarla acaba de hundirla y la convierte en el producto ideal para alquilar en el videoclub una tarde de domingo.

¿Qué es lo que no debemos perdernos? “Winter´s bone”. Una gran película, medida, con miradas que sustituyen diálogos vacíos, llena de acción, de realidad y que nos mete en el mundo de los que cocinan crac sin recurrir al feísimo ni a la degradación. Es un universo paralelo en que se perdona todo, menos traicionar a los tuyos. Su protagonista, Jennifer Lawrence, contaba en una entrevista que después de este papel su agente le consiguió una sesión de fotos en bikini, no fuera a creerse la industria que no era una chica sexi. Como si tuviera que pedir perdón por ser buena actriz y saber encarnar a una joven con carácter ¿Es hacia ese horizonte entre absurdo y lleno de tópicos hacia donde se dirigen los Oscar? Pues viendo algunas de sus nominaciones, uno podría pensar que sí.

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