La eficiencia como competencia distintiva de las empresas

Escrito por: Lucía I. Gª Cebrián

Para que una empresa sobreviva en su entorno debe formular una estrategia que guíe las actuaciones de todos sus componentes. Pero independientemente de la que se haya elegido, hay una recomendación que toda empresa debería seguir en lo que se refiere a su actuación interna: la eficiencia. En este artículo se va a definir este término, se van a presentar las diferencias que tiene con otros que se utilizan como sinónimos y se van a comentar formas de medirla.

De una manera general, la eficiencia se puede entender como la ausencia de despilfarro en la utilización de los recursos productivos por parte de las empresas. Esto significa que una empresa eficiente es la que consigue la máxima cantidad de producto con los recursos con que cuenta, o que llega a producir sus bienes con la cantidad mínima de recursos que la técnica permite.

Por lo tanto, la eficiencia es un concepto económico que tiene que ver con los costes que la empresa soporta en la elaboración de su producto, pero que también está relacionada con la tecnología productiva disponible.

En el lenguaje coloquial se suelen emplear indistintamente los términos eficiencia y eficacia, que desde un punto de vista de rigor terminológico no son sinónimos, ya que se considera que una empresa es eficaz si consigue los objetivos que se ha propuesto. Así, por ejemplo, si una empresa tiene como objetivo la maximización de sus beneficios, puede conseguirlo aumentando sus ingresos y disminuyendo sus costes y, a la vez, una forma de disminuir los costes es evitando toda causa de despilfarro, es decir, siendo eficiente; estaríamos ante un caso en el que ambos conceptos irían parejos, pues para ser eficaz hay que ser eficiente.

Coloquialmente se considera que una empresa es eficaz
si consigue los objetivos que se ha propuesto

Pero supongamos ahora que el objetivo a cumplir sea incrementar sustancialmente el volumen de ventas e imaginemos dos empresas idénticas, con el mismo propósito y que una de ella contrata a 5 nuevos vendedores y la otra, a 10. Si ambas consiguen el objetivo mencionado, las dos son eficaces, pero es más eficiente la primera, pues lo ha conseguido con un empleo de recursos menor.

La productividad también es un término relacionado con la eficiencia, pero tiene una dimensión más dinámica, pues en la evaluación de la utilización de los recursos por parte de las empresas considera tanto la ausencia de despilfarro como la evolución tecnológica.

Quedaría por comentar cómo pueden conocer las empresas la cantidad de producto máximo que pueden obtener a partir de su dotación actual de recursos o hasta qué nivel pueden disminuir la utilización de recursos sin que por ello decrezca su nivel de producción.

Aunque, desde el punto de vista tecnológico siempre se podría acudir al dictamen de un experto, la Economía ha propuesto un conjunto de técnicas basadas en conceptos teóricos de producción y que parten de datos de empresas reales a la hora de la aplicación. Estas técnicas se conocen con el nombre de Métodos Frontera; permiten calcular para cada una de las empresas que componen la muestra objeto de estudio un índice de eficiencia que, además, permite distinguir a las eficientes de las que no lo son y como resultado de los cálculos con estos métodos se pueden proponer vías de actuación para que las empresas detectadas como ineficientes dejen de serlo.

Nota: Información detallada sobre algunos modelos y software para el cálculo de la eficiencia de empresas reales se puede encontrar en los siguientes enlaces:
http://www.uq.edu.au/economics/cepa/index.htm
http://www.etm.pdx.edu/dea/homedea.html

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