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Los cinco pilares del Islam: Zakât (Los impuestos)

Posted By Gonzalo Salvanés On 08/08/2011 @ 06:00 In Apuntes,Artes y letras | 7 Comments

La diferencia entre el Islam y la mayoría de las culturas y religiones es que ésta es fundamentalmente práctica. Es una manera de ser (Din), de vivir y de sentir. No existe iglesia, ni, por lo tanto, jerarquía eclesiástica, ni liturgia, ni misterios, ni sacramentos, ni dogmas.

Representa la relación entre la persona y Dios, entre el ser y la Realidad y su sumisión a ésta. Este vínculo, secundariamente, condiciona la relación entre las personas, el aspecto social del Islam, de tan fuerte arraigo.

rezando

Cinco son los pilares (fundamentos), sobre los que se asienta la forma de vivir (Din) del musulmán.

Shahâda. El compromiso. La aceptación de la Unicidad Divina.
Salât. La oración. La postración.
Zakât. Los impuestos. Las aportaciones a la comunidad (Ummah). El compromiso con los necesitados.
Sawn. El ayuno. El Ramadán.
Haÿÿ. La peregrinación a Meca.

 

En este número veremos el tercero de los cinco pilares:

3. Zakât. Los impuestos.

Las aportaciones a la comunidad (Ummah). El compromiso con los necesitados. El término zakàt significa liberarse de algo para poder crecer.

ZakatRepresenta la profunda dimensión social del Islam, su máxima expresión solidaria y comunitaria, mediante el apoyo a los más desfavorecidos de la sociedad (Ummha). También es un acto de purificación para el donante que demuestra su amor a Dios, el Único poseedor de todos los bienes.

Así las riquezas del musulmán no son sino un signo de confianza que tiene Allah con él, en quién las deposita. Por ello el zakât no se puede considerar exactamente una limosna, sino una obligación contraída por aquellos que han recibido bienes y riquezas de Dios y que deben administrarlas socorriendo a los necesitados. Las posesiones de las personas se hacen lícitas en la medida en que se retorna, una parte de ellas, a los más menesterosos, restableciendo de esta forma el equilibrio.

Se exige a todos los musulmanes de cualquier condición una contribución anual del 2,5 por ciento del total de ingresos netos, calculada individualmente y deduciendo los gastos para su obtención, por todas sus actividades económicas durante ese año (sobre el dinero ahorrado del trabajo asalariado, aunque se hubiese convertido en otro tipo de bienes, sobre la producción agrícola y sobre cualquier actividad productiva, recolectiva y comercial).

Tanto el Corán, como las leyes islámicas, como las costumbres de profeta y de su Familia y Compañeros señalan a los destinatarios del impuesto: pobres, huérfanos (hacia los que Muhámmad fue siempre especialmente sensible), viudas, esclavos (lo recibían como ayuda para su subsistencia y su liberación; hoy se dedica a la lucha contra la injusticia y a los estudiantes), viajeros, enfermos y a todos aquellos que tienen carencias evidentes, incluidos los que ocultan su pobreza por dignidad , a aquellos que no lo piden y a los abrumados por sus deudas.

Las necesidades de los pobres no esperan,
por ello no hay excusa para retrasar su pago.

Recordemos que toda persona necesitada tiene derecho a recibirlo, aunque su comportamiento con el donante haya sido inadecuado. Otra parte se utiliza para la construcción y conservación de mezquitas, colegios, hospitales, etc. Las necesidades de los pobres no esperan, por ello no hay excusa para retrasar su pago.

Además del Zakâr obligatorio, los musulmanes generosos y especialmente sensibles hacia las cuestiones sociales y hacia los desposeídos, pueden contribuir voluntariamente y tanto como quieran, en forma de Sadaqa, más parecido a la limosna.

3º pilar IslamLa sadaqa va más allá de la contribución material: toda donación positiva que uno hace es una sadaqa, incluso “salir al encuentro de tu hermano con la cara sonriente”. Podríamos precisar más: la dádiva material puede ser invalidada por una donación afectiva negativa (“Una buena palabra y disculparse es mejor que una limosna a la que sigue una vejación”).

Apreciémoslo en las palabras de Muhámmad:

La sadaqa es una necesidad para cada musulmán”. Alguien le preguntó:” ¿Qué ocurre si una persona no tiene nada?”. El profeta contestó: “Debe trabajar con sus manos para su beneficio y dar algo de sus propias ganancias como sadaqa”. Los Compañeros preguntaron: ”¿Qué sucede si no puede trabajar?”. El Profeta respondió:”Debe ayudar a los pobres y a las personas necesitadas”. Los Compañeros insistieron: “¿Y si ni siquiera puede hacer eso?”. El Profeta dijo:”Él debe apremiar a los demás para hacer el bien”. Los Compañeros volvieron a preguntar: “¿Y si tampoco puede hacer eso?”. El Profeta contestó:”Debe abstenerse de hacer el mal. También eso es sadaqa”.

La sadaqa es recomendable darla en secreto y no jactarse por ello (“Si hacéis públicas las limosnas es bueno para vosotros. Si las ocultáis y las ofrecéis a los pobres, entonces, eso es mejor para vosotros”).

Concluimos con una cita del Corán: “No alcanzaréis la piedad auténtica mientras no gastéis algo de lo que amáis. Y Allah conoce bien cualquier cosa que gastáis”.


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