Escrito por: Peregrinos de Daroca

Hoy como premio a nuestro ultimo esfuerzo, nos hemos otorgado media hora más de descanso. Una vez activados es curioso observar como el Hospital de Cruz Roja no para de tener visitas.

El olor a ungüento medicinal se apodera de la estancia, estancia del Monasterio de los Padres Mercedarios, que calurosamente nos ha acogido dando un plus de distinción a nuestra peregrinación. Nos reunimos alrededor del Claustro y nos enseñan la capilla. Tras un momento de oración y la cita de pensamiento diaria de Trini, el Padre Eduardo nos da la voz de salida con el tradicional “Buen camino peregrinos”.

El paisaje continua encandilando y seduciéndonos los hórreos, los pazos con sus vacas, cerdos y corderos. Buenas carnes .y buenas coles y grelos para sacar el plato típico de la zona, “lacón con grelos”.

 Las fuentes de aguas cristalinas y frescas nos acompañan durante todo el camino, cosa que agradecemos en un día muy caluroso, aun entrado el otoño. Vamos pasando por parroquias en donde sellamos nuestras credenciales peregrinas. El paisaje sigue siendo espectacular.

En la mitad del recorrido
afloran las heridas acumuladas

Tan ensimismados vamos en el camino, que casi no nos damos cuenta de que faltan dos peregrinos ¿pero hace cuánto tiempo?, ¿Quién ha sido el último en verlos? El coche de apoyo se va por el cruce en el que creemos que se han desviado, los más fuertes aceleran el paso y tras 15 minutos de interminable carrera y duda, los encontramos debajo de un manzano comiéndose el fruto silvestre. Nos dicen: “Ya nos parecía raro que nos hubiéseis sacado tanto”.

En la mitad del recorrido afloran las heridas acumuladas en los sucesivos días, dándonos cuenta de que la unión de nuestro grupo crece con cada kilómetro caminado. A algunos peregrinos se les hace difícil el recorrido, estando el resto pendientes, quitándole hierro a nuestras quejas y protestas. El ambiente verdaderamente, a pesar del cansancio, es de humor y optimismo, el ‘solo queda 1’5 Km.’ es el estímulo aunque en realidad sean 15 Km.

Llegamos a nuestro destino a los pies del Miño, lamentablemente con poco cauce este año. Las Hospitaleras del Albergue Ferramenteiro nos están esperando y, como en todos los anteriores, nos tratan como peregrinos necesitados de cama y alimentos.

Ahora a las 22:00 hs., con un clima extraordinario, la luna creciente comenzando a verse en el horizonte y el canto de los grillos, nos despedimos para descansar y comenzar nuestra sexta Etapa.

Boas Noites Peregrins.