Escrito por: Peregrinos de Daroca

Hoy despertamos en nuestro penúltimo día de peregrinaje, vamos a ir a nuestra última gran etapa andando antes de encontrarnos con nuestros compañeros en Monte do Gozo. El cansancio se acumula pero nuestra ilusión lo vence desde el primer paso que damos.

Comenzamos introduciéndonos en una zona de bosques frondosos “estamos ilusionados”, continuamos en un carrusel de montañas rusas y nos gustan mucho más las subida que las bajadas donde curiosamente se castigan mas las piernas. Hasta el mejor de nuestros campeones terminó con ampollas.

En estos días de convivencia nos sentimos todos más hermanados y cantamos alguna que otra canción al unísono.

Después de recorrer la mitad del trayecto nos encontramos con nuestra furgoneta de apoyo, estamos en el Hospital Da Cruz donde nos recibe la galleguiña brindándonos un cesto de manzanas, compartiendo con nosotros viejas historias de peregrinos que anduvieron este camino mucho antes que nosotros. Recobramos nuestras fuerzas, como tantos otros días, con barritas energéticas y chocolates que nos envían desde la Pastoral con tanto cariño.

Reiniciamos el camino, y seguimos hasta el final, a pesar de nuestro cansancio nuestras ilusiones siguen intactas, no ocurre lo mismo con nuestros pies.

hasta las galleguiñas han
debido aprender a lavar en seco

Andando a lo largo del camino hablamos de las diversas peculiaridades que nos han impactado a lo largo del camino en esta tierra; sacando la mano por la ventanilla del coche se pueden tocar las lápidas de los cementerios. La sequedad que encontramos no se parece en nada a lo que pensábamos íbamos a encontrar en estas tierras, “hasta las galleguiñas han debido aprender a lavar en seco”, el calor que hemos sufrido parece mas a las típicas temperaturas de la costa mediterránea.

Llegamos a nuestro destino en Palas de Rei y nos encontramos con nuestros compañeros de Segovia, nos están esperando con Trini, Montse y Elena brindándonos un gran aplauso y gritos de ánimo a nuestra llegada. Tras los saludos, ellas y el grupo de Segovia cogen un autobús destino Monte do Gozo. Nosotros nos reunimos alrededor de una mesa a tomar un refresco, es en estos momentos cuando nos damos cuenta que ha terminado nuestro caminar, han sido 130 Km. de compañerismo, sacrificio y voluntad, más nos hubiese gustado hacer, pero es lo que nos ha tocado realizar. Uno a uno nos vamos felicitando y brindamos por lo conseguido, nos encontramos satisfechos de haber realizado el Camino con éxito.

Cogemos los vehículos de apoyo y nos dirigimos al Monte do Gozo, donde hemos quedado con nuestros compañeros de Palma de Mallorca, Alicante, Valdemoro, Almería y Segovia. Ahora nos damos cuenta, en 130 Km. no nos hemos perdido ni una sola vez, y en 25 Km con coche y Tom-Tom nos hemos perdido 6 VECES, está claro, lo nuestro es andar.

Por fin nos reunimos con los demás peregrinos, somos 90 peregrinos de diferentes nacionalidades y culturas, nos empapamos de experiencias, comentamos las anécdotas del camino y así pasamos la última velada que tendremos en esta Galicia que nos ha acogido.

Somos 90 peregrinos de
diferentes nacionalidades y culturas

A pesar de nuestra alegría, nos hemos entristecido al enterarnos que nuestra Secretaria General u otro responsable de la institución no han podido acudir por motivos forzosos, pues hubiese sido muy buena su presencia ya que esta comunicación con la que consideramos muy próxima al interno no se ha podido realizar.

Bueno, acabamos nuestra crónica de hoy, hay que descansar que mañana nos recibe el Apóstol, y después nos queda un largo trayecto a nuestro destino.

Hasta mañana, os dejamos con una vision de la puesta de sol desde nuestro dormitorio en el Monte do Gozo y ‘Buen camino Peregrinos’.