Fundación Carriegos (La equinoterapia)

Escrito por: Arximiro Suárez y Sandra Contreras

La Fundación Carriegos es una entidad, sin ánimo de lucro, creada a finales del 2003 en la ciudad de León. En la actualidad, su sede social se encuentra en el inmueble llamado “La Casona”. En la actualidad, su sede social se encuentra en el inmueble llamado “La Casona”, situado en la calle Suero de Quiñones. En ella se desarrollan muchas de sus actividades culturales. El nombre de este magnífico edificio, proviene de uno de los libros del recientemente fallecido Victoriano Crémer, poeta y cronista leonés, cuyo fondo documental y bibliográfico fue adquirido por el Ayuntamiento de León, y depositado en La Casona, en el año 2006.

 

Aprovechando un permiso de salida, miembros del equipo de Redacción de IN VOCE MAGAZINE, acompañados de Jaime Torcida, se acercaron a conocer la Fundación Carriegos, a conocer La Casona y a pasear por las instalaciones que la Fundación tiene en el Caserío de Robledo del Torío. En estas instalaciones, situadas en la ribera del río Torío, en la vecina localidad de Villaquilambre, se ha conseguido que trabajo y diversión sean compatibles.

La Fundación realiza
terapias asistidas por equinos

La Fundación realiza terapias asistidas por equinos (equinoterapia) y ha instalado una escuela de equitación para alumnos sin discapacidad. Pudimos comprobar, in situ, la gran labor social que día a día están realizando. Aquí el caballo se convierte en protagonista, él es el hacedor de los parabienes que este tipo de terapias conllevan. El caballo se convierte en ese amigo que todo niño necesita, en ese compañero de trabajo que te ayuda a superar los miedos o incertidumbres que lo desconocido despierta en ti. Es ese noble animal que te escucha, cuando le hablas o que te habla cuando tus silencios le llaman la atención. Es inteligente, fuerte, hábil y generoso.

En el aspecto cultural, la Fundación Carriegos se ha distinguido por la organización de exposiciones de todo tipo, por la adquisición de una importante colección de arte y de objetos representativos de León, y por la creación del Premio Carriegos de pintura. También es conocido y reconocido su apoyo al deporte base; pero en este artículo nos queremos centrar en una actividad, la rehabilitación de discapacitados a través de las terapias ecuestres, en la que además de ser pionera en Castilla y León, obtiene unos resultados que sólo podemos catalogar de impresionantes.

La Equinoterapia

El hombre y el caballo han formado un tándem que podríamos calificar de simbiótico; sin temor a equivocarnos podemos decir que una parte importante del desarrollo de la sociedad está ligada al caballo. Durante siglos, la vida no se entendía sin la presencia del caballo; ha sido animal de tiro, medio de trasporte, fuente de alimento y fuente de inspiración de artistas. Se crean lazos afectivos entre caballo y jinete, con una clara distribución de papeles y funciones; caballo y jinete no aparecen como dos elementos separados sino como un conjunto que pretende adquirir un determinado fin. Es una interacción bilateral en la que uno y otro responden alternativamente a los estímulos. Es esta interrelación la que hace que el caballo sea un animal dotado de especiales cualidades que bien encauzadas pueden aportar beneficios terapéuticos a determinados pacientes.

Fundación CarriegosLa equinoterapia surge en 1952 en los países escandinavos; de ahí pasó a Inglaterra y de allí a Estados Unidos y Canadá en donde, en la actualidad, hay más de 500 centros. En este tipo de terapias es fundamentalmente el movimiento del caballo y la respuesta del paciente, lo que constituye la base del tratamiento. Por su naturalidad, la equitación terapéutica influye en la persona en su totalidad y el efecto, en todo el cuerpo, puede ser profundo y beneficioso.

Dos son los aspectos fundamentales de la esencia de esta terapia: el primero, de carácter físico, deriva del hecho de que el caballo puede trasmitir entre 90 y 100 oscilaciones por minuto a su jinete en las tres dimensiones del espacio; el segundo, y no menos importante, es que se trata de un ser vivo, dotado de especiales condiciones y capaz de provocar y transmitir afecto. Cada vez se está apreciando más la equitación, tanto como actividad deportiva y de placer, como por ser una terapia para aquellos que desean mejorar su coordinación, equilibrio, vigilancia y concentración.

La primera lección siempre es
enseñarle a que pierda el miedo al caballo

Así, la equitación puede ser, además de una actividad deportiva, una práctica terapéutica; un tratamiento en el que, mediante la utilización de caballos especialmente entrenados, y con la atención de personal debidamente cualificado, permite a personas con discapacidades en el área motora, sensorial, cognitiva, psicológica y con trastornos emocionales, mejorar su calidad de vida y recuperar, en gran medida, las capacidades o habilidades perdidas.

El termino hipoterapia se refiere a una forma pasiva de movimiento pélvico muy similar al que efectúa una persona al caminar. Tras el primer contacto, la primera lección siempre es enseñarle a que pierda el miedo al caballo, a que lo acaricie, a que tome contacto con su piel, con el latir de su corazón.

Un día con “los caballos”

En el recorrido realizado por las instalaciones que la Fundación tiene en el Caserío de Robledo de Torío nos acompañó Pedro Lechuga, Director de Relaciones Externas de la Fundación Carriegos, quien, con infinita paciencia, nos fue enseñando todas y cada una de las dependencias a la vez que nos explicaba cómo trabajaban en cada una de ellas.

Perder el miedo al caballoLa Fundación Carriegos ha dotado a este complejo de unas excelentes instalaciones, en donde se puede practicar la equitación, en donde se ofrecen los servicios de hipoterapia (equitación terapéutica) y en donde también se puede participar activamente en una residencia instalada en plena naturaleza; allí han creado “un aula de la naturaleza”; el entorno del centro, en plena ribera del río Torío, aloja especies singulares y paisajes bien conservados, encontrándose arboledas, prados y encinares que permiten multiplicar las actividades al aire libre, desarrollando programas de educación ambiental y rutas en la naturaleza sin necesidad de cubrir grandes distancias o salvar carreteras y poblaciones.

Con respecto a la equinoterapia se realizan 16 campamentos al año a los que acuden un máximo de 15 pacientes que, fundamentalmente, vienen de España, aunque también han acudido de países tan lejanos como Irak. Mientras ellos reciben las terapias, sus familiares pueden conocer nuestra ciudad y su entorno, compaginando tratamiento con diversión.

También han acudido de
países tan lejanos como Irak

Las edades de los pacientes van desde bebés de 19 meses, este es un caso excepcional, hasta personas de bastante más edad. En cualquier caso el tratamiento es individualizado y adaptado a las necesidades, o limitaciones, de cada uno.

Para todas las edadesLos terapeutas están altamente especializados en cada una de las patologías que pueden tratar. La seguridad de cada paciente es absoluta y son tres las personas que continuamente están con cada uno, mientras realizan terapias en las que intervengan caballos. Pero además hay una escuela de equitación con una base doble enseñar los principios básicos de la equitación y los fundamentos deportivos convencionales.

No debemos olvidar que la hípica es una actividad deportiva con dos participantes que deben estar íntimamente interconectados el jinete y el caballo. En la “Escuela de Equitación El Caserío”, se enseña desde montar a caballo hasta todo lo concerniente con su alimentación, cuidados, enfermedades… Para ello disponen de unas instalaciones, que están perfectamente adaptadas para que ni los caballos ni los jinetes sufran daños. Así, como una de las partes más delicadas del caballo son sus patas, en el suelo han esparcido una mezcla de serrín con granulado de neumáticos; esto amortigua el continuo trotar de los caballos, manteniendo sus pezuñas en buen estado.

La hipoterapia puede mejorar la comunicación
y el comportamiento en pacientes de todas las edades

Como no podía ser de otra forma, la imagen de la Fundación Carriegos no es otra que un caballo llamado “Romero”; es un “pura sangre” que, a pesar de su porte, nos da sensación de tranquilidad, de sosiego. Siguiendo con el recorrido, llegamos a los almacenes en donde perfectamente ordenadas hay sillas de montar, cascos, chalecos, cinchas y demás material propio de un establo, todo ello cuidadísimo. Desde aquí pasamos al lugar destinado a realizar las terapias. Los terapeutas trabajan con letras, con vocales, con dibujos… que los niños van aprendiendo, a la vez que crean un vínculo muy importante entre el paciente y el caballo. Aunque parezca mentira, el caballo sabe quien lo está montando, sabe que el jinete es un paciente con una discapacidad o, en sentido contrario, es una persona sin ninguna minusvalía.

En marchaEl paseo a caballo trasmite al jinete una entrada sensorial, un movimiento variable, rítmico y repetitivo. Terapéuticamente, la variabilidad de la marcha del caballo posibilita graduar las sensaciones que recibe el paciente, quien responde con entusiasmo a esta experiencia de aprendizaje que, además de ser divertida, se realiza en un medio natural. Quiero recordar que muchos pacientes están cansados de recibir terapias en hospitales o clínicas llenas de batas blancas; aquí están en la naturaleza y reciben sus tratamientos viendo un hermoso paisaje.

La hipoterapia puede mejorar el equilibrio y la movilidad y puede afectar positivamente a las funciones de comunicación y de comportamiento en pacientes de todas las edades.

Las instalaciones están tan acondicionadas que, cuando los pacientes de menor edad van a recibir sus terapias, la familia los puede ver a través de un cristal. En esos momentos iniciales no es adecuado que estén a su lado porque sus emociones, sus miedos, podrían entorpecer la terapia.

La relación del jinete
con el caballo es bidireccional

Pedro nos acompaña hasta las caballerizas, nos presenta otros caballos y nos explica que hay caballos incompatibles que tienen que tener separados, en distintas cuadras. Cada tres días, el caballo tiene otros tres de descanso; en esos días pasta libremente por los campos adyacentes tomando contacto con otros congéneres. Esto es importante. El caballo no debe perder el contacto con otros caballos, incluso en cada caballeriza disponen de una ventana por la que pueden verse; es una forma de comunicación visual, de comunicarse entre ellos. La atención al caballo es una tarea imprescindible para el normal desarrollo de todas las actividades; deben lograrse dos objetivos: los animales estarán siempre en óptimas condiciones para realizar su tarea y recibirán un adiestramiento previo adecuado para el trabajo que vayan a desempeñar.

AprendiendoNo podemos olvidarnos que en estas instalaciones tiene su sede la “Escuela de Equitación El Caserío”, en la que imparten docencia técnicos deportivos en equitación titulados y acreditados por la Real Federación Hípica Española y por el Comité General de Deportes. Este aval es la mejor garantía de la excelente preparación del personal que imparte las clases de equitación.

Así, vemos que la relación del jinete con el caballo, del caballo con el jinete, es bidireccional: en el aspecto deportivo, equitación, es el jinete el que actúa sobre el equino, indicándole lo que debe hacer para, juntos, realizar ejercicios como saltar, correr o trotar. Pero en el aspecto terapéutico, es el caballo el que incide sobre el jinete o paciente actuando como un estímulo en la recuperación de diversas patologías neurológicas, emocionales, respiratorias y articulares.

Le dimos las gracias a Pedro; nos gustó mucho su explicación, así como el conocimiento visual de lo que hacen, de sus objetivos y de los logros que, sinceramente, nos han dejado sorprendidos. Nos despedimos, no con un adiós, sino con un hasta luego; Sandra exclama: “Es una experiencia única que quisiera volver a repetir”.

 

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3 Comentarios

  1. GRACIAS POR LA DIFUSION DEL ARTICULO, UN BRINDISSSSSSSSSS.

  2. Me parece preciosa la actividad, donde con toda seguridad habrá excepcionales resultados. Gracias por ello

  3. Pero la equinoterapia es algo más; hay que verla, vivirla… para conocer todo lo que con ella se puede tratar. Desde aquí insto a las instituciones para que en esta época de crisis ayuden a que este centro, y otros similares, no cierren sus puertas.

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