Hambre

El verdugo de la mente, el azote de mi historia,
escondrijo de la ruina, mi pasaje a la pobreza.
¿Por qué será que la vida se entiende tanto en la muerte?
Buscando entre la basura algo que cambie mi estrella.

Alimento de los sueños, pereza de los más ricos,
desidia de los que mandan, ignorancia de mis pares.
Languidez de los que sufren, una emboscada en el alma…
Tú miras hacia un costado cuando me apuñala el hambre.

Hambre

Como una perra de presa escarbando la carroña
no quiero sentir vergüenza cuando revuelvo tus sobras;
¿pero viste alguna vez el rostro de mis pequeños?

Trato de estar más allá de lo que entra por mis ojos:
la mentira y las falacias, la indiferencia del mundo,
la tempestad y el suplicio de los que eligen no dar
y prefieren ocultarse tras vidrios color oscuro.

Los votos largos, enormes, con gente desconocida,
las cajas con inscripciones que nunca supe leer.
La ayuda para mis hijos sólo va en años impares…
Tus ojos no me miraron, tu corazón no me ve.

Ojos ciegos

No quiero sentir más culpa al ver que mis niños lloran.
¿A quién le van a rezar? ¿Quién puede enseñarles algo?
Si ya saben que a lo sumo, repetirán mi camino.

Veo los sueños que perdí y todos los que no tuve
desde que tomé conciencia de mi sucio porvenir.
Quiero seguir una huella distinta a la de mis padres,
poder descansar de noche con el corazón feliz.

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