Amanece

Escrito por: Francisco Javier G. C.

“Amanece”. Es un día como tantos otros. Las calles, que aún están mojadas por el riego de los hombres de uniforme, pronto empezarán a despertar, a sentir sobre si las pisadas de hombres, mujeres, ancianos y algunos niños. Quizás algún perro.

AmanecePronto se verá el cotidiano hormigueo de automóviles, el humo invadirá los ojos. Habrá que correr para no perder el autobús. El trabajo queda un par de manzanas más allá, tal vez algunos kilómetros. Hay que caminar aprisa. Semáforos, gente, basura, coches, más prisa, es tarde.

La ciudad ha despertado por completo. Es una lucha. “La ley del más fuerte”. Todos están ocupados, muy ocupados. El tiempo se paga caro y todos venden su tiempo. Ya no queda para pensar. La risa es tan mecánica como el subsistir. Los grandes anuncios luminosos ofrecen. Las pintadas en las paredes piden. Es una gran carrera. No debe caber la posibilidad de distraerse.

Por eso desaparecieron las flores, los árboles, los pájaros. Los niños se olvidaron de serlo. Tal vez no les dieron la oportunidad de serlo. Atrás quedaron algunos que no tuvieron fuerzas, les faltó vida. No pudieron levantarse, fueron pisados anónimamente por otros.

Todavía quedan locos
que quieren ser niños

Hoy es un gran día. Los periódicos anuncian que la guerra en aquel país va a ser ganada. Pronto, una victoria más. Habrá mucha, mucha energía nuclear. Riquezas, riquezas.

Sí, se construirán nuevos sanatorios. La ciencia ha avanzado mucho en este campo y se aplicarán sus nuevos descubrimientos y conquistas. Serán recluidos. Todavía quedan locos a los que les gusta la soledad, que cultivan en una disfrazada maceta una flor clandestina, que leen libros, que pierden el tiempo -el dinero- buscando, siguiendo, observando un río, o un pájaro, o un árbol.

Todavía quedan locos que quieren ser niños.

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1 comentario

  1. Hace un tiempo muchos prefirieron más riqueza a más tiempo. Ahora con la crisis no hay elección. Riqueza ficticia y nada de tiempo libre para el que trabaja mucho y pobreza absoluta y tiempo que no es capaz de utilizar para el que no consigue trabajo. Y algunos pocos que tienen la suerte de poder utilizar bien los dos recursos tiempo y trabajo (cada vez menos por la presión económica)

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