De primer grado a la libertad

Escrito por: Jose Antonio T. P.

Este es el relato de Elizabeth, que cuenta cómo acabó en un CP y cómo pasó los tres años y medio que estuvo recluida en los distintos centros.

ElizabethEsta compañera nuestra, trabajaba como jefa de camareros en un restaurante, era una chica alegre y trabajadora hasta que empezó a esnifar cocaína y un día de fiesta fumó su primer ‘basuco’, desde ese momento no volvió al trabajo y empezó a robar para poder pagar sus vicios, pero nunca le era suficiente solo quería fumar y fumar.

Las drogas sólo conducen por tres caminos, dejarlo, la muerte o como en este caso el CP de Soto del Real. Nada mas entrar, le pusieron una medicación psiquiátrica, pero ella mentía para que se la aumentaran y así poder estar más tiempo colocada.

La cambiaron para Alcalá Meco, cuando apenas llevaba dos meses recluida la llevaron para aislamiento, en propuesta de primer grado por sus peleas con otras compañeras, agredir, insultar y amenazar a dos funcionarias junto con la Jefa de Servicios, ése era su día a día en aquella época.

Después de nueve meses aislada poniéndose hasta arriba de pastillas y no moverse de la cama, la cambiaron para otro módulo donde podía bajar cuatro horas al patio, con siete u ocho compañeras, tardó diez días en tener una pelea con otra compañera y de nuevo, otros tres meses para aislamiento.

En los seis meses siguientes, pasó por la 2ª y 3ª fase del primer grado, hasta que consiguió el segundo grado. Le dijeron que eligiese destino y se decantó por A Lama.

Una vez aquí, los días se le hacían muy largos y tomaba toda la medicación posible para no enterarse. Hasta que un día sentada en cama se propuso dejar las pastillas y así fue. Pasado un mes se sentía mejor consigo misma y con los demás, empezó a bajar de peso, ya no estaba tan hinchada y se cuidaba.

Era una chica alegre y trabajadora
hasta que empezó a esnifar cocaína

De pasarse todo el día en el módulo jugando al parchís hasta el punto que no veía las fichas, cambió para participar activamente en el módulo de convivencia y volver a retomar su gran pasión ‘la música’. Entró en el grupo de música del CP como vocalista, en el conoció a su pareja, un chico sano que la quiere y la cuida.

Ella misma nos cuenta la fuerza de voluntad que tiene, su lema es, “SI QUIERES, PUEDES”. A veces siente miedo de volver a recaer, opina que por un lado es algo positivo, ya que ese miedo la mantiene en alerta ante cualquier situación de riesgo.

Ella misma, nos pedía perdón en su relato, según decía por escribir mal y con muchas faltas de ortografía, a nosotros, sin embargo, nos ha parecido fabuloso, de ahí su publicación. Nos ha parecido un gran ejemplo de trabajo y constancia, el cambio es decisión nuestra.

“Ahora me doy cuenta de todo el tiempo que he perdido, ya que en estos momentos estaría en la calle y mi paso por el CP no habría sido tan duro”

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