Durante los artículos anteriores hemos intentado explicar qué era la “Comunidad de Daroca” y también el “Justicia de Aragón”, figura histórica recuperada con el Estatuto de Autonomía y que a grandes rasgos se asimila al defensor del pueblo de otros territorios.

También las principales ciudades de Aragón contaban con su propio Justicia, como es el caso de Daroca, con competencias sobre todas las aldeas de su territorio. Era el máximo cargo ejecutivo de Daroca, y su nombramiento en principio era real, pero con el consentimiento del concejo. A partir del siglo XV se introdujo el sistema de insaculación para su elección (un sistema mediante el cual se introducía en una bolsa unas bolitas de madera o redolinos, con los nombres de los aspirantes al cargo para ser extraído al azar).

Cuando se creó la Comunidad de Daroca en 1248, se otorgaron a las aldeas cierta autonomía jurisdiccional, pero este cargo mantuvo la competencia sobre cuestiones de tipo judicial en delitos de tipo penal y criminal, e incluso las aumentaba a los delitos de sangre. También trataba sobre discusiones entre pueblos vecinos por cuestiones de amojonamiento o derechos de pastos.

A lo largo de los siglos fue perdiendo competencias, pero aun así se conserva un ingente volumen de documentación en el archivo municipal de Daroca, en el que son variadísimos los litigios en los que tuvo que intervenir.

Su nombramiento
en principio era real

Como curiosidad diremos que hoy en día, y recordando que el Justicia era la máxima autoridad, en su misma silla se sienta el alcalde presidiendo los plenos del ayuntamiento.

En próximos artículos veremos algunos de los asuntos que vieron los Justicias a lo largo de la historia y que pueden resultar curiosos por distintos motivos.