- La Oca Loca - https://www.revistalaocaloca.com -

Las luces del puerto

Posted By Bonxe (Lugo) On 17/08/2012 @ 08:00 In El sueño de,Galicia | No Comments

Escrito por: Caneda

El buque Trans Vasconia entró en el puerto de Amberes en la dársena 234, Tito apoyado en el costado miraba el puerto, esta vez lo hacia con cierta nostalgia, porque era el ultimo viaje en mucho tiempo ya que el barco iba a ser destinado a los grandes lagos en América, por un periodo de 10 años.

transvasconiaTito, a sus treinta y cuatro años y con 500 dólares en el bolsillo, se disponía a pasar a lo grande la noche de despedida de Amberes. Cenó en el restaurante Las Mañas y se quedó hasta el cierre tomándose unos güisquis, charlando con el dueño al que conocía desde hacía tiempo, de cómo le iría su nuevo periplo por América.

De madrugada se fue donde las meretrices esperaban compañía para pasar la noche. Se fijó en una joven morena de pelo corto para pasar la noche juntos, ella aceptó y se dirigieron a un Motel. En la habitación, que tenía un pequeño balcón, se quedó contemplando la grandeza del puerto lleno de luces, no le cabía duda de que era uno de los puertos más espectaculares de los que conocía.

Era la primera vez que
se enfrentaba a esta situación

Se dio la vuelta y vio a la joven sentada en la cama sin desnudarse y con cierta timidez, le preguntó cuántos años tenía y cuántos llevaba en esto. Ella le dijo, que hacía un mes que había cumplido los 18 años y que era la primera vez que se enfrentaba a esta situación. Hacía 20 días que había venido de su pueblo para buscar trabajo en la ciudad, pero las cosas no habían salido como ella creía, y decidió ir a la calle como último recurso para sacar dinero para pagar la pensión y sacar un billete de regreso a su pueblo.

Luces del puertoÉl se le quedó mirando unos instantes, saco 150 dólares en un billete de 100 y otro de 50, se los dio y le dijo: ” Vete, paga la pensión y coge ese tren de regreso a tu pueblo, eres muy joven y este no es un buen camino”. Ella miró los 150 dólares, se los metió en el bolsillo, se levantó y se fue sin saber qué decir. El se asomó al balcón, vio a la joven irse calle abajo. No era así, como había pensado, que acabaría la noche. Se quedó mirando las luces del puerto, y aunque con una sensación extraña se sentía a gusto consigo mismo.

Pasaron 10 años. El Trans Vasconia entraba en el puerto de Amberes, de nuevo volvía a su puerto favorito. Cuando saltó a tierra se dirigió al restaurante Las Mañas. Miguel, el dueño, casi no le reconoció, Tito tenia una calva pronunciada y se había dejado barba, se quedó a cenar y se enteró de que otros que conocía ya no andaban por allí, se habían vuelto a su tierra.

Dos billetes, uno de cien y
otro de cincuenta, ciento cincuenta dólares

De madrugada acabó en la calle de las meretrices dispuesto a terminar la noche allí. Se fijó en una rubia de melena con falda muy corta y unas bonitas piernas, se paró delante y le dijo que no le gustaba terminar la noche solo, la rubia aceptó. Entraron en el Motel, subieron a la habitación, él se dirigió al balcón y se quedó contemplando las luces del puerto, en ese momento se dio cuenta que estaba en la misma habitación donde había pasado la última noche hacía 10 años. ¿Qué sería de aquella joven? ¿estaría en el pueblo? ¿se habría casado? ¿tendría hijos?

La rubia le dijo si pensaba pasar toda la noche en el balcón, se giró, la vio tendida en la cama totalmente desnuda, se dió cuenta de que no era rubia natural, el bello del pubis la delataba. Se sentó en la cama y le contó lo que le había pasado en aquella habitación con una joven 10 años atrás. Se desnudó y la noche fue totalmente ardiente y sexual, acabó extasiado y se quedó dormido. Al despertar por la mañana se dio cuenta que estaba solo, la rubia se fue sin despedirse, pero si no le había pagado.

De repente, pensó que se la había jugado, echó mano a la cartera a ver lo que se había llevado, y vio que estaba todo, las tarjetas y todo el dinero, no faltaba nada, encendió un cigarrillo y sentado en la cama se quedó pensando si lo habría soñado. Al apagar el cigarro en el cenicero vio que había algo debajo de la lámpara de la mesilla, la apartó y allí había dos billetes, uno de cien y otro de cincuenta, ciento cincuenta dólares.

* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2012 para centros penitenciarios


Article printed from La Oca Loca: https://www.revistalaocaloca.com

URL to article: https://www.revistalaocaloca.com/2012/08/las-luces-del-puerto/

Copyright © 2011 Revista La Oca Loca. Todos los derechos reservados.