Escrito por: Arsenio V.

La pasamos muy bien, de maravilla, valdría la pena volver. Es, de verdad, una experiencia inolvidable. Tanto tiempo que llevo viviendo en este país y no me he dado cuenta de cuántas cosas bonitas tiene. Esos largos caminos con sus verdes montañas, sus ríos, sus  gentes, todo es de verdad,  maravilloso. Les cuento que la cárcel hizo algo muy bueno por nosotros. Solo nos queda agradecer este acto de  confianza que depositaron en nosotros. Pues, de verdad, esto nos sirve para cambiar nuestra forma de vida, que a veces por andar en lo que andamos, en los malos pasos, en las malas conductas, nos perdemos muchas oportunidades de conocer  nuestro propio  entorno. La verdad, no lo olvidaré jamás. Esa larga travesía me ha servido para reflexionar sobre lo que ha sido mi vida, que tenemos que aprovecharla mejor, que tenemos que superarnos cada día que amanece por que cada día es un camino nuevo y siempre tenemos que estar preparados para  cogerlo. Esto lo entendí muy bien. Por el régimen que tuvimos en estos pocos días de travesía aprendí  también que tenemos que prepararnos siempre para todo, que la vida no la tenemos que seguir llevando a la ligera, que todo tiene su tiempo. Tengo que confesar que a veces me sentí cansado, sobre todo en el camino llamado “rompezapatos”, pero, saben, todo se recompensa con la belleza de sus lugares. La verdad es que todo, en general, para nuestra vida fue muy positivo.

Éste es el balance que hace el compañero J. C. G. H. de su viaje al Camino de Santiago, quien a forma de entrevista me contestó las siguientes cuestiones:

¿Qué le pareció el viaje

Me pareció muy interesante, se encuentra uno consigo mismo y se pone a pensar en lo que realmente queremos.

¿Qué pensaba de su vida en el camino?

Que he cometido muchos errores en mi vida, y también piensa uno en las cosas buenas que se ha perdido, sobretodo al ver el estado en que me encuentro, privado de la libertad. Por ejemplo, este camino lo debería estar haciendo con mis seres queridos.

¿Le deja este viaje algo positivo?

Todo en general, que tenemos que valorar más  a nuestros seres queridos, y además que hay más vida detrás de estas rejas.

¿Se fatigó mucho?

Sí,  demasiado pero a la vez me sentía recompensado por la belleza de todo el paisaje y, además, lo que pensaba en mi interior era que tenia que cumplir mi propósito.

¿Se sentía vigilado por los funcionarios?

Sí, un poco, pero a pesar de todo teníamos mucha libertad.

¿En algún momento pensó en escapar?

¿Por qué? ¿Para qué? Aunque parezca mentira, lo cierto es que en ningún momento eso pasó por mi cabeza.

¿Qué fue lo que más le gusto del viaje?

El maravilloso paisaje, la arquitectura y, sobre todo, la convivencia con los compañeros.

¿Piensa que este viaje puede cambiar en algo su vida?

Sí, claro, radicalmente, porque se aprende que la libertad es tenerlo todo en esta vida. Que nada de lo que hagamos, por fácil que nos parezca hacerlo, por dinero u otra cosa no merece la pena perderla. A decir verdad, ve uno las cosas con más claridad.

¿Qué pensó y sintió  cuando llegó a la meta y entró en la Catedral en Compostela?

Sentí una satisfacción interior muy grande por haber llegado a mi meta. Alegría, gozo de ver ese lugar tan hermoso. La catedral, sobre todo, tiene un encanto sobrenatural. La verdad, me sobrepasó en mis expectativas, no sé como describirlo, es todo para mi una grandísima experiencia.

¿A quien le da gracias: a Dios, a la cárcel?

Primero, a mi Dios por haberme dado esta gran oportunidad y, por supuesto, al equipo técnico de la cárcel por todo su magnífico apoyo en toda la travesía.

¿Qué piensa ahora después de su regreso?

Pienso que, de hoy en adelante, puedo ver las cosas con más claridad, que hay mucho por hacer, que hay buenos caminos por recorrer, que la buena vida existe, que de los errores se aprende y, lo más importante, que la libertad es tenerlo todo en la vida. Y mi nuevo propósito es no volver a perderla nunca jamás porque  tengo una familia que me quiere y me está esperando siempre.

¿Le gustaría volver?

No me gustaría, voy a volver.