“En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente”
Khalil Gibran

Esta mañana nos hemos despedido de las hospitaleras del albergue Ferramenteiros, a las cuales les enviamos un fuerte abrazo y nuestro más profundo agradecimiento, es de justicia decir que tienen bien ganado el diploma de picapedrer@s que nuestro propio centro les otorgó, y sin más demora nos hemos puesto en marcha. Hoy, a falta de oscuridad, la visibilidad se ha visto apenas mermada por una intensa niebla que, poco a poco y con el paso de las horas, ha ido desapareciendo mostrando un camino verde que nunca me canso de apreciar. Galicia es así, tierra de lluvias y de interminables prados que encierran leyendas tan ancestrales que se pierden en el tiempo. Hoy la etapa nos llevaba hasta Palas do Rei, y el ritmo ha sido tan ligero que a las tres de la tarde ya nos encontrábamos en nuestro destino.

La sorpresa ha llegado en forma de último esfuerzo, pues para encontrar el albergue aún hemos tenido que caminar cuatro kilómetros más. A pesar de eso, lo sigo prefiriendo, pues los compañeros que van una etapa por detrás nuestro se han equivocado de camino y casi terminan en Ourense (es lo que ocurre cuando uno sigue las instrucciones de Don Ángel). Bromas aparte, he de confesar que poco a poco me voy dando cuenta de lo que esconde el Camino de Santiago, pero lamentablemente no os lo puedo contar, esto hay que vivirlo.

Lo único que puedo decir es que cada día aprendo una lección nueva. Hoy he caminado toda la etapa a la vanguardia y el grupo se ha partido en cuatro trozos. No sé si me creeréis cuando os digo que me he sentido lejos de mis compañeros, preguntándome qué tal irían, si alguno se habría torcido el tobillo o necesitaba Reflex debido a una molestia muscular. Pero al final todos nos hemos vuelto a reunir, y esa sensación ha sido maravillosa. Es un grupo… es mi grupo.

Estoy cenando con desconocidos
y siento que los conozco de toda la vida

Sobre las 7 de la tarde Elena y Nacho han desplegado el mural y hemos reflexionado sobre unas frases que cada uno guarda desde el principio del viaje, comentando lo que nos hacen sentir. Un ejercicio tan eficaz como necesario.

Son las 21:48 de la noche y escribo este artículo en un lugar de ensueño. Enclavado en la más profundo de Pontecampaña y rodeado de naturaleza, el albergue Casa Domingo nos ha ofrecido una tranquilidad jamás imaginada. La exquisita cena ha sido culminada con una Queimada tan inolvidable como espectacular, acompañada con una Representación de las Meigas que nos ha dejado a todos boquiabiertos. Durante la cena, en la cual nos han acompañado otros Peregrinos, Jhorkelin me ha dicho “Estoy cenando con desconocidos y siento que los conozco de toda la vida”. No encuentro mejor manera de describir lo que es esto Pero ya me he acostumbrado a la magia de este viaje. Galicia es así y lo bonito es descubrirla.

Hoy nos vamos felices a dormir, hasta mañana y BUEN CAMINO PEREGRINOS.