Cartelera cinematográfica: “La noche más oscura”

¿Qué es lo que pretendía Kathryn Bigelow dirigiendo la noche más oscura?

Me imagino un despacho anodino a mitad de camino entre Los ángeles y Washington. Personas que hablan sobre grandes asuntos de los que ellos mismos no tienen gran idea. Nadie tiene una noción exacta sobre lo que los EE.UU. están haciendo en Afganistán. Once años después de que el país quedase en ridículo. Torres gemelas. Presidente leyendo un libro del revés. Aún así nadie sabe. Afganistán ya no existe ni como sombra de lo que era antes de la llegada de los marines. Ni siquiera se ha ido a robar petróleo. ¿Promesas de gas? Tal vez. ¿Punto estratégico en el futuro pandemónium asiático? Por ahora nadie piensa en ello. Sólo el asesinato maquillado de Osama Bin Laden ofrece algo a lo que agarrarse en ese país extraño y seco y pedregoso.

Zero dark thirtyLa pregunta se les escapa de los labios,¿ si nosotros mismos, ahora, no somos capaces de ver a ningún héroe en nuestra época, qué pensarán de nosotros en el futuro?

Solo otra débil respuesta: el presidente Obama. El presidente Obama mató a Bin Laden. El líder difuso (semiheórico, semidecepción) contra el villano difuso (semienemigo, semiídolo). El objetivo parece vislumbrarse pero no del todo. ¿Cómo vender una guerra estúpida con un héroe ganador nobel de la paz?

Tiempo muerto. Cansancio. Alguien enciende un televisor. En Estados Unidos siempre hay un televisor. Homeland. Los cerebros pierden el hilo de sus pensamientos. Televisión encendida, encefalograma en off. Homeland, una buena serie. Otra más sobre espías y contraespías, como las de antes. La series de antes sí que eran buenas. Y con una mujer como protagonista, moderna. ¿Qué más pedir? Le gusta el presidente, lo dijo en una entrevista. ¿Qué más pedir?

Al llegar los anuncios alguien por fin piensa: es una pena que la serie no se desarrollase en Afganistán. El tema espías no es explícito pero suena a confrontación no violenta. Espías en Afganistán, Obama dirige la operación desde una sala de monitores. Muy moderno, eso vende bien, apunta a alguien somnoliento.

Y por fin una mente preclara: ¿Qué diferencia hay entre Afganistán e Iraq? Los dos son secarrales. Es mas, ¿alguien en el país sabe dónde está cada uno de esos campos de batalla?

¿Cómo vender una guerra estúpida
con un héroe ganador nobel de la paz?

Hagamos Homeland en Afganistán. Es tarde está claro que nadie quiere perderse el partido de la noche. Pero Homeland es una serie, tiene un director por capítulo o algo así. Esos directores no sabrían cómo hacer una película que ganase un Oscar. ¿Y quién sí sabría? Nadie hasta entonces había pensado en los Oscar, pero era la guinda para el pastel. La marimacho esa que hizo la película por la que Avatar no ganó el Oscar. ¡Con lo buena que era Avatar!

Kathtyn Bigelow. Después de una carrera mediocre ganó el Oscar a la mejor película con En tierra hostil. Con un guionista de Homeland, si acepta o sino con otro que haya visto la serie. Y cambiar los cartelitos de Irak por Afganistan y Bagdad por Kabul… ¿Kabul es la capital o es Karachi… Islamabad a lo mejor?

Está bien, aunque ya no se hacen películas bélicas como antes. Ya no hay guerras como antes, dice otro mientras consulta en su smartfone el tanteo inicial del partido.

 

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