Pongamos que me llamo Pedro Almodóvar. Pero ser Pedro Almodóvar no es asunto sencillo. Por un lado está el Pedro productor, que desde los 80 es el buque insignia del cine español, le pese a quien le pese. Sus películas gustan, obtienen premios (cada vez más, conforme peores son sus películas) y, ante todo, funcionan en taquilla.

Luego está el otro Pedro, el que escribe guiones y los rueda. A este Pedro le gusta lo que vulgarmente se conoce como petardeo, lo malo es que la época del petardeo pasó hace 20 años.

Los dos Pedros me parece que no se llevan muy bien. Pasadas sus primeras películas se ha ido viendo que el productor se impone al guionista (cosa de la edad). Le ha ido dando cada vez más vergüenza vender y hacer dinero con sus divertidas salidas de tono. Así que poco poco el productor ha encargado al guionista películas policíacas, de acción, futuristas, y creyéndolo más digno: dramas, o quizás tragicomedias; no sé, es confuso para él y para todos. La cosa es que eso da igual, seguía vendiendo. El sello Almodóvar (fuera lo que fuese: kistch, bizarro, cachondo, confuso, ambiguo) funciona.

Después de unas últimas películas impecables en cuanto técnica y discutibles en cuanto a guión, “homenajes” y efectos narrativos, que no hacen más que evidenciar que quiere defenderse como un cineasta serio, o que al menos se envuelve en seriedad y altura. Después de todo esto decide hacer otra vez una comedia “alocada”.

Lo malo es que la época del petardeo
pasó hace 20 años

Cualquier actorucho que salga en ella dirá que lo ha bordado; a pesar de que sólo haya hecho culebrones y poco más. La taquilla funcionará, quizás un poco menos de lo esperado, y la cinta no defraudará mucho a la crítica. Es el estertor del Pedro guionista tiñéndose las canas, pero ya no está fresco ni cómodo con la comedia, y se notará. Divertida será, seguro, aunque quizás no donde él pretendía.

Pero ante todo quedará como una exhibición de “canto del cisne”, de que ya no hace tanta gracia como cuando no ganaba tanto dinero. En las noticias dirán que está teniendo una buena aceptación en Estados Unidos y antes de que nos demos cuenta ya se estará hablando de un nuevo guión y de quienes serán las nuevas chicas Almodóvar (Penelope no más, por favor). La vida continuará y el mito Almodóvar dará un paso más allá hacia donde se haya propuesto ir.

De lo que estoy del todo seguro es de que en Los amantes pasajeros no me reiré, ni la cuarta parte de lo que me reí, con el final de La piel que habito. A lágrima viva, oiga.