Dejà vu
Escrito por: Alex
Esto ya lo he vivido; aún recuerdo cuando era pequeño y nos conformábamos con un bote, un palo o un tirachinas. En esa época salíamos de ver una película, en casa de uno de nosotros, y con palos hacíamos fusiles y, tú indio, y yo, vaquero.
Pasados unos años, ya jugábamos al escondite, a la cerilla, al rescate, en el cual siempre había alguno que te encontraba a ti y a la chica con la que estuvieses. Todo esto viene a cuento de los recortes del gobierno pues, a este paso, veo a los abuelos cuidando que los nietos no se hagan daño jugando a la Dola o vigilando para que no les pille un coche.
Hemos vuelto, señores, a los 70 pero con el mismo dinero de aquella época y los precios de la actual. También recuerdo cuando el Calderón no se llenaba y nos dejaban pasar en el segundo tiempo; ¿que bajan los abuelos con sus nietos y les dejan pasar? Pues de esa manera seguíamos teniendo cantera en la afición.
Hasta en la tele hay un programa
llamado “Qué tiempo tan feliz”
Y no sólo lo digo yo, porque si os fijáis hasta en la tele hay un programa llamado “Qué tiempo tan feliz”. Entonces, ¿qué? ¿Volvemos a los tiempos en los que con una cerilla le dabas un beso a una chica? ¿Seguimos con ajo, agua, resina pues no hay otra? Lo bueno que tienen estos tiempos es que, como decía algún sabio, la televisión funciona siempre que nos proyecte un mundo ideal y nos haga olvidar la verdad de las calles.