Los estudios en Economía, tanto teóricos como empíricos, se han ocupado tradicionalmente de la producción e intercambio de productos físicos, tal vez por la facilidad que su tangibilidad otorga a los razonamientos.

Sin embargo, en las economías desarrolladas actuales el sector servicios es el que mayor porcentaje del PIB genera. Por lo tanto, todos los cálculos de magnitudes, estudios, etc. han de tener también su aplicación en dicho sector. El sector servicios abarca numerosas actividades: educación, salud, transporte, hostelería, finanzas… Y el deporte como espectáculo y como práctica es una de ellas.

Dentro de la Ciencia Económica existe una corriente dedicada al estudio del deporte. Normalmente se centra en alguno en concreto, siendo los más habituales en los estudios el fútbol, el baloncesto, el fútbol americano y el béisbol, todos ellos deportes de equipo. Y los temas abordados son muy dispares: sistema de competencia que generan los reglamentos de las diferentes competiciones, consecuencias de que sean siempre los mismos equipos los que ganan, repercusión económica de la celebración de eventos deportivos (por ejemplo, los Juegos Olímpicos) en la ciudad o país anfitriones, papel del entrenador en los resultados…

Un club de fútbol
es una empresa

En este artículo me voy a centrar en el fútbol y el punto de vista que voy a adoptar es el de los equipos en su conjunto.

Un club de fútbol es una empresa, puesto que, dejando de lado cuestiones legales y de propiedad, se ha de interpretar como una organización compleja que adquiere recursos de su entorno y los transforma en un servicio que ofrece al mercado. Y aquí nos encontramos con la primera dificultad para aplicar los conceptos establecidos por la Economía a este caso. Los factores productivos que un equipo de fútbol emplea serían, como es habitual en otros sectores, los recursos humanos (jugadores y entrenadores fundamentalmente) y el capital (las instalaciones con las que cuenta). Pero la variable representativa de su producto podría ser los partidos jugados, las victorias obtenidas, el conjunto de la competición, etc. Asimismo, los autores tampoco muestran acuerdo sobre cuál es el objetivo general de un club de fútbol, pues mientras algunos se fijan más en la obtención de beneficios, otros piensan que son los éxitos deportivos los que priman.

De todas formas esa falta de unanimidad no ha impedido que sean numerosos los trabajos académicos que se han dedicado a analizar el fútbol y los agentes que en él intervienen desde una perspectiva económica.