Escrito por: Tomás L.

¡Hija que vives en mi corazón! Estoy luchando por tenerte pronto junto a mí.

Hija, yo nunca te he olvidado, aunque tenga momentos amargos en mi corazón, escucho tu dulce voz diciéndome “papá te quiero“, yo hija también te quiero.

Se que cuesta comprenderlo ya que estoy aquí en prisión, quiero que sepas que aún eres parte de mi ser, y que pronto poses tu cabeza en mi pecho. Quiero decirte que eres parte del ayer y parte del mañana, que siempre estás conmigo en mis días de alegrías y en mis noches de tristezas. Me desespero con este nerviosismo interior, cuando te veo en vis a vis y te puedo besar y abrazar es la alegría de un padre que quiere de verdad a su hija. Cuando cojo el teléfono y no te siento, lloro en mi silencio. Cuando escucho tu dulce voz, quiero que sepas lo mucho que te quiero, mi pequeña y dulce y adorada hija.

Y que pronto poses
tu cabeza en mi pecho

También sufro mucho de no tenerte a mi lado y no sabes lo que te echo de menos y cuanto deseo tus besos y abrazos; los conservo todos desde el día en que naciste. Por eso tú eres mi vida y también amiga y confidente, a la que no puedo mentir, ya que a tu corta edad me das mucha energía. Espero y deseo estar muy pronto contigo para no separarnos nunca jamás, cariño mío. Cómo decirte mi amor que tus besos son la razón de mi existir.

¡Aguanta, hija, que esta tortura está llegando a su fin!

  * 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2013 para centros penitenciarios