Escrito por: el cronista enmascarado

El pasado 29 de enero, festividad de San Valero-rosconero, pudimos disfrutar de la compañía de cinco escritores y un aprendiz. Nos acompañaron:

     -Estela Alcay (Mª Carmen Salas), que nos obsequió con un relato de dos jóvenes que se conocieron por medio del chat, hasta que decidieron conocerse personalmente, cosa que hicieron con unos resultados notables. O sea que ya sabes, arriésgate.

    -Fco. Javier Aguirre, cuyo relato era de tipo “literatura abstracta”; me explico, un cuadro abstracto quizás no lo entiendas, pues con esta literatura ocurre lo mismo, no le ves el sentido por ninguna parte. O es porque era de ciegos, no sé.

    -José Antonio Prades. Su cuento trataba de una joven a la que le cortaban la pierna. Cómo se pasó, pobre chica, si le hubieran cortado solo un dedo vale, pero la pierna…  bueno, un cuento sobre la diversidad.

    -Pilar Aguarón escribió sobre una enfermedad que, en la actualidad, no tiene cura; pero a pesar de ello la protagonista de su relato no pierde la esperanza y anima a otros pacientes. Realmente me gustó.

    -Ricardo Fernández. Su aportación a este libro lo hizo con dos hermanas, una de las cuales se iba a casar. Bien, por fin algo de alegría: “una boda”, aunque ya sabemos que la novia va siempre de blanco, que significa pureza, alegría. El día más feliz de su vida, por eso el novio siempre va de negro.

Todos ellos aportaron en sus relatos sobre la diversidad: superación y aceptación, y entonces cuando todos estábamos ya alegres, disfrutando de la mañana, llegó Belén Gonzalvo y nos dice: “En mi relato la madre mata al hijo“. Nos destrozó todos los cimientos que habíamos construído sobre la aceptación.

Hasta aquí todo bien. Luego empezó el coloquio y las preguntas. Había un tipo que era un crack, buena persona, buena presencia, inteligente creo, que le llamaban “el oso yogui” y habéis podido comprobar que no tiene abuela. Bueno, pues este tipo hizo un bombardeo de preguntas que fueron contestadas “brevemente” , pues pudimos irnos a comer.

También intervino D. Jaime uno de los coordinadores de formación, el otro no se dignó ni en aparecer por la charla. Las monta, invita a los personajes y luego: “Haz la crónica que yo no he estado”, “No, si ya nos hemos dado cuenta”.

Continuando, el coordinador hizo una exposición de su política interna que sonaba muy bien, ahora solo falta cumplir. Comentándolo  nos dijo que se iba a dedicar al mundo de la política y en palabras textuales: “Prometer, prometer hasta…”.

Se preguntó que  si los cuentos estaban basados en hechos reales o eran invenciones. Todavía no lo sé pues te contaban la historia de su vida y no contestaban, salvo Pilar y Estela. También nos enteramos, sin querer, que uno era sordo, el otro tenía cerezas y albaricoques y el aquí firmante tenía una distrofia muscular.