Otra vez Navidad

Otra vez Navidad.

Este cuento implacable y pretencioso.

Otra vez la trinchera de las sombras,

la inevitable fiebre del insomne

y la pausada estela del olvido.

 

Enfermedad de barrio,

de amarillentas luces suspendidas,

sobre un río de espuma desbordada,

en un miasma de niebla intransigente,

que me arropa, me ciega, me amortaja.

 Navidad

Ventanales cerrados,

que preservan los sueños en los nichos

de ilusión condenada por un tiempo,

de porte alucinado y tez marchita,

enquistado en las grietas del cemento.

 

No te olvido, no puedo

hundirme en este lodo y olvidarme

de la risa en tu boca, de tus ojos,

que desbrozan veredas a otros mundos.

De tu pelo de brisa entre los árboles.

 

Ensoñación del viento

en mi alma clandestina y justiciera.

Te deslizas en ráfaga imprevista

que permite vivir, seguir tocando

una lágrima ausente en las pestañas.

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