La caída

Se viene repitiendo a lo largo de (sud) América un fuerte revés al modelo alternativo “socialista” que se estaba dando como tendencia, especialmente sobre el margen atlántico del subcontinente. Marcados por acusaciones de corrupción, populismo, demagogia e innegablemente por personalismos (con una intención de perpetuidad) con y desde un formato de gobierno cívico-sindical en marco de supuestos complots, boicots, y/o herencias malditas que apuntan a desestabilizarlos; estos gobiernos han (sin un mea culpa) depositado en (los) medios de comunicación la culpabilidad de sus fracasos pese a haber desarrollado un aparato propagandístico propio (canales, programas, periodistas militantes, y una inversión sin precedentes en propaganda oficial).

noticias_8_sudamericaEl discurso demagógico, la polarización de los países en base a la teoría de los dos demonios, y descalificando a las oposiciones (simbólicas pues los gobiernos han contado con mayorías parlamentarias absolutas), junto con medidas viciadas de inconstitucionalidad (cuando no inconstitucionales) marcó al menos esta última década, década de gobiernos que aprovecharon la bonanza económica del período ventana que brindaron las comodities (especialmente carne, soja y petróleo) para instaurar una dominación retributiva en base a dádivas y planes de “contención” social (para algunos de caracter asistencialista).

Viciados de hemiplejía moral, pues las resultados de comicios a favor eran fundamentaciones pero en contra cuestionados y hasta desoídos, estos gobiernos anularon en muchos casos el principio de separación de poderes del modelo republicano, y dejando en evidencia fraudes, enriquecimientos y la negativa recurrente a la instauración de comisiones investigadoras.

Ataques a la libertad de prensa, censura, cierre de medios, presos políticos y políticos ( en ejercicio) procesados por casos de corrupción, enriquecimiento ilícito y  conjugación del interés público y privado, se repitieron en mayor o menor medida en estos países marcados por la devaluación, la inflación, la fuga de capitales y la (re)aparición de grupos de presión política afines a los oficialismos (en algunos casos armados).

Es en estos contextos aparecen presidentes con “superpoderes”, que hacen primar “lo político sobre lo jurídico”(pérdida total de garantías institucionales), que hablan con pajaritos, multiplican penes, cambian constituciones y aumentan inexplicablemente sus patrimonios (hasta un 800%) mientras aumentan exponencialmente los índices de inseguridad y sus sistemas de medición y/o estadística ocultan, manipulan o falsean datos con el fin de evitar mala propaganda.

La historia nos enseña
y nos negamos a aprender

Es así que en pro de propagandas prooficialistas de proxelitismo ideológico de y en una exacervación nacionalista se estatizan y/o mantienen entes y/o servicios públicos (estatales) que dan pérdidas millonarias y son inviables bajo la excusa de mantener la soberanía. Estos gobiernos que acusaron históricamente a sus predecesores de acomodo político aumentaron a un ritmo sin precedentes el número de funcionarios publicos,  arruinaron innegablemente los sistemas y circuitos productivos de los países y se apegaron a discursos belicosos provocativos y autoritarios (plagados de soberbia).

populismoNos equivocamos, nos traicionaron y mintieron, los que defendemos este modelo de forma crítica y reflexiva no cuasi fanático-religiosa nos damos cuenta que han sido más de lo mismo salvo excepcionales y destacadas excepciones que predicaron con el ejemplo. No aplaudo por aplaudir, como si fuera obligación que el pertenecer a una corriente ideológico política fuera de orden sectario- secular; ni critico por criticar (por que pienso no obedezco), ni por opinar distinto me vuelvo un traidor a la causa por la que he dado mucho y volvería a dar.

Admiro y respeto por convicción a quienes han dado un giro histórico al sistema político, pero idolatrar y (casi) endiosar a sujetos nos transforma en serviles y devotos irreflexivos fáciles de utilizar. Gracias por todo lo que han hecho pero reconozco los errores/horrores que se han cometido y que no deben repetirse.

NO dividan más a los países, no inciten a la confrontación ni a la violencia… dejemos de actuar irreflexivamente y de votar modas desde la ignorancia. Me causa tanta indignación quien me cuestiona desde la ignorancia como aquel que me apoya y vota como yo sin fundamentos y sin ser capaz de fundamentar su pensamiento  y lo hace desde meros clichés y repetición de cosas que no sabe y solo escucha cuasi a modo de pauta publicitaria.

Hoy cambian las tendencias en nuestra América y debemos asumir la derrota de nuestras ideas porque así es en democracia, por lo que  desear que a los gobiernos entrantes les vaya mal nos vuelve ignorantes porque es desearle que le vaya mal a su mismo país.

Propongo debatir ideas, no personas ; proponer modelos, ideas y formas, no personas; el cambio somos y se sostiene en todos, no en personas; dejemos de ser  una maza sin sentido y zombies políticos.

La historia nos enseña y nos negamos a aprender.

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