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¿Hemiplejia o parálisis moral?

Posted By Julio Manuel Pereyra On 22/01/2016 @ 09:00 In Opinión | No Comments

El contrasentido en América

Esto es un cuestionamiento desde una opinión personal sobre hechos fácticos, no supuestos, y bajo ninguna circunstancia representa fundamentar o justificar otros regímenes o negar los logros que si se han obtenidos en materia social en y desde estos que pongo en cuestionamiento. Recuerde que cada fundamentación que intentaré utilizar para rebatir o debatir lo expuesto, de no caer en hemiplejia moral, puede ser utilizado para fundamentar y justificar el accionar análogo de otros gobiernos en las antípodas ideológicas.

 

Recientemente la Canciller venezolana increpó en un encuentro del MERCOSUR al novel presidente argentino Macri acusando le injerencia, en una actitud absolutamente hipócrita o de hemiplejia moral, pues la propia canciller se encontraba allí en virtud que los países miembros “primando lo político sobre lo jurídico” (ex presidente Mujica-Uruguay) sancionaron a Paraguay por un procedimiento constitucional que destituyó al entonces presidente Lugo, lo que permitió el ingreso de Venezuela al bloque comercial (pues Paraguay se oponía a su incorporación). Esto me llevó a reflexionar sobre la realidad latinoamericana.

Ni el ocultamiento de datos reales por parte del INDEC en Argentina, las amenazantes y preocupantes declaraciones y convocatorias de Maduro en Venezuela a desconocer  el resultado democrático de las elecciones del pasado 6 de diciembre, la presencia de presos políticos, y comisiones investigadoras por cuestiones políticas sensibles (Petrobras-Brasil/ANCAP-Uruguay) con la sombra de juicios políticos como el que puede enfrentar Dilma Roussef (Presidente de Brasil) y la “grieta” político-ideológica que se ha desprendido de la teoría de los dos demonios parece afectar a los pesudo fanáticos político-ideológicos que se refugian en cliches propagandísticos como la “herencia maldita”, supuestos complots mundiales del imperio y los neoliberalismos (que muchos siquiera podrían definir) y el acuse a los medios de comunicación como desestabilizadores para defender lo que en apariencia parece indefendible.

noticias_8_sudamericaSe han desconocido voluntades populares democráticas (como ocurrió en Uruguay respecto a la “Ley de Caducidad”), y estos gobiernos “progresistas”, “revolucionarios” “libertadores” han abusado de sus mayorías parlamentarias (no han tenido oposición real) y puesto en crisis el principio republicano base de la separación e independencia de poderes.

Ni un fiscal de la nación muerto en circunstancias aún no esclarecidas (Nisman, Argentina), ni el enriquecimiento exponencial inexplicable de políticos y familiares (Cristina Fernández de Kitchner, Argentina), ni el cierre de medios o no renovación de licencias atacando la libertad de expresión (Venezuela, Radio Caracas entre otros observado por organismos internacionales), ni la negativa de veedores de la OEA en Venezuela para los comicios (recordar carta del secretario Almagro), ni Antonini Wilson (valija no declarada), ni el uso propagandístico cuasi obsceno y monopólico de los medios de comunicación oficiales (cadenas presidenciales y actos proselitistas: Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela  y C. Fernández de Kitchnner  en Argentina como ejemplos desmedidos), han desalentado los argumentos que los seguidores de estos regímenes que repiten de manera cuasi secular un credo desmentido en la realidad.

Ni lo ocurrido con ANCAP (petrolera) o Pluna (Aerolineas) en Uruguay, o las pérdidas de Aerolíneas Argentina, ni el aumento desmedido de la delincuencia y la inseguridad, ni el escándalo del Mensalao (Brasil) parece teñir la santidad e incorruptibilidad de estos gobiernos con vicepresidentes procesados (por delitos); con sucesos como lo de la Imprenta Ciccone (Argentina), el caso del remolcador “ky chiroro” (Uruguay), o los estudiantes muertos en manifestaciones (Venezuela y Chile) los defensores acríticos de estos regímenes han presentado una hemiplejia o parálisis moral (cuando no hipocresía) al  no manifestarse en contra ni cuestionando esto cuando si lo han hecho en sucesos ocurridos en países que no poseen un gobierno de esta línea política (ej: FEUU, PIT-CNT, Plenaria MyJ Uruguay/ La Campora, Madres de Mayo Argentina, etc.).

Sin un mea culpa, y con ansias de perpetuarse en el poder (modificando e intentando modificar constituciones para la perpetuación a través de relecciones indefinidas) cual régimen monárquico, estos gobiernos han atravesado altos cuestionamientos a sus elecciones, sobre todo fraude (véase las denuncias en Venezuela, lo ocurrido en Tucumán) donde se ha demostrado han votado personas fallecidas, quema de urnas, amenaza con maldiciones a los votantes (Maduro, Venezuela) etc.

Sin un mea culpa,
y con ansias de perpetuarse en el poder

Mientras el sistema educativo entra en crisis, los sindicatos se conforman casi como una cartera más del gobierno, surgen los personalismos y personajes (Delia, Anibal Fernandez, Eve de Bonafini en Argentina; Castillo, Irma Leites, Silva de ASSE en Uruguay, etc.) se suceden casos como  la  sobrefacturación en el Hospital Maciel (Uruguay), campañas políticas televisivas absolutamente bizarras (Argentina, Venezuela), declaraciones de  esencialidad, (Uruguay), a la vez de aumentar significativamente el narcotráfico, la tratas de blancas y la inseguridad (basta ver datos), junto con la inflación (Venezuela la tasa más alta del mundo) y/o aviones viajando con camiones blindados llevando dinero (Argentina) sin que esto no encuentre como réplica evocaciones del pasado o justificaciones análogas como “estos roban menos” (sin contar con los sectarios que lo niegan).

ArgentinaNi puentes cerrados (Argentina-Uruguay), ni niños muriendo de desnutrición (Chaco-Stgo. del Estero/Argentina), ni documentación quemada en incendios accidentales (Caso Hotesur-Argentina), ni denuncia de juicios armados (caso Leopoldo López -Venezuela), ni la muerte de un niño scout (Venezuela), ni la negación al costeo de medicación costosa (Uruguay), ni los Peirano libres (Uruguay), ni el aumento desmedido de funcionarios públicos (América toda) entre otros afectan a esta gente “zombie- política” que evocando las palabras de un político uruguayo “votan una heladera si es del partido” (no recuerdo cita textual, así que es una paráfrasis).

El doble discurso por conveniencia si sirve es bueno sino es malo, el contraargumento retórico y la esquiva de respuesta de manera soberbia y autoritaria se hizo costumbre en y desde funcionarios atornillados al poder, como se vio en varios casos (Capitanich-Anibal Fernandez en Argentina; Bonomi en Uruguay, Diosdado Cabello en Venezuela o goberantes ecuatorianos en los casos llamados “comecheques”, “narcovalija” o del “gran hermano”que salpicaron al presidente Correa).

Los informes internacionales sitúan muy mal a nuestros países en los índices de transparencia y corrupción y eso no es casualidad, y lo peor de todo es que el contraargumento a lo que expongo será: “pero la derecha…” “pero fulano…” “pero no decís o te acordas que mengano…”. En otras palabras, no niego la corrupción y escándalos en otros gobiernos, sino el no cuestionamiento a la transparencia cuasi impoluta que sostienen desde la negación absoluta de la realidad.

Mirar medios (canales) como el venezolano Telesur da asco, no por el enfoque de la noticia sino los términos descalificadores, ofensivos y acusadores en las noticias, falseando la realidad y dando una versión muy parcializada y conveniente de los hechos (paso con programas proselitistas militantes como 678 en Argentina entre otros). Sus argumentos, en ocasiones dogmáticos se basan en ironizar y ridiculizar (nunca demostrar o comprobar la falsedad o no de argumentos), atacando a nivel personal a los mensajeros (práctica maquiavélica) desde un pseudo-periodismo militante.

Se debe devolver la transparencia y credibilidad a los gobiernos e instituciones democráticas en sudamerica, instituciones utilizadas con fines proselitistas y electorales que ayudaron y afirmaron una dominación retributiva basada en “Lazaros Baez” (Argentina) “López Menas” (Uruguay), “Antoninis Wilson” (Venezuela) y planes sociales a población cautiva, medidas  populistas que condujeron irreversiblemente a la debilidad gubernamental y dio margen a nuevos caudillismos.


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