Escrito por:  Jarol C. A.

Desde el día que nací me demostrarte tu inmenso amor,

me criaste entre tus brazos y me atendiste en toda ocasión,

¡Perdóname, madre querida, por hacerte sentir dolor!

¡Perdóname, madre querida, por romperte el corazón!

Estoy pagando una condena por una mala decisión,

ahora, estoy arrepentido, pidiéndole a Dios con fervor:

¡perdona mis pecados y regálame tu bendición,

porque de todos mis problemas yo mismo fui el autor!

Espero, madre mía, no me saques de tus pensamientos,

siempre has demostrado cariño y no has hallado impedimento,

lo grande que hay en ti son tus buenos sentimientos,

sólo con escuchar tu dulce voz, vivo bastante contento.