Más allá de la ciencia (Cap. 13): “Campos de abstracción y cuerpos de luz” (1ª parte)

Uno de los conceptos recurrentes en los libros de Alice Ann Bailey es el de los cuerpos de luz. Aparece a la vista del estudiante como algo extraordinario y que invita a perseguir su consecución. Naturalmente, todos nos estrellamos contra un muro, el de la imposibilidad de conseguirlos. Sin embargo, el término “imposibilidad” es al mismo tiempo un espejismo y una realidad.

Continuamente el ser humano está construyendo sus cuerpos de luz, solo que no lo sabe y tampoco tiene control consciente sobre una facultad que se escapa a su comprensión. Puede ocurrir también que se tenga la capacidad, pero que sea denominado de otra forma, por ejemplo: campos de abstracción, lo que lleva a un mismo destino, aunque se utilice una nomenclatura distinta.

Quizás sea excesivo mi atrevimiento al asignar un caso que conocí hace cuarenta años, y que apenas con el transcurrir del tiempo he comprendido, relativamente. Un joven francés, amigo mío, estaba hablando indirectamente del cuerpo de luz, y sin embargo él no utilizaba ese vocablo. Lo extraño del caso es que él me explicó la mitad del misterio y la otra mitad me la señaló otro amigo común al que vi en el entierro del joven…

mas alla de la ciencia“– Cuando era niño, antes de que mi madre viniese a despertarme para ir al colegio, ya llevaba varias horas creando campos de abstracción ” –me comentó un día.
–¿Qué son campos de abstracción? – pregunté.
–Imagina algo. Puede ser cualquier objeto: una casa, un autobús, un automóvil… lo vas disminuyendo de tamaño hasta que sea tan pequeño como un punto, pero que no se convierta en un punto, sino que conserve en su pequeñez las características del objeto imaginado. Cuando hayas conseguido mantenerlo diminuto y sin perder sus propiedades, entras en él. En ese preciso instante el objeto muestra el significado que tiene para ti. Todas las cosas tienen significado. ¡Cuánto más los seres humanos! Yo veo en mi interior el mundo como si fuesen puntos de luz. A eso lo denomino: campos de abstracción. Se podría decir que están relacionados con las matemáticas. Las matemáticas son como el primer plato de una comida, los campos de abstracción son el postre. Y es necesario comer el primer plato para llegar al postre. Dicho de otra forma: son la consecuencia y esencia de las matemáticas. Por este método, calculo que he vivido el equivalente de quinientos años.”

Para cierto tipo de mentes, este sistema de trabajo no es nada sencillo. Al contrario, es casi imposible dominar tan virtuosamente la construcción de imágenes. Debe ser una capacidad con la que nacen algunas personas, pero no todas. En cierta ocasión le relaté a mi amigo que el gran escritor Hermann Hesse comentaba en uno de sus libros que una vez se había hecho tan diminuto que se había metido en un cuadro. A lo que me contestó: depende de la capacidad mental de cada uno.

Continuamente el ser humano
está construyendo sus cuerpos de luz

¿Tiene este tema relación alguna con la meditación esotérica? Buena pregunta. En mi opinión, sí. Estamos hablando de la creación de un mundo mental habitable por nuestra propia mente. Nos conduce hacia la existencia de otros mundos dentro del que habitamos. Frase muy conocida y quizás no tan valorada. Los pensamientos, especialmente ciertos tipos de creaciones mentales realizados con el poder de la visualización, son algo real en un mundo en el que la luz es el material de construcción. Son lugares donde se pueden tocar los objetos a condición de que se cree el órgano se pueden palpar si somos capaces de construir con luz el órgano táctil mental.

Desafortunadamente no sé cuál será el punto de vista de la ciencia al respecto, si es que existe. Pero si observamos lo que nos dicen ciertos escritores de mundos de fantasía, comprobaremos que todo comienza con la entrada en un mundo extraño, con una puerta secreta escondida dentro de un armario, con un cuarto oscuro donde en un momento determinado se inician una serie de acontecimientos fantásticos. Podemos pensar que todo es fantasía y que está dentro de la mente del creador, pero lo extraño del caso es que al principio es así, sin embargo, transcurrido un tiempo, determinado tipo de creaciones mentales se transmutan en una puerta , un lugar de extrañas características que nos puede llevar hacia otras mentes y por lo tanto hacia el mundo físico de nuevo, pero en otro lugar. La Historia Interminable de Michael Ende.

la historia interminable

Un cuento infantil con trasfondo espiritual. La Princesa Infantil bien pudiera ser el Alma o Ángel Solar que reside en un castillo (Loto Egoico) y que concede a los emperadores en cada encarnación, la fuerza y el poder. Bastian accede a su alma inmortal y se convierte en un creador de mundos. En muchos casos, los cuentos son velos que cubren lo que autores de prestigio quieren decir de verdad y sin necesidad de ser tildados de lunáticos… Dragón…de sabiduría… come-rocas… elementales… el deseo… el motor del mundo…

Imaginemos que alguien construye un mundo de fantasía dentro de su propio cerebro; que lo hace tan bien, que emite cierta clase de magnetismo y atrae la construcción mental de otro creador. Está claro que tienen que tener algo en común: aquello que se denomina vibración, color y sonido. Ambos mundos se ven conectados por una determinada peculiaridad magnética. En el universo mental la materia es luz, por lo tanto funciona como tal. Dicho de otra forma, las imágenes de sustancia luminosa se pueden comunicar en un segundo con cualquier parte de la Tierra, otra cosa es que se realice de una forma consciente, lo que en verdad es lo más complicado.

 

Imprimir artículo Imprimir artículo

Comparte este artículo

1 comentario

  1. Me ha parecido muy interesante el articulo. Yo estoy en ello. Gracias.

Deja un comentario

Por favor ten presente que: los comentarios son revisados previamente a su publicación, y esta tarea puede llevar algo de retraso. No hay necesidad de que envíes tu comentario de nuevo.