El otro día 12-11-2015 nos vino a ver el profesor Conrado Rillo para explicarnos las cosas que se pueden realizar con el helio. Un dato importante es la cantidad de helio que consumimos, que nos dijeron que era de 800 toneladas diarias. Mirando que es una cantidad mundial no parece mucho, pero si pensamos un poco mas allá, nosotros no producimos helio, sino que lo extraemos de la tierra como el gas natural o el petróleo. Entonces la pregunta es: esas 800 toneladas diarias ya no son tan pocas, ¿verdad?

El profesor Conrado Rillo nos explicó para qué utilizamos el helio, por ejemplo para la fabricación de chips informáticos porque el ambiente estéril que produce el helio no lo produce ningún otro gas, así como para las máquinas de hospital que se usan para hacer resonancias (o mas comúnmente dicho un TAC).

El helio se puede encontrar en dos estados físicos. Como todos sabemos está en forma de gas, que es como todos lo conocemos más comúnmente. Todos hemos visto esos globos de helio que se escapan de la mano de algún niño en un parque y salen volando. O como hacen mucho por televisión, que diferentes personas aspiran globos de helio y se les pone la voz de pito, eso es muy divertido, ¿quién no ha querido hablar como los Pitufos? Pero el helio es un gas que a nosotros no nos permite respirar, porque un poco para una broma está bien, pero es perjudicial. Una de las suertes que tenemos con el helio es que al ser mucho menos pesado que el aire que respiramos, en caso de fuga siempre se irá al techo de la estancia, lo cual nos permite mas facilidad de escape, ¿no?

La mayor pega que teníamos con el helio era el almacenamiento, porque para almacenarlo necesitamos mucho espacio para una cantidad muy pequeña y la gran solución que se encontró para este problema fue mantenerlo en estado líquido, lo cual nos dijeron que se conseguía a 269ºC bajo cero, pero los primeros estanques para mantener el helio a esa temperatura eran enormes y con un coste y un mantenimiento exagerado. De esto hace cien años.

Hemos dado un paso más adelante
en la Ciencia y encima en Aragón

Pues este grupo de científicos liderados por el Profesor Rillo, han conseguido fabricar un estanque mucho mas pequeño y manejable, que aparte de poder almacenar el helio líquido también se consigue que se recupere todo el helio que desprenden las máquinas que consumen helio, y así se logra que el consumo de este gas disminuya, porque si por ejemplo un hospital gasta unos 10 litros diarios, parece poco pero por 30 días al mes y 12 meses al año nos lleva a 3600 litros al año y lo multiplicamos por todos los hospitales que hay en el mundo…. No sé, pero debe ser una barbaridad. Pues ahora imaginen que ese helio es un gas que gracias a esas máquinas es infinito porque no se consume, tan solo se recicla y de esa manera conseguimos que el consumo de helio sea inferior, pero por desgracia solo un 30% de las 800 toneladas que os dije antes, se consume en líquido, que es el que podemos recuperar, y de este 30% todavía no todo se recicla.

Les damos las gracias a este grupo de científicos por ese grano de arena que han aportado para hacer que seamos menos consumistas de unas reservas que algún día se acabarán y entonces ¿qué haremos?

Os lo podéis imaginar, a dos científicos diciendo; “Jodo que pedazo de cacharro tenemos que tener para guardar el helio liquido co, a que no hay bemoles a hacer algo más pequeño y funcional”. Y veinte años después, tenemos la suerte de disponer de esos aparatos que según nos explicaba, todavía no son del todo “perfectos”.

Deseamos darle nuestras más efusivas gracias al Profesor Conrado Rillo por esta charla tan amena y con tantos puntos e ideas. Yo con lo que me quedo es que gracias a estas personas hemos dado un paso mas adelante en la Ciencia y encima en Aragón.