Más allá de la ciencia (Cap. 13): “Campos de abstracción y cuerpos de luz” (2ª parte)

Si tenemos en cuenta que hay miles de millones de seres humanos, las construcciones mentales pueden estar conectadas, como decimos habitualmente y de una forma parcialmente Así pues, gracias a la poderosa capacidad de algunas mentes privilegiadas, en algún recoveco del espacio interior hay todo un mundo de materia mental. Un mundo en el que, cumpliendo ciertos requisitos, se puede permanecer y tocar los objetos. Un universo en el que unos miles de personas entran conscientemente en horas de vigilia, y otros inconscientemente en horas de ensueño. Un universo de desconocido funcionamiento. Sin embargo, un lugar que siempre ha existido. Y para comprender que siempre ha sido así no hace reeditados y de Alice Ann Bailey.

Pronto nos daremos cuenta de que a pesar de estar escritos hace más de dos mil años y de ser probablemente una recopilación de textos más antiguos todavía, sus proposiciones nos superan de tal manera que desistimos de intentar comprender y practicar ciertos postulados respecto al mundo de la mente.

19. Por la meditación concentrada se perciben las imágenes mentales en las mentes de otras personas.
20. Debido a que el objeto de tales pensamientos no se manifiesta al perceptor, éste sólo ve el pensamiento y no el objeto. Su meditación excluye lo tangible.
42. La meditación concentrada en la relación existente entre el cuerpo y el akasha, otorga la ascensión fuera de la materia (de los tres mundos) y el poder de viajar en el espacio.

Ahora, esperando no ser tildado de “alucinado”, daremos un voto de confianza a mi amigo francés del que me comentó nuestro amigo común:

“Me dijo que todas las noches entraba en una nave espacial y viajaba.”

Bien. Desde el punto de vista de una persona normal, estamos ante un soñador. Pero si consideramos que aquel joven practicaba desde los cuatro o cinco años la recreación de campos de abstracción, ¿no podríamos pensar que en verdad su mente había llegado a conseguir tal poder que simple y llanamente hacía realidad el aforismo número 42 del antiguo sabio Patanjali?

quintin 3¿En qué nos puede beneficiar creer que un niño había dominado la mente y cierta clase de sus poderes? ¿Tal vez aumentaría nuestra esperanza en el milagro de la vida?

Los campos de abstracción que hemos mencionado son otra forma de definir el mundo de la mente con sus potencialidades inherentes. Casi con toda seguridad podríamos afirmar, y no nos equivocaríamos demasiado, que a través de nuestras mentes entramos en nuestro propio mundo que es una puerta al mundo mental que a su vez tiene alguna salida al mundo físico en otra parte de la Tierra.

En realidad estamos dando muchas vueltas a lo mismo, a cierto tipo de iniciación mental que abre el misterioso mundo de las mentes y del plano mental.

Pudiera ser, afinando un poco más, que aquella persona que dominase perfectamente los campos de abstracción podría avanzar unos pequeños pasos en el tiempo. Sinceramente, no sabemos cómo, pero puesto que se permanece en una dimensión en que la luz es la materia fundamental, una vez dominada la fórmula de viajar mentalmente, el tiempo interno mental podría tender a ralentizarse, mientras el tiempo externo continuaría a la misma velocidad, de tal manera que mentalmente podríamos avanzar unos minutos, incluso unos días. Lo más extraño es que cuando el viajero mental volviese a su mundo, el mundo externo estaría igual que antes de viajar a través de sus campos de abstracción. Además de esta posibilidad, podríamos suponer que mentalmente habría podido adelantarse a algunos acontecimientos que necesariamente en el mundo físico obtendrían unos resultados obligados por sus causas ineludibles. Deduciría los acontecimientos futuros gracias al contacto con las causas primarias y reales en los mundos mental y sentimental.

Intentado ser más claros: viajando en el mundo interior mental y conectando distintas causas mentales que obligan a las personas a desarrollar un resultado inexorable, se podría tener un atisbo, una predicción de un acontecimiento futuro. Estos viajes al mundo de la mente, conjunto de mentes humanas, podrían explicar esos raros acontecimientos que vislumbran algunas personas con cierta anterioridad a que sucedan en el mundo físico.

Después de reunir información acerca de los viajes en el tiempo, parece ser que lo que afirma la Teoría de la Relatividad es que si se alcanza la velocidad de la luz, el tiempo tiende a 0. Dicho de otra forma, si algo viaja a la velocidad de la luz, el tiempo se detiene. Por lo tanto, parece ser que un sujeto (entidad luminosa) que viajase a tal velocidad podría ver el futuro del plano físico, y para él no habría pasado apenas tiempo. Lo que plantea la paradoja de los hermanos gemelos significa que los dos gemelos (uno, parado en la Tierra, el otro viajando en el espacio) ambos se encuentran en el futuro, uno con unos días más de edad y el otro con noventa o cien años, es decir que no hay posibilidad de regresar al pasado con la información… salvo que de verdad, tal y como parecen atestiguar algunos videntes, la información pueda extraerse del futuro y depositarla en el presente.

Si consigue encontrar la paz y la vitalidad,
continuará practicándolo toda su vida

Sea como fuere, lo que sí se puede asegurar es que si alguien quiere ser un superhombre en ciertos aspectos, lo único que tiene que hacer es practicar día y noche, sin desatender sus obligaciones cotidianas, la reducción de imágenes, la entrada en su símbolo abstracto, generar un mundo interior, y a partir de ahí habrá desarrollado hasta tal punto su poder de visualización que más pronto que tarde será capaz de ver a través del centro ajna y vislumbrar algo acerca del futuro cercano. Tal visión se diferencia de otras imaginaciones o suposiciones visuales porque otorga una extraña certeza en la mente de quien ve el acontecimiento.

Pongamos un ejemplo. Un padre y sus hijos permanecen en una habitación. El adulto está contando a los niños un cuento antes de dormir. El padre, que durante varios años ha estado practicando la reducción de imágenes y generación de campos de abstracción, recibe un flash: sus hijos perderán el autobús escolar a la mañana siguiente. Es una visión extrañamente clara y que aporta una rara seguridad de que así ocurrirá. El padre le dice a su esposa que tenga especialmente cuidado, porque cree que los niños perderán el autobús. Una amiga de la madre que suele llevarlos a la parada los recoge como todos los días. En mitad de la mañana el director del colegio llama al padre para decirle que no se preocupe por sus hijos, que él mismo los ha recogido una vez que habían perdido el autobús.

Si concedemos alguna posibilidad de que algo extraño ha podido suceder, parece más lógico pensar que la mente (de una forma súper-consciente) del padre, gracias a algún mecanismo que actualmente no somos capaces de descifrar, se ha puesto en contacto con la mente del conductor y la mente de la amiga de la familia y deduce automáticamente que los niños perderán el autobús. Tal vez porque el conductor estaba pensando que ese día no llegaría con el retraso habitual al colegio, quizás porque la amiga de la familia había pensado comprar algunas chucherías a los niños… Y lo que aparece en la mente del padre, que está contando cuentos, es el resultado: pierden el autobús. Otra posibilidad es que el cuerpo de luz, resultado de sus continuos trabajos con los campos de abstracción, ha viajado hasta el futuro mental, ha captado el hecho ya acontecido en el plano físico, ha regresado y ha expuesto el resultado en la mente consciente.

Este tipo de “visión” es distinto a un mal presentimiento desarrollado por el temor de que algo suceda. Lo que más impresiona al protagonista es la certeza en la inexorabilidad del acontecimiento y la aparición espontánea en su consciencia sin ninguna conexión con lo que se está viviendo en ese preciso instante. Mientras tanto, mientras creamos nuestro propio cuerpo de luz, que en realidad se va recreando automáticamente conforme trabajamos la imaginación y los desplazamientos mentales, no podemos olvidar que habitamos dentro de un cuerpo físico. Cuerpo que está impregnado por un primer cuerpo de luz “dorada”, denominado cuerpo etérico. Este cuerpo, posiblemente, aparece a la mirada de un observador mental como una coraza de oro, en cierto modo impenetrable para los habitantes de su mismo nivel o dimensión. Quizás, relacionado con el mismo, hay mundos de color dorado donde reinan otros seres dorados. El color dorado es el color de la vitalidad. El corazón ocupa un prominente lugar en la activación de dicha vitalidad. Si alguien desea reactivar la energía vital, puede imaginar que los rayos dorados de sol de un atardecer veraniego y sosegado entran por su espalda a la altura de los omóplatos (centro cardíaco detrás de la columna vertebral) y le colman de belleza, amor y vitalidad. Si a la vez es capaz de respirar profundamente pensando en tan extraordinaria belleza y paz, comprobará que su, quizás anodino, paseo de espaldas al sol se ha transmutado en un extraordinario momento de lucidez y placidez. Si consigue encontrar la paz y la vitalidad, continuará practicándolo toda su vida, pues sabrá sin lugar a dudas que se puede respirar el color dorado del sol y acrecentar su bienestar y equilibro mental y sentimental.

 

Nota (En párrafos posteriores, A. A. B. –M.T. indican que el color del cuerpo etérico es el violeta. Sin embargo en Tratado sobre Fuego Cósmico, al cuerpo etérico se le llama el cuenco dorado, compuesto de hebras de luz dorada… ¡Quién puede saber la verdad!)

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