Hay situaciones que hacen a este país encantador (quizá a este continente). Esta mañana he acompañado un consolato a renovar su permiso de residencia. Para ello necesitaba hacerse unas fotos.

Así que llegamos a la Oficina Nacional de Identidad y preguntamos dónde se pueden hacer unas fotos.

Nos muestra un chico que está de pie rodeado de cinco o seis personas y con un pequeño bolso. Vamos hacia él, nos pregunta si es para pasaporte. Total que saca una pequeña cámara digital. Le pone al consolato contra el muro para que el fondo sea blanco. Le muestra las que ha hecho para escoger la mejor. Abre el bolso, saca una miniimpresora. Yo alucinaba. La enciende. Sale otro mensaje en la pantalla digital de la impresora. Falta tinta. Me da la impresora, de su pequeño bolso saca un cartucho de tinta para reemplazar el otro. Mete la tarjeta de la cámara de fotos. Y ahí salen las 8 fotos a 3,5 €.

Le he preguntado cuánto le ha costado la miniimpresora y me ha dicho que unos 300 €. No sé me parece impresionante la capacidad de la gente para salir adelante con el un poco de dinero, imaginación y trabajo (estaba allí desde las siete de la mañana). Côte-d’Ivoire is different.

Buenas noches y dulces sueños.