Enviada por: Soledad M. C.

Mirad hijos míos, lo que yo os quiero expresar

ni por escrito, ni por cristales, lo vais a notar

eso se siente, se vive, se tiene que palpar

con un abrazo, un beso.

En el vis a vis os lo intentaría explicar

pero… es tan grande lo que una madre puede dar

eso sí, por sus hijos nada más

que si de mi condena dependiera vuestra felicidad

que me echen la perpetua…

que de aquí no me van a sacar.

Y fijaros lo duro que sería no veros más

pero esa decisión, cualquier madre la toma sin pensar

porque, una vez os di la vida y mil veces os la volvería a dar

y yo sin la mía me quedaría…

si me dijeran que nada malo nunca, os iba a pasar

y que me engañen y verán

que soy capaz de resucitar.

Pero hijos míos, no pensemos, ni suframos más

que yo de aquí voy a salir

para protegeros de la maldad.

Para abrazarnos, para reírnos, llenarnos de felicidad

y pensar, que esto fue un mal sueño

que en nuestras noches, no va a entrar más.

Así que… mirarme, besarme, abrazarme

y dejemos de llorar.

Que os quiero tanto, que no lo puedo explicar.

Pero una madre por sus hijos

haría eso… eso… y mucho más.

* 1º Premio categoría Poesía en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2016 para centros penitenciarios