Ella y mi lágrima

Escrito por: Carlos J. S.

Ella estaba sentada al lado de una piedra y vio una lágrima en la arena que no se secaba. Tímidamente la toco con una suave caricia, con miedo a que se rompiera. La lágrima se quedaba inmovilizada, como si fuera de cristal. La volvió a tocar y vio que no se rompía, la recogió y se la llevo. Ella se fue andando con la esperanza de saber algún día de quien sería esa preciosa lágrima, y por qué no se le rompió cuando la toco. Como vio que esa lagrima se había convertido en cristal decidió que se la podía colgar del cuello a la altura de sus pechos pero allí se derritió entre los poros de su cuerpo se infiltro.

Ella se fue a pasear a esa gran playa de los deseos junto a la orilla del mar, ese mar que va cambiando de calor según va cayendo el sol. Llego al mismo sitio donde encontró la lágrima y en el mismo lugar vio otra lágrima.

ELLA Y MI LÁGRIMAElla se quedó perpleja y entonces miro a la que tenía colgada en el cuello pero vio que no estaba. Se quedó pensando si todo era un sueño, volvió a mirar la nueva lágrima que acababa de ver en la arena y, pensando que pasaría lo mismo, al querer tocarla, la lágrima desapareció entre los granos de la arena.

Ella se fue caminando y se le cayó hasta la arena, una lagrima de sus ojos humedecidos…

En silencio, seguía caminando sintiendo el rumor de las olas, el olor de la sal, la suave brisa de la mar hasta que llego, a su hogar y allí pudo llorar sin que nadie la pudiera ver.

Ella lo que no sabía es que tenía algo dentro… y, impulsada por su corazón volvió de nuevo a esa solitaria playa de arena blanca y de aguas azul cristalino.

Ella, al llegar al mismo lugar donde había visto las lágrimas. Con sorpresa vio que en un lugar de la sala, había dos y que, entre el ruido del oleaje, el viento, y el vuelo de las gaviotas, de repente, de esas lagrimas fundida en una sola, se formó una silueta en forma humana.

Tan llena de emociones estaba y cegada por el sol, sin saber si era producto de un sueño o era algo real. Cansada, ella se desmayó. Él la recogió y la llevó a un lugar donde nada ni nadie había visto jamás.

Ella se despertó y le pregunto quién era el…

No había sido ningún sueño, allí estaban los dos, era pura realidad. Descalzos, se fueron caminando adelante, por la playa, y para siempre se perdieron los dos en sus más preciados deseos. (Fin).

 

* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2017 para centros penitenciarios

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