Escrito por: Jesús C.

!Libertad!, ¡Qué lejana te percibo!

Un día mis cadenas romperé,

Cuando mi poder oculto se asome.

Hibernaré en las simas más profundas,

Acechando el momento de ser libre.

¡Nada ni nadie podrá detenerme!

Donde yo vaya me seguirán rayos

Ofreciendo su luz a las tinieblas

Puentes etéreos me serán tendidos,

Oráculos de mi felicidad

Reinarán sin mal, sin sufrimiento.

¡Las luciérnagas abrirán sus celdas

A golpe de sus brillos infinitos!

Las horas, lentas pero irremisibles

Impregnadas de olores y sabores

Barrerán tiempos míseros y crueles

Encerradas en jaulas de memoria.

¡Rendíos, jinetes crepusculares,

Temprano madrugó la incertidumbre…

A veces, vuestros pendones guerreros

Dejan entrever seguras victorias!

Cientos de gaviotas baten sus alas

Entre moradores de acantilados.

Nada mi huída podrá impedir,

Tras los muros y alambradas de espinos,

Reinaré alzando mis altos vuelos

O moriré quemado al sol mis alas.

Pintaré mis días de azul celeste,

Encajaré los golpes propinados;

Nunca “rendición” saldrá de mi boca…

Itinerando andaré por las sendas

¡Tiempo es de que cambiemos el rumbo!

Encenderé antorchas que iluminen

Nuestro libre y salvaje recorrido,

Cuadros de atmósferas expresionistas

Iniciarán un cántico de amor

A los cuatro vientos, al mar y al cielo

Rozando con la suavidad del sueño

Idiotas mascaradas infantiles,

Orquídeas silvestres y hornacinas.

¡Déjame dormir en paz esta noche

En camastros hundidos por el tiempo!

Zarandea mi alma un poco más

Ufana, alegre, vital y rica,

Entre campos repletos de amapolas,

Remansa mis aguas en esa poza,

¡Aguerrida ladrona de mi infierno!

* 1º Premio categoría Poesía en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2017 para centros penitenciarios