Escrito por: Miguel S. S.

Este es el cuento de una niña muy guapa pero muy pobre que se llamaba María Sarmiento y de un lobo que se llamaba Bobo. Bobo no era un lobo normal porque era bobo de nacimiento y María se divertía siempre jugando con ese lobo hambriento. María siempre le decía:”Bobo, cómeme” y el lobo, como era bobo, no se la comía y así pasaban los días, con María Sarmiento tocándole los (***) al lobo Bobo hambriento y el lobo Bobo rascándose las orejas con sus patas traseras.

Un día, María Sarmiento decidió llevarle la cena a su abuelita Ferrusola, que también era muy pobre (no tinc ni cinc, había dicho) y vivía muy sola en una cabaña en el bosque. Y así, la niña se puso su capa con caperuza roja y metiendo en la cesta la cena ya hecha, se fue a ver a la abuelita a su casa del bosque, ya casi de noche. A medio camino, en el sendero más profundo del bosque, vio al lobo Bobo hambriento y como ya era de noche y le tenía miedo al bosque, en esta ocasión, no quiso jugar con el lobo y le dijo:”Bobo, no me comas” y como el lobo era bobo y ya era casi de noche, se la comió.

Moraleja: si es casi de noche y estás en medio del bosque, no llames al lobo porque serías bobo.

* 1º Premio categoría Microrrelato en el Certamen ”Picapedreros” de Poesía, Guión y Microrrelato 2018 para centros penitenciarios