Luchad

¿Dónde guardáis la valentía
que os fue dada del firmamento?
¿Es acaso vuestro lamento

inspiración de una porfía
que concibe que toda umbría
sea quien more en la campiña
y siembre en ella la morriña?
¡No recibo ningún fracaso,
luchad, hasta que el buen ocaso
cubra de victoria esta viña.

Poneos aquella coraza
de guerra para que cubráis
vuestras fachadas y tengáis
esa virtud de gran confianza;
sepáis también que la esperanza
no da mortandad al esfuerzo,
pues la heredad será el refuerzo
de amor que viene del Castillo,
donde el fervor podréis sentillo
sin que haya siquiera el desfuerzo.

CABALLERO CORAZA

Es por ello, nobles guerreros,
que insisto en hablar este tema,
para que cortéis el problema
con el don de vuestros braseros
y molduréis como alfareros
a la sapiente fortaleza
para derrumbar la maleza
que contrista toda vivencia,
y ahora con buena experiencia
pensaréis mejor con firmeza.

No permitáis que venga saña
a dañar el mosto apacible,
tampoco inclinéis lo visible
a la repelente cizaña;
subid en pos desa montaña
y sentiréis una majeza
tocando con blanca fineza
vuestros espíritus mundanos,
con buenos momentos lozanos,
para celebrar con grandeza.

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