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Recuerdos de una exposición en Zaragoza

Posted By Luis J. Gª Bandrés On 05/01/2010 @ 10:21 In Nos movemos | No Comments

Escrito por: Luis J. García Bandrés (escritor y pintor)

 cartel exposición

No era el objetivo pero sí el último destino que deben tener las pinturas, ni entre las paredes de un estudio ni dentro de las rejas de una prisión. Por eso durante tiempo se fue fraguando la exposición en la sala Torre Nueva de IberCaja en Zaragoza. Desde el principio contábamos con el apoyo de José Luís Lasala y del departamento de Cultura de la entidad de ahorros y José Luís no nos falló. Tampoco José Robert (el enmarcador) y Cruz Roja Española (nuestro patrocinador).

Yo sabía y había trabajado para que la muestra del Taller de Pintura no pasara desapercibida. Llamadas, e-mails. Los colegas de otros medios no faltaron a la cita, pero hubo algo que jugó a nuestro favor.

De antemano y sin poder comunicarlo, ni muy alto ni con mucha antelación, había dos aspectos que iban a ser un cebo eficaz para cualquier periodista: la presencia de algunos de los internos, autores de los cuadros y la “posible” visita de Mercedes Gallizo, Secretaria Gral. de Instituciones Penitenciarias. Lo sucedido en la macro cárcel  de Zuera durante la semana anterior, hizo el resto. Las aguas muy turbias de un lugar contrastaban con el ejemplo tranquilizador y creativo de Daroca. Le vino que ni pintado a la Secretaria General para salir del paso durante la improvisada rueda de prensa que se montó en la Sala Torre Nueva, poco antes de la inauguración de “Pinturas desde una celda” que así, parafraseando a Becquer, se titulaba la muestra.

exposición

La selección de las 25 obras no fue sencilla ni justa. Muchos más se quedaron en la antesala del taller de Robert. La “ley” era el espacio de la sala. 25, no más. Distribución y montaje el día 7 de enero y llegaba ya, por fin, la tarde del día 8. La sala se abrió apenas una media hora antes. Caras conocidas entre los asistentes y medios de comunicación, muchos. Cámaras, micrófonos, libretas a pie de bolígrafos… “¿Han llegado ya los presos?” me preguntaban. Entre tanto barullo, todo se ordenó cuando Mercedes Gallizo comenzó a bajar por las escaleras. Tras ella, el Delegado del Gobierno. Y, a lo dicho, la situación en Zuera fue el primer tema al que se enfrentó la Secretaria General.

Tierra

Mientras, en un lado de la sala, yo charlaba con los cuatro internos que habían traído desde Daroca, entre ellos no estaban ni Zurita, ni Carlos, ni Vincent.  Uno de los cuatro presentes me advierte: “Oiga, jefe, aquí no hay ninguna pintura nuestra”.  Le dije que no importaba; que le selección había dejado a los que había dejado y que ellos, allí, en ese momento, representaban al resto y que si les hacían alguna entrevista que eligieran aquella pintura con la que se sintieran más identificados y que hablaran del trabajo en el taller. Algunos de los cuadros estaban sin firmar y la mayoría, con iniciales. No era, pues, difícil salir del apuro.

El gesto libre

Al poco me reclaman para acompañar a Mercedes Gallizo en una visita guiada. Ella estaba al fondo, en la otra punta, donde se mostraban los cuadros de Zurita. Mentalmente me preparé mi discurso sobre el ejemplo, más que válido, de Zurita. Al llegar, uno de los cuatro internos ya se había “apropiado” de la paternidad de “Juntos” y de generalidades, nada. Con todo lujo de detalles le explicaba a la Secretaria General la significación e inspiración de la obra que él situaba a orillas del mar. ¿Porqué quitarle ese momento de gloria? Así que salí del paso, aunque no sin rechazar el hablarle de cómo en Zurita había nacido un pintor. Y le conté mi experiencia en Daroca que en resumen sería:

“El ejercicio de pintar transmite sensación de libertad y responsabilidad a partes iguales”.

“Los que habían pasado por el taller lo habían comprendido y practicado”.

“Que dentro del centro había gente muy válida a la que la vida ni le trató bien ni le dio muchas más alternativas”

“Y que de gracias por mi presencia en Daroca, nada, si acaso el agradecido era yo: me habían permitido, con aquello que más quiero, echar una mano a quienes te la tienden, estrechan y agradecen”.


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