Luis Del Val

Luis Del valLuis del Val, Zaragoza, 1944, comenzó a publicar sus primeros trabajos periodísticos en el diario Pueblo y en el semanario Sábado Gráfico. En 1976 fundó en Zaragoza el PSDA (Partido Social Demócrata Aragonés). En 1977 fue elegido Diputado a Cortes por Zaragoza. En 1978 ocupó el cargo de Director General de Cooperativas y Empresas Comunitarias hasta 1980. Durante los años 1980 a 1982 fue director general de Radio cadena Española. Entre los años 1983 y 1986 trabajó en la Cadena SER donde sigue colaborando. Fue colaborador asiduo de Interviú y Diario 16. Trabajó en Tiempo y ha sido guionista de programas de televisión. Es autor de dos comedias musicales y de varios libros de narrativa y ensayo. En 1987 ganó el premio Café Gijón. En 1990 y 2002 sus programas radiofónicos le hicieron merecedor de ganar dos Premios Ondas. En 1992 recibió el premio Micrófono de Oro de la Asociación de Profesionales de Radio y Televisión.

Conociendo su extensa trayectoria es casi  obligado preguntarle ¿qué le queda por hacer?

Quizás más teatro, porque el teatro es un largo proceso que comienza siendo una aventura individual (la escritura del texto) y concluye siendo una aventura colectiva (la puesta en escena, la dirección, los intérpretes… etcétera). En estos momento se está representando una obra mía “Los caballos cojos no trotan”, que, por cierto, es un juicio a un hombre y su delito, y que podría representarse perfectamente en una cárcel.

Para un escritor ¿qué es más importante, sentirse bien con el trabajo realizado o ser líder en ventas?

Si un escritor quiere ser líder en ventas, es decir, quiere hacerse rico, lo mejor es que emplee sus energías en convertirse en un concejal de urbanismo o en un constructor experto en recalificación de terrenos. A todo el mundo nos gusta el dinero, y los escritores no son una excepción, pero no creo que sea la escritura el camino ni el más rápido, ni el más eficaz. Eso no quiere decir que no queramos ser muy leídos, claro, y que nuestra obra se traduzca a otras lenguas, naturalmente. Pero eso son accidentes que llegan sin que el autor pueda influir en ellos.

Si un escritor quiere hacerse rico, lo mejor es
que se convierta en concejal de urbanismo

¿Se lee mucho en nuestro país?

No, se lee muy poco. El 43% de los españoles no lee nada, después de salir de la escuela. Bueno, nada, quiero decir ningún libro. Puede leer: “salida”, “no hay localidades”, “Rebajas” o leyendas publicitarias, pero ni siquiera lee un libro sobre “Manual de plantas de terraza” o “Primeros Auxilios” o “Cómo combatir las enfermedades del estómago”. Nada. con "Crucero de otoño"Y eso no es que sea malo para los escritores, que sería un problema muy leve, sino que es un problema para el individuo y para la sociedad, porque la lectura, como la gimnasia, nos fortalece las neuronas, nos incita a asociar ideas, a sintetizar, a discurrir, fomenta la inteligencia.

La Humanidad ha aprendido a leer hace muy poco, hace sólo 6000 años. El hombre de Atapuerca vivió hace 700.000 años. Eso quiere decir que la mayor parte de lo que ha sido la existencia del hombre sobre la Tierra ha sido una existencia analfabeta. Y es a partir del conocimiento de la lectura y de la escritura, de la maravillosa capacidad para convertir una idea en un sonido y un sonido en un dibujo que otro, al verlo, puede convertir en un sonido o en una idea, cuando la Humanidad dio un paso de gigante. Durante los 696.000 años anteriores descubrimos el fuego, la cerámica y la rueda. En los 6000 años posteriores hemos llegado hasta la Luna y Marte. Nada hubiera sido posible sin saber leer y escribir.

¿El escritor está obligado a aportar algo a la sociedad?

Yo no creo en las trascendencias y en los deberes. A mí me parece que, como escritor, lo que tengo que hacer es no estafar a mis lectores, o sea, no aburrirles. Esa es mi obligación y mi deber. Si, luego, con la historia, asocian, matizan, deducen, eso es un esfuerzo de ellos, diría que asunto suyo.

Hace poco, un lector de “Volveremos a Venecia” me dijo que se le habían aclarado muchos aspectos de la judicatura leyendo la novela. Confieso que no fue esa mi intención. Y es que, en realidad, -y eso es lo grandioso de la literatura- es que hay una novela que escribe el autor y tantos miles de novelas como lectores.

Nada hubiera sido posible
sin saber leer ni escribir

¿Filosofía o Prozac?

Filosofía. Las sustancias son buenas para el dolor, para el enfermo, pero son inútiles para el sano. Hay mucha gente que piensa que va a obtener grandes placeres con sustancias determinadas. Eso es porque no sabe disfrutar de los placeres que ofrece la vida: desde un orgasmo con una persona a la que amas, hasta la sensación placentera de escuchar un movimiento de una sinfonía si te gusta la música; desde el placer de comer con apetito unos manjares que te gusten en compañía hasta sentir la percepción de las tres dimensiones en un bosque, simplemente observando la realidad tridimensional, los diferentes planos de los troncos, la profundidad de la mirada…

afan de gloriaDíganos tres cosas y sus razones en las que usted estaría permanentemente en contra.

La pena de muerte, el terrorismo y la violación. La pena de muerte, porque contestar a la violencia con la misma violencia es un acto salvaje, y porque es un acto irreversible: los cientos de casos descubiertos en que el condenado a muerte era inocente no pueden obtener ninguna reparación; el terrorismo, porque no hay ninguna idea que merezca la vida de un ser humano. Ninguna. Ya sabemos que la vida de un hombre no vale nada, pero también he llegado a la conclusión de que nada vale la vida de un hombre. Y la violación, porque me parece un salto hacia atrás, donde se unen el crimen, la vejación, la humillación, el abuso de la fuerza y el desprecio de la víctima. Una vez Juan Mari Bandrés, antes de que le ocurriera lo que le ocurrió, me confesó que en su bufete de abogados tenían como principio no defender a violadores. Y lo comprendo.

¿Está de acuerdo con que no salir en televisión hoy día es casi un detalle de buen gusto?

Bueno, la televisión no es culpable absoluta. A nadie le obligan dos guardias, situados tras él, a ver los programas de televisión que resulta que son los más vistos. Si no existiera demanda de esos productos no habría ofertas. Poniéndome cínico, estaría de acuerdo con el escritor Gore Vidal que decía: “La televisión está bien para salir en ella”. O sea, si tienes un libro en los escaparates no está mal salir en televisión, porque te ayudará a ganar algún lector. Pero sólo por eso.

Como escritor, lo que tengo que hacer es
no estafar a mis lectores, o sea, no aburrirles

Recuérdenos algunas de las meteduras de pata más divertidas que haya vivido en la radio.

Las he tenido mayúsculas. Una vez confundí a un jerifalte que se llamaba Macario con Marcelo. Me lo reprochó, rectifiqué, a la siguiente pregunta me volví a confundir y me dijo, ya enfadado, que se llamaba Macario y no Marcelo. Volví a rectificar. Y, al despedirme, me volvía disculpar por llamarle Macario en lugar de Marcelo. En el control se mataban de risa.

¿Se puede vivir en este país siendo escritor?

Hay tres o cuatro escritores que lo han conseguido. Los demás, nos ocupamos de otras cosas para pagar el teléfono, echarle gasolina al coche, etcétera. Es un problema de dimensión de mercado. En Estados Unidos, por ejemplo, un  escritor que alcance un éxito mediano puede llegar a vender un millón de ejemplares. Eso significa un millón de dólares, aparte otros 500.000 dólares millón que le pagará alguna productora para adquirir losa derechos de guión. Aquí un éxito mediano pueden ser 50.000 ejemplares vendidos. Bueno, eso es ya un gran éxito.

 en las ondas

En pequeñas dosis

Atrévase a adjetivar a unos cuantos escritores.

Antonio Gala. – Lírico.
Carmen Posadas. – Realista.
Terenci Moix. -Sincero.
Cervantes. – Grandioso.
Isabel Allende. – Intimista.

¿Se ha preguntado, en algún momento,  en qué nos hemos convertido?

Sí, muchas veces. No tengo todavía la respuesta. Puede que seamos el homo consumidor.

¿Cuál es el pensamiento con el que se siente más identificado?

Uno de Séneca: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”. Lástima que Séneca se pasara la vida persiguiendo la riqueza.

¿Qué diría usted de esta frase: “Un gran poder necesita de una gran sensatez”?

Que me parece lógica. De la misma manera que una gran inteligencia necesita de una gran generosidad.

¿Hay una sola respuesta para cada situación?

Depende. Algunas veces, sí. La mayoría hay tantas respuestas como intereses.

¿La esperanza se pierde cuando carecemos de libertad?

No. Según la leyenda, cuando a Pandora le encomendaron la custodia de todas las virtudes y le advirtieron que no abriese la caja, y por curiosidad la abrió, dice la leyenda que se escapó la felicidad, la salud, la alegría… Y que, asustada, cerró la caja, y sólo quedó una cosa: la esperanza. Pienso que, precisamente cuando se nos pierden las cosas más amadas, tras la melancolía por la pérdida es cuando nos visita la esperanza.

Ahora le toca a usted, puntúenos esta entrevista.

Una entrevista es buena para el entrevistado cuando le hace pensar. Y ésta me ha hecho pensar.

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1 comentario

  1. Me ha gustado vuestra charla con Luis del Val a quien le he leído siempre con agrado. Gracias por compartirla. Un saludo.

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