“Especial Mujer 2011″. 5. Mujeres en el mundo del Humor

Curiosamente la palabra Humor, en su raíz etimológica, no tiene nada que ver con lo cómico, sino con lo químico. Es lo relativo a cualquier líquido de un ser vivo (Animal o planta) normal o patológico. Nosotros tenemos al menos cuatro humores (humores cardinales): sangre, bilis, atrabilis y pituita. De ahí viene que se le aplique a las personas si están de buen humor o de mal humor, según el estado de ánimo que le causa su buena o su mala salud; refiriéndose a la alegría, la tristeza o incluso al enfado. Y de hecho la palabra humorismo se refiere a una doctrina médica que defiende que todas las enfermedades son el resultado de las alteraciones de los humores del cuerpo.

Aún ahora, cuando alguien nos habla de forma seca o brusca nos preguntamos si esa persona habrá ido bien de vientre por la mañana, o si su pareja le ha dado los cuidados que necesita todo ser humano en lo afectivo o para ser más directos en ¡LA CAMA! y según lo tenso que sea dicho encuentro, hasta somos capaces de verbalizarlo en la cara del interesado, y ahí empieza la génesis de un “espectáculo cómico”, porque si hay testigos, seguro que se lo pasan fenomenal ante la escena. Es justo ahí, en ese momento, cuando se le otorga al humor la calidad de cómico de tal modo que, con el tiempo, ha destronado totalmente su origen médico; hasta el punto que se han inventado terapias para curar a través del humor como la risoterapia u otras.

Es curioso como el final de una cosa suele ser el principio de otra y viceversa. Es así que el ser humano habla sin saber lo que dice, y sin darse ni cuenta entra en el mundo de lo absurdo o de las incongruencias, y de alguna manera, todos podemos resultar unos grandes humoristas conscientemente, o no. Tanto da, el humor nace con nosotros y con la observación o el testimonio de otro; ya sea un médico o un mero espectador sin ninguna licenciatura. De lo químico va a lo cómico o de lo cómico va a lo químico ¿el huevo o la gallina? va junto y no hay respuesta concluyente.

¿Y qué pasa con nosotras las mujeres? Estoy segura que, por nuestra naturaleza, la primera escena en la que alguien le dijo a alguien: — ¿Qué te pasa? ¿No has cagado o qué? O ¿hoy no te han montado bien?—  fue una  mujer sapiens a otra, porque el homo sapiens lo arreglaba con un golpe de piedra y sin preguntas (es mi opinión sin valor científico pero pongo la mano en el fuego y seguro que no me quemo). Creo que fuimos nosotras las que utilizamos la ironía por primera vez en la historia porque siempre hemos estado hartas de que se nos recalque o comparen nuestros días flojos, sensibles o irritables a nuestra menstruación o a nuestra menopausia, y eso de que se metan con nuestros humores no tiene ninguna gracia; cuando además viene de alguien que lo máximo que experimenta en su cuerpo es la adrenalina al coger una piedra o un garrote como modo de diálogo (aunque esa acción requiere un grado de cálculo matemático y de estrategia muy razonada). Por suerte, hay excepciones y siempre ha habido y habrá hombres que se han dejado guiar más por su parte femenina y han disfrutado de la fabulosa y divertida arma de la lengua (en el sentido de lenguaje, ¡mal pensadas!) para contraatacar.

la presencia de la mujer en el escenario
estuvo prohibida durante siglos

Aunque parezca mentira la presencia de la mujer en el escenario estuvo prohibida durante siglos. Se sabe que hubo alguna juglaresa pero no hay suficiente documentación (como siempre) y el único documento que existe en el que queda reflejado que una mujer hacía de actriz profesional se recoge en Padua en el 1545. Este hecho parece que fue  una magistral estrategia del jefe de la compañía para un mayor reclamo del público; el cual  acogió este fenómeno con total éxito, fascinación y curiosidad. Y desde  esas fechas no había compañía que no contara, al menos, con una mujer bella. Esto se  conocía en Europa como “La Comedia Italiana”. Aunque en España también fuimos pioneros en tener cómicas como “La Calderona” y otras.

El nombre de “Comedia dell’Arte” como lo conocemos ahora, se le otorga posteriormente en París, cuando la fabulosa cortesana (huyendo de Venecia por el concilio de Trento) Isabella Andreini (1562-1604) sube al escenario con su compañía “I Gelosi” a finales del siglo XVI, y sirve a sus comedias todo su talento, dejando claro la diferencia entre comedia y lo que es  el arte de la comedia. Y es así cuando la corte del Rey Sol (Luis XIV) les otorga a ella, su marido Franccesco Andreini y demás artistas del grupo, un teatro llamado “El Teatro Italiano” y bautiza este nuevo género como “La Comedia dell’Arte” para diferenciarlo de las compañías itinerantes y callejeras. Fue Isabella Andreini y sus contemporáneas (también cortesanas venecianas) las que deleitaron al público, por primera vez fuera de las cortes, con la ironía y la sutil picardía mezclada con sus habilidades musicales: el canto, el baile o recitar con toda naturalidad; así como la agilidad para improvisar, hacer reír y captar la atención del respetable sin necesidad de rascarse los genitales, darse mamporrazos o tirarse pedos. En ese momento nace lo que hoy conocemos como  “La Diva” si nos referimos a una gran artista (el apelativo divo es actual) Se sabe que esta mujer (Isabella Andreini) murió a los 42 años de edad poseyendo una fortuna mayor que la del propio Rey y fue enterrada con todos los honores por éste.

Aunque busquemos en el diccionario la palabra humor o humorista, no se encuentra el nombre de ninguna mujer (o raramente) que haya sido partícipe del humor. Ni directa ni indirectamente. Salen los nombres de grandes humoristas (escritores, dibujantes, actores  directores de cine etc.) y algunos de los cuales han utilizado la figura femenina para hacer pensar con magistral ironía al espectador o al lector.

Como siempre la historia femenina
es silenciada u olvidada

Mafalda es un ejemplo entre muchos otros personajes. El mismísimo Pedro Almodóvar que recoge sus triunfos, sobre todo, a partir del éxito de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” donde muestra con toda generosidad el fabuloso, infinito, salvaje y precioso mundo interior irracional femenino. Pongo también como ejemplo al genial Antonio Gala. Y aprovecho para rendir homenaje a la fabulosa Maitena, escritora y dibujante (una mujer que con el tiempo no se hará mayor, sino “grande”). Como siempre la historia femenina es silenciada u olvidada. Nos acordamos de “Charlot” “Los hermanos Marxs” “Charlie Rivel”(aquí creo oportuno añadir que la primera mujer payasa fue Elisabeth Silvestre en 1835 que trabajó en el Circo de  Pablo Franque, en Inglaterra) “Martes y Trece”, de “Tip y Coll” “Gila”, “La Trinca”, “El Tricicle”, “Los Morancos”, ”Faemino y Cansado” “Cruz y raya”, “Iliana” etc. nos los rememoran constantemente por televisión con escenas (buenísimas) algunas de estas con más de  setenta o treinta años de antigüedad. Y yo me pregunto por qué nunca nos ponen ni nos recuerdan a “Caroll Burnet”, “La chicas de oro”, “La Maña”, “Las Virtudes”, “Las Veneno”, “ Rosa Mª Sardà”, “Pepa Plana” ni a Lina Morgan o a la “Mari Sampere” etc. Entre otras.

También, o mejor dicho, tampoco en el ámbito de la escritura o el cine no se las suele rememorar.  Todas ellas (miles en todo el mundo) mujeres fabulosas, humoristas con finísima ironía, como por ejemplo; entre muchas: Janette Winterson, Helen Fielding, Kristin Bückner, Maya Angelou, Maria Mercè Marçal o Empar Moliner que se irán perdiendo en el abismo del tiempo. Como se ha perdido el rastro de Sor Violante do Céu, una monja dominicana nacida en Portugal en el siglo XVII (1602-1693) que escribía comedias y la primera a los doce años de edad, titulada “La Transformación por Dios” Un hecho insólito en su época y que curiosa o lamentablemente se ha perdido toda su producción dramática.

Aunque hoy día, gracias a Internet, podemos recuperar gran parte de nuestra memoria, dentro del humor femenino, por supuesto, poniendo parte de nuestra voluntad para buscarlo, ya que difícilmente nos ofrecerán ese placer ¡sin más! para compartirlo con todos, para todos y al servicio de  nuestra memoria colectiva.

Chicas, ya sabéis que a menudo inventamos cosas y nos las plagian. Aquello tan mono de: “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” (Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí son todo un testimonio de este fenómeno). Nos las arrebatan  porque son demasiado buenas para aceptar que haya salido de la cabeza de una mujer. Sí, he dicho cabeza, y es así, nuestra cabeza funciona diferente a la de los hombres y nuestras inteligencias son opuestas, se podrían complementar pero, a menudo, están enfrentadas. Volviendo a la explicación científica de las cosas, este fenómeno tiene su origen en la parte del cerebro que utilizamos. Nosotras utilizamos el hemisferio derecho del cerebro y ellos el hemisferio izquierdo (con numerosas y sorprendentes excepciones en los unos y en las otras) estadísticamente hablando, es así, según las últimas investigaciones modernas. El hemisferio izquierdo es la razón y el derecho está por encima de la razón, su papel no es matemático. Funciona a través de destellos, es intuitivo, ágil; muy agraciado pero totalmente irracional. Y eso es peligroso para una sociedad patriarcal.

El mundo se divide en lo cómico y en lo violento y por suerte
el “Humor” nos muestra estas dos realidades

Por eso a nosotras siempre se nos deja en segundo plano o incluso nos convertimos en transparentes por arte de magia (o en figuras de sal como le pasó a la mujer de Lot). Lo fabuloso de todo esto, es que de alguna manera, en esta lucha de sexos acaban por mezclarse los hemisferios mencionados y algunos acaban pensando como mujeres y otras tantas pensando como hombres ¿Por qué? porque una vez empiezas a luchar contra alguien, tienes que adoptar sus mismas técnicas y cuando logras derrotar al enemigo es porque te has convertido en lo más parecido a él, o sea, en tu propio enemigo. En definitiva, el mundo se divide en lo cómico y en lo violento y por suerte el “HUMOR” nos muestra estas dos realidades para que podamos elegir mejor nuestro camino aunque venga de lo más femenino de nuestro interior y no importa si esta feminidad sigue ocultada en la clandestinidad y/o disfrazada de masculinidad. Para este fin no importan los medios.

Ah, y cuidado con jugar mucho de hemisferio a hemisferio que ahí os puede dar un brote esquizofrénico porque no se puede vivir con dos mentes sin acabar oyendo voces. Yo ya las oigo pero hago como que no están. Me dicen: patio, botiquín, ingresos, comunicaciones, suban a fase, recuento etc. No se lo digáis a nadie pero esas voces las oigo tsssstz. Esa es la razón que explica por qué los que nos dedicamos a la comedia como profesión parecemos locos, pero sólo somos excéntricos o histriónicos y no tiene nada que ver con la locura  porque nuestra irracionalidad (a diferencia de lo patológico) está perfectamente calculada para servir a la razón y para desequilibrarla un poquito, y si es posible cobrar entrada (hemisferio izquierdo). Aunque después demos todas las ganancias a una ONG (hemisferio derecho).

Cuanto más civilizados somos más saltos damos de un hemisferio al otro; nos enamoramos del hombre que nos hace reír pero le miramos la nómina para asegurar la nevera llena. O algunas se quedan embarazadas de un troglodita atascado en los tiempos (para tener una descendencia de salud fuerte) y huyen a refugiarse en los brazos de un poeta (que se parece más a una amiga que a un macho alfa). La lotería sería encontrar a un “dos en uno”, pero no es fácil. También l@s hay que deciden no apartarse de los parámetros de su propio sexo.

Si no encuentras solución en el humor,
cómprate un libro de autoayuda

Yo, de momento, con mis “dos mentes” vivo mejor sola y me voy de fiesta con el “troglo” un día y al cine o al teatro con el poeta al día siguiente claro, eso cuando estaba libre, ahora sólo tengo correo y el que sabe escribir es el poeta (que libera mi espíritu), el otro da golpes en el cristal de comunicaciones (también para  liberarme a su manera pero aquí, sintiéndolo mucho, la intención no vale). ¡Bueno! todo son opciones y el “HUMOR” (que es femenino desde la aparición del ser humano/a en la tierra) la única salida saludable. Y el que me discuta o discrepe es “TONT@” !Punto y pelota! ¡ay! perdón, me he dejado llevar por el hemisferio izquierdo… Si no encuentras solución en el humor, cómprate un libro de autoayuda. En algunos de estos se dicen verdaderas tonterías y en otros acabarás viéndote ridícula y riéndote de ti misma, que es lo más sano que hay en este mundo… mi hemisferio derecho te lo aconseja de corazón. ¡Ah! y a tu compañero regálale “El orgasmo femenino” de Shere Hite/ ed. Sine Qua Non (mientras los tengamos leyendo no molestan). Y tampoco olvidéis comer verdura (espinacas, alcachofas etc.) con vitamina C para absorber mejor el hierro, yogurt para nuestra flora intestinal y un ansiolítico flojo para nuestra pituitaria, y mantener así nuestros humores en perfecto estado.

Lecturas obligatorias para entender mejor vuestra cabeza:

Todas las mujeres desesperadas, de Maitena /ed. Debolsillo
Mafalda, de Quino/ ed. Lumen
Encontraos en mi nombre, de Maya Angelou/ ed. Lumen
Simetrías viscerales, de Janette Winterson/ ed. Edhasa
El Diario de Bridget Jones, de Helen Fielding/ ed. Lumen
Como ser mujer y no morir en el intento, de Carmen Rico-Godoy/ ed. Palabra.
¿Matrimonio? No, gracias (¿Esposas o esposadas?), de Susan Maushart/ ed. Robinbook
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