Intentar vivir sin miedo
Hace unos días vi una película que me tocó y me hizo reflexionar sobre muchas cosas.
Una película necesaria. No sólo habla de los abusos sexuales de una forma certera, exenta de morbo, que te toca y te conmueve hasta retorcerte las tripas… que te hace recapacitar sobre lo que somos. De cómo en qué nos convertimos tiene una relación directa con lo que hemos vivido, con quién lo hemos vivido y cómo lo hemos vivido.
Y también de cómo muchas veces es más cómodo y menos doloroso mirar hacia otro lado, cuando sabemos que es exactamente lo contrario: cuanto más te empeñas en no ver una cosa, en hacer como que no existe, más grande es el punto ciego y más obstaculiza tu perspectiva.
Si no nos pusiéramos vendas, si aprendiéramos a mirar las cosas de frente pese al miedo (pese al miedo, ahí está la clave) seríamos mucho más felices. Nosotros y los que nos rodean. Bastante complicado es tener un problema e intentar afrontarlo, para además percibir que para los demás es invisible. Se multiplica.
Si aprendiéramos a mirar
las cosas de frente
La película te conmueve y te remueve. Yo, al menos, tuve una especie de catarsis viéndola. Porque te hace pensar en tus miedos, te los pone encima de la mesa y no quieres cambiar la vista de sitio. Pero está hecha con tanta maestría que cuando sales de la sala, hay una frase que se repite en tu cabeza: voy a intentar vivir sin miedo. Y no me refiero sólo a los abusos, sino a algo más general: nuestra actitud ante la vida. Porque el miedo paraliza, destruye, es oscuro y no conduce a ningún sitio que no desemboque en un callejón sin salida.
La película a la que me refiero es “No tengas miedo” de Montxo Armendáriz. Él es capaz de conseguir que los sentimientos afloren, apresen tu alma y la desnuden para, por fin, limpiarla.
Porque intentar vivir sin miedo vale la pena.
Que grandes verdades en este post, me ha encantado y os lo posteo porque creo que es una buena lectura.