El agua: Fuente de vida y de cultura

Históricamente no siempre ha sido el agua lo que ahora sabemos que es, un compuesto de oxígeno e hidrógeno. Tales de Mileto propuso en el siglo VI a. C. el agua como elemento primordial y generador: todo procede de ella y da nacimiento a lo demás. Empédocles amplió la lista de elementos a cuatro manteniendo al agua. La Química, lastrada por la Alquimia, tuvo un largo periodo de inacción científica, circunstancia que afectó al tardío cambio de paradigma en cuanto a la naturaleza del agua, que no se produjo hasta el siglo XVIII.

Tales de MiletoEl destierro definitivo del agua-elemento surgió con una notable polémica, relacionada con la paternidad en un descubrimiento. En 1765 Henry Cavendish había identificado el hidrógeno y años más tarde sería descubierto el oxígeno. Maeque comprobó posteriormente que en la combustión del hidrógeno se producía agua, pero fue el citado Cavendish quien consiguió, mediante la chispa eléctrica, la combinación de hidrógeno y oxígeno para dar agua. La experiencia fue repetida al poco tiempo por Laplace y Lavoisier, descomponiéndola éste último con hierro al rojo en 1785 y concluyeron que el agua es un compuesto y no un elemento.

Hoy se sabe que el agua se presenta en forma de moléculas constituidas por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, compartiendo pares electrónicos, más próximos al átomo de oxígeno, lo que le confiere polaridad y que entren en juego puentes de hidrógeno. Esta última circunstancia es la que explica algunas de sus afortunadas anomalías, como que sea líquida y no gaseosa, los elevados puntos de solidificación y ebullición y altos coeficiente dieléctrico y tensión superficial, su densidad y el comportamiento diferente en lo referente a dilatación-contracción por efecto de la variación de la temperatura.

El agua de lluvia contiene disueltos gases,
y a veces sustancias contaminantes del aire

Gracias a esas excepcionales características, por ejemplo, el hielo flota en el agua y permite la vida subacuática y hacen también que sea referencia en la definición de muchas constantes y unidades físicas. Por otra parte su alta capacidad calorífica propicia que lagos y mares cambien más lentamente la temperatura que rocas y suelo lo que le otorga poder regulador del aire atmosférico circundante. La distribución asimétrica de las cargas en la molécula hace del agua un disolvente de sustancias polares, muy abundantes en la naturaleza.

El agua de lluvia contiene disueltos gases, y a veces sustancias contaminantes del aire. También las aguas marinas y dulces son soluciones. Si observamos un vaso de agua hemos de saber que contiene diversos gases y otras moléculas disueltos, así como iones negativos y positivos. Su fácil unión con el alcohol y otras sustancias conduce al vino, cerveza y variadas bebidas como refrescos, aguas minerales y medicinales, zumos e infusiones, aguas disfrazadas del placer en definitiva.

El ciclo del aguaEn cuanto a la distribución en nuestro planeta se estima que son 1500 millones de km3 el volumen total en la hidrosfera y sólo el 0,001% se encuentra en la atmósfera. Está presente en los tres estados de agregación, un 97% es agua salada, de la dulce el 75% está en forma de hielo en los casquetes polares y una parte de la subsuperficial es inaccesible, de modo que resta sólo un 0,05 para los distintos consumos.

Por efecto de la radiación solar, fuente energética del ciclo del agua junto a las fluctuaciones del clima y las turbulencias, la existente en la superficie terrestre se evapora masivamente y el vapor sumado al resultante de la traspiración vegetal recorre grandes distancias hacia la atmósfera. Parte de ese vapor de agua condensa formando nubes de pequeñas gotas, que con partículas de sal, polvo y humo precipitan cuando adquieren un tamaño suficientemente grande en forma de lluvia, granizo o nieve. En gran medida la precipitación tiene lugar en el mar, si bien una cierta proporción de las aguas evaporadas se deposita en la tierra como agua dulce y otra porción se filtra en el suelo, resultando el agua freática. Gran parte del agua de la litosfera se dirige al mar y así se completa el ciclo. Dice Klaus Lanz: “Si queremos que el ciclo continúe abasteciendo al mundo con un suficiente suministro de agua fresca y pura, hemos de conocer y proteger las bases en que se apoya, una vegetación abundante y variada, una tierra sana y ríos que fluyan sin obstáculos y humedades no activadas. El ciclo del agua no es un mecanismo hidráulico de bombeo y desagüe: es un organismo vivo y vulnerable.”

El ciclo del agua
es un organismo vivo y vulnerable

Según Jacques Monod, premio Nobel, los seres vivos seríamos una excepción cósmica. Sin embargo otro Nobel, Cristian de Duve, escribe: “Es casi obligatorio que surgiera la vida donde se dieron las condiciones que prevalecían en nuestro planeta hace cuatro mil millones de años. Quienes aducen que la vida es un suceso altamente improbable, tal vez no hayan prestado suficiente atención a la realidad química que subyace al origen de la vida”.

Más allá de la polémica y del propio concepto de vida, sin una barrera nítida entre lo inanimado y lo vivo, es opinión admitida que la primera escena de la película de la vida se sitúa en las estrellas, que el agua existió en el material cósmico del que la Tierra se formó y que las aguas de los mares primitivos fueron el lugar donde se originaron las primeras formas de vida.

Imagen de Titán obtenida en infrarrojo por la misión Cassini HuygensEn la búsqueda de vida extraterrestre pasada o presente, a los candidatos, los satélites Titán y Europa, la Luna, Marte, exoplanetas como Zarmina y otros se les exige la presencia o vestigios de agua para ser más firmes sus opciones. En los últimos tiempos, desde la Astrobiología, se investiga en la Tierra y fuera de ella la posibilidad de microorganismos extremófilos que no precisarían del agua.

Si la vida necesita del agua, nuestro cuerpo está hecho de ella en un 65% de promedio aproximadamente. Se muere antes por su carencia que por falta de alimento. La cantidad varía con la edad, disminuyendo cuando nos arrugamos en la vejez, teniendo los hombres mayor proporción que las mujeres. Casi dos tercios del total es intracelular y en la sangre está en un 6,3%. Pero también hay pérdidas que hay que recuperar: con la orina eliminamos al día unos 1,5 litros, con el sudor 0,5, igual que en la respiración. Para la reposición aparece la sed y bebemos, pues no somos capaces de almacenar agua de un día para otro.

Aparte del uso para calmar la sed, el aseo y limpieza doméstica, es indispensable en el transporte y la agricultura y sirve como fuente y medio de transferencia de energía, lo que la ha convertido en motor del desarrollo industrial. Se ha dicho de ella que será como el petróleo del siglo XXI, pero la intervención del hombre, especialmente en los cauces, el aumento creciente de la demanda por el incremento demográfico y el uso y consumos insolidarios e irracionales han hecho saltar las alarmas a los sectores más informados de la sociedad que temen la insostenibilidad del sistema. Algunos medios de opinión apuntan que los próximos enfrentamientos entre humanos podrían tener como causa el control del agua.

Mientras se clama por un consumo razonable,
menudean hábitos minoritarios de sibaritas

Como resultado de las reflexiones ciudadanas surge una corriente denominada nueva cultura del agua que está calando en amplias capas de la población. Asumiendo algunos de sus postulados la Tribuna del Agua elaboró La Carta del Agua, documento redactado por expertos tras la Exposición Universal de 2008 en Zaragoza y que debía ser entregada a Naciones Unidas junto a la solicitud de creación de una Agencia Mundial del Agua, además de recoger una serie de recomendaciones a los ciudadanos y a los poderes públicos. Esperemos que las consensuadas propuestas de los autores no pasen a formar parte de las aguas del olvido.

EXPO Zaragoza 2008Pero el agua va más lejos que una fórmula o una molécula de interés químico, físico, geológico y biológico. Es un alimento que no engorda y es indispensable en la gastronomía, en las sopas frías y calientes, cocidos, guisos, gazpachos, infusiones, sorbetes y un largo etcétera. Claro que, mientras se clama por un consumo razonable, menudean hábitos minoritarios de sibaritas, nuevos ricos y sus émulos con las catas de aguas y otros excesos que contribuyen a la carestía de las aguas embotelladas.

También el agua ha sido musa e inspiración de pintores, escultores, arquitectos, cineastas, poetas y literatos y de cualquier manifestación cultural, sea humanística, científica o artística en todo momento histórico y lugar del mundo. En el pasado, en el presente y en el futuro aparece el agua en la cultura, aquí sí universal e inagotable.

Una muestra, el poema H2 O del físico David Jou en su libro Escrituras del universo:

Bautismo o baños de verano, caminos iniciáticos: /¡más adentro, más adentro, transformar radicalmente,/ como el agua rigurosa de la química,/ o el agua del geólogo, o del botánico,/ o el agua inacabable que contempla el navegante,/ el océano, la infinitud, la extensión!/ – ¿y qué permanece tras lo que cambió?/ dos hidrógenos y un oxígeno: H2 0.

Aguanieve, agua bendita, milagrosa, del carmen, de rosas, de colonia, de lavanda…; aguas sépticas, corrompidas, negras, turbias, claras, cristalinas, tuertas, bravas, revueltas, salvajes…; aguas tratadas, filtradas, amónicas, carbonatadas, ferruginosas, sulfurosas, termales, radiactivas…; ¡agua va!, ¡agua!… Y tantas aguas, casi infinitas, imposibles de ser contenidas en el mayor recipiente imaginado.

Bibliografía:

- El libro del agua. Varios autores. Editorial Debate. 2008.
- Agua. (Ecología de una crisis global). Julián Caldecott. Editorial Los libros del lince. 2011.
- La experiencia fluviofeliz. Javier Martínez Gil. Editorial Fundación Nueva Cultura del Agua.2010.
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2 Comentarios

  1. Muy buen articulo!! Muy didáctico, y muy buenos poemas. Enhorabuena por el artículo y por la revista!

  2. Artículo muy interesante sobre el agua. La revista es muy completa y con muchas posibilidades! saludos

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