Las monedas en el 2015

Quienes acostumbren a husmear en las páginas de opinión y en las secciones de finanzas y moneda de la prensa más autorizada al respecto –por ejemplo, The Wall Strett Journal, Financial Times, o The Economist- habrán detectado, en las semanas precedentes, la aparición de un interesante debate: concretamente el suscitado entre banqueros y economistas, a propósito de cómo sería nuestro mundo si el dólar estadounidense perdiera su peculiar estatus de única moneda de reserva mundial y pasara a ser, simplemente, una de las tres monedas de este tipo junto al euro y el yuan.

Financial TimesEl debate se suscitó después de un informe del 7 de junio del Banco Mundial sobre los principales cambios en las economías mundiales en el que se señalaba que media docena de países (Brasil, China, India, Indonesia, Corea del Sur y Rusia), al convertirse en los principales protagonistas del crecimiento económico mundial, están perdiendo su dependencia del dólar como moneda de referencia en sus intercambios financieros y se desplazan hacia un régimen con al menos tres monedas de reserva. Como sugirió Financial Times, la era de la primacía del dólar está llegando a su fin.

El debate sin duda habrá obtenido un estímulo adicional en una edición especial de The Wall Street Journal de Agosto (¡diez artículos nada menos!) sobre el creciente vigor financiero chino, donde se sugería que, dada la firme apreciación de su valor y los enormes excedentes de capital de China, el yuan podría conseguir el estatus de divisa reserva más pronto que tarde. Y ciertamente atraerá aún más atención después de que la Agencia Moody´s haya advertido que pronto podría rebajar la calificación crediticia del Gobierno de Estados Unidos, más aún de la última calificación y del caos formado por el ataque de los republicanos a la Administración de Obama y las acusaciones de los demócratas de que el mayor déficit lo habían causado las deficientes políticas fiscales de los Gobiernos republicanos.

Este debate es inmaduro, ya que no aborda los puntos principales: el crédito de Estados Unidos está en cuestión, una calificación más baja (como se puede esperar) significaría tipos más altos de interés ( en tiempos nada propicios) y el país podría perder su excepcionalidad y verse sometido cada vez más a las severas evaluaciones crediticias bajo las que se desenvuelven todas las demás monedas y naciones. No es un panorama alentador, la verdad.

La era de la primacía del dólar
está llegando a su fin

Hagamos, por un momento, el esfuerzo de conceder verosimilitud a la materialización real de ese mundo, en torno al año 2025, con esas tres divisas como monedas de reserva igualmente poderosas. Y es que llega a dar dolor de cabeza leer la abundancia de opiniones de estridentes expertos que “demuestran” que el billete verde mantendrá una condición inexpugnable, debido a la especial posición de hard power de Estados Unidos en el mundo, debido al papel que desempeña el dólar como puerto seguro en las tempestades globales, debido al prestigio sin igual de la Reserva Federal, y demás argumentos adjuntos del mismo género; y debido –lo que resulta muy difícil de digerir- a que los actuales déficits, pausada pero firmemente, desaparecerán.

El dólarDejemos también a un lado nuestra consideración acerca de la situación, realmente mala y estúpida, en la que se encuentra la Unión Europea a causa de sus incoherentes políticas sobre las asombrosas deficiencias fiscales de algunos de sus más irresponsables Estados miembros. Tal vez, como piensa el Banco Mundial, resurja con más fuerza en el futuro, debido a su peso total en el sistema comercial e industrial global. Y tratemos de olvidar también los problemas (muchos de ellos hábilmente manejados por Pekín) a los que se enfrentan las posibilidades de que el yuan sea una moneda de reserva plenamente comercializable a escala mundial.

Asumamos, a favor del argumento, que en 2015, Gobiernos, bancos nacionales, bancos privados, operadores de divisas, corporaciones multinacionales, compañías petroleras e individuos particulares habiten un mundo con más de una moneda de reserva en la que depositar las propias reservas de dinero.

Entonces ¿qué? Lo que sigue no puede ser sino tentativo y teórico, pero tiene el legítimo propósito de pedir a los lectores de este artículo que imaginen cómo sería un mundo de triple moneda de reserva. Seguramente la transición no estaría exenta de turbulencias fiscales, pues la historia no registra ningún caso en el que el sistema internacional se mueva de una estructura a otra mediante el suave método de pasarse el bastón de mando, sin ganadores ni perdedores. Incluso los presuntos ganadores – el euro y el yuan, en su realzado nuevo estatus- podrían resultar perdedores en algunos aspectos, si van a tener que lidiar con las indudables responsabilidades internacionales con las que cargó el Banco de Inglaterra durante un siglo y el Tesoro y la Reserva Federal norteamericanos durante cerca de 70 años.

Cómo sería un mundo
de triple moneda de reserva

Los grandes ganadores serían en ese escenario los comerciantes, esos operadores hábiles e insensibles en el mundo sin fronteras de hoy que no tienen lealtades nacionales sino que emplean cada segundo del día buscando ventajas marginales. No han hecho sino destruir toda racionalidad en los mercados de materias primas (donde, por ejemplo, en realidad no compran futuros de cobre porque produzcan cable de cobre; lo compran para venderlo al día siguiente con un 15% de beneficio), pueden comerciar contra una moneda nacional hasta dimensiones perjudiciales y pueden hacer subir y bajar los precios del transporte global hasta grados alarmantes. Podrán hacer su agosto cuando haya tres monedas globales de reserva con las que jugar.

Reserva FederalPor otra parte, ¿no querrán ser menos dependientes de una sola moneda los sensibles gestores del fondo soberano de inversión de Dubai? ¿No querrá serlo el fondo de pensiones de los empleados estatales de Noruega? ¿No querrá serlo un nuevo multimillonario ruso? ¿Por qué no extender las apuestas y repartir los huevos en más de una cesta? Después de todo, en 2025 las tres mayores economías del mundo serán, con diferencia, Estados Unidos, la Unión Europea y China- casi iguales, según diversas estimaciones- así que ¿por qué debería una de ellas cargar con el peso de tener la única moneda de reserva? Ya ahora, solamente cerca de un 61% de las reservas extranjeras están denominadas en dólares, y la cifra cae cada año. Como dicen los expertos, en el futuro, su suerte está echada.

Las monedas son las que
hacen que el mundo gire

Si todo eso sucede en 2015 o sucede 10 años más tarde, las consecuencias para Estados Unidos serán colosales. Quizá sea un alivio no cargar con el peso de la moneda reserva, tambaleándose al modo de un titán fatigado. Pero la transición tendrá un costo. Se habrán acabado los días en que el país podía encontrar vía de escape a sus descomunales deudas simplemente imprimiendo más dólares, mientras ningún otro país podía hacerlo. El resto del mundo dispondrá para entonces de nuevas opciones, y Moody´s y sus agencias de calificación hermanas podrían seguir bajando de categoría a Estados Unidos, haciendo de él un país normal que bien podría –horror- tener que adoptar las mismas buenas reglas de administración doméstica respecto a impuestos, gastos y déficits que Alemania o Suiza.

No lo van a tener fácil. Y la patente incapacidad de los políticos norteamericanos para pensar en términos estratégicos bien podría precipitar ese nuevo, inestable y quizás hostil orden mundial. Los más bien oscuros y técnicos artículos de la prensa financiera podrían traer aparejado un significado mucho mayor para el futuro de nuestro planeta que toda la fanfarria publicitaria a propósito del último iPod. Pues este último es sencillamente una herramienta que nos facilita las cosas. Pero las monedas son las que hacen que el mundo gire.

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5 Comentarios

  1. Es increible cómo la economía la explica usted en este artículo de forma amena y sencilla y, sobre todo, como algo que ocurrirá, coincido con usted, en que no se le da la importancia que debería. Buen artículo.

  2. Estupendo artículo en la línea que nos tienes acostumbrados. La pregunta a lo mejor es tonta, ¿por qué no vamos ya hacia esa coexistencia de las tres monedas que ayudaría tantísimo a la crisis actual? Extraordinario artículo.

  3. Muy buen artículo. La aplicación sería una solución, y según parece se va camino de ello. Esperemos que el buen juicio perdure sobre los tiburones financieros. Gracias por su artículo, perfecto en ejecución y documentado.

  4. Magnífico. es el adjetivo justo para este artículo.

  5. SI ES ESA LA SOLUCIÓN ¿NO CREE QUE LOS GOBIERNOS LA HUBIERAN APLICADO NO EN EL 2015 SINO EN EL 2000?

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