Reflexión de mi experiencia

Escrito por: María Celia Ferreira

Es irónico que las personas que estamos presas temamos a la palabra “LIBERTAD”. Decimos siempre que es un arma de doble filo. Después de que conocemos la cárcel… ¿Por qué pensamos eso? ¿Porqué no nos esforzamos en olvidar el mal paso que es o fue estar encerrados?

ReflexionandoEs entonces que reflexiono en que cada uno de nosotros nos hemos convertido en seres faltos de autoestima, optimismo, perseverancia, tolerancia y, sobre todo, con un temor inmenso a la vida real.

¿Quién dice que aquí no seguimos aprendiendo, reforzándonos como padres, hijos, esposos y seres humanos? Yo les digo que es muy fácil juzgarnos, incluso para nuestros propios familiares, conocidos y qué decir de los “amigos” que fingen que ya no existimos al saber que estamos presos, esos amigos de los cuáles al principio esperábamos una carta, una visita, o un “tranquilo, que aquí estoy contigo y pronto todo esto acabará”.

Tomamos fuerzas para
no temer a nuestra libertad

Dentro de la cárcel estamos personas que tratamos de superar este golpe de la mejor manera desarrollando distintas actividades. Me siento muy orgullosa de haber logrado un título de graduado en la E.S.O., curso que en mi adolescencia no pude terminar por distintas razones.

Aunque en algún momento hayamos cometido un error, ahora ha aflorado todo lo bueno que logran sacar de quienes nos dejamos ayudar. De esta experiencia tomamos fuerzas para no temer a nuestra libertad tratando de retractar nuestros errores.

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