Procedente de la tradición oral
Escrito por: Salama
Hace muchos años existió una serpiente llamada Munda, que se comía todo lo que encontraba en su camino: humanos o animales. Esto le causó mucho daño a la sociedad porque las personas no podían completar sus deberes de cada día como ir a trabajar, los niños no podían ir a la escuela y las mujeres tampoco podían cargar agua de los pozos.
El Rey organizó una reunión para ver la manera de eliminar a la serpiente Munda que había aterrorizado a todo el mundo. Inició la reunión prometiendo una gran recompensa a quien matara a Munda. En ese momento, un joven procedente de una familia muy pero que muy pobre prometió matar la peligrosa serpiente, y el rey le contestó al joven pobre que lo iba a recompensar con su hija más querida. Para que se casase con ella.
Al mismo tiempo, la madre del joven pobre le preguntó a su hijo: -¿Hijo mío, estas seguro que puedes matar a la serpiente? Porque la serpiente está matando a animales y humanos y tengo miedo de que te mate a ti también. – Dijo la madre. El joven le contestó a su madre: -Yo voy a intentarlo-
Entonces, el joven empezó a preparar todas las cosas que necesitaba para el trabajo, que eran las armas, comida, agua y algunas cosas más que necesitaba para adentrarse en el viaje hacia el bosque. Para cumplir su promesa.
Toda la comunidad, incluyendo a su madre, estaban muy preocupados por su seguridad. Pasaron los días y al fin el joven logró encontrar a la serpiente, y … la mató. Qué alegría, qué alivio sintió el joven.
Mi hijo, ese no es Munda
quien comió gente
El joven llevó la serpiente al pueblo. Antes entró al recinto de su madre y empezó a cantar una canción de alegría, la canción era así:
Madre ven y mira a Munda
Quien comió gente
(mientras bailaba con alegría)
Su madre respondió con alegría y alabanza –Mi hijo, ese no es Munda quien comió gente.- La razón por la cual contestó eso fue porque dudaba de la capacidad de su hijo porque todos los que fueron al bosque a intentarlo nunca regresaron.
Entonces la madre y el hijo fueron a llevar a Munda al Rey. El Rey llamó a toda la comunidad para que fueran a probar si era la verdadera serpiente Munda. Todos se reunieron en el recinto del Rey para probar si la serpiente era la verdadera serpiente Munda, y confirmaron que era la misma, la que comía gente.
Todos estaban muy contentos. Ahora con la muerte de Munda estaban seguros y sus vidas continuarían sin miedo como antes. Ahí mismo el Rey cumplió su promesa y fijó una fecha para la boda de su adorable hija y el joven pobre.
El día llegó y la ceremonia de boda se celebró con una gran fiesta y después con muchos regalos, entre los que había una gran parte de las propiedades del Rey.
El joven pobre y su esposa se quisieron mucho, vivieron una vida feliz y tuvieron muchos hijos.
Este es el fin.