Santiago Segura opina sobre “El Torrija 3″

Escrito por: Santiago Segura

Santiago SeguraIncreible despliegue de talento e imaginación. Encuadres singulares y maravillosas localizaciones. Interpretaciones frescas y sorprendentes. Un guión inteligente y original… Nada de esto se puede encontrar en el corto El Torrija 3, un claro homenaje a lo peor del cine patrio.

La dirección de Javier Mesa con la ayuda en el guión de Juan Escribá, son de resaltar, varazos en las costillas o una celda de aislamiento serían el mínimo reconocimiento que merecerían por su obra estos personajes.

Otro cantar es la actuación de Juan Barrul, qué rostro!, qué dicción! Qué porte! sin miedo a equivocarme, puedo asegurar que ha nacido una estrella.

Bromas aparte, muy divertido el corto y simpático, se ve que lo habéis pasado bien rodándolo y la gente se reirá viéndolo (así que ya sabéis, sobran las risas enlatadas).

Un fuerte abrazo y enhorabuena de “Torrija number one”,
Santiago Segura

 

* Nota de Redacción: No tenemos palabras para agradecer, al maestro e inspiración de todos nosotros, sus acertadísimas palabras (sobretodo en lo referente a los varazos en las costillas. Tus palabras son órdenes y nos pondremos a ello mañana mismo y cada día).

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2 Comentarios

  1. Así es, nada hay más reconfortante que poderse expresar y pasárselo bien. Luego, si el resultado es compartido por algunos que lo aprecian sinceramente, es lo más gratificante.

  2. Hace unos años, tuve ocasión de ser un colaborador directo de La Oca Loca y esa dignidad me permitió poder compartir, con sus protagonistas y equipo de rodaje, bastantes de los momentos del rodaje de “El Torrija 3″, de´poder reírme a mandíbula batiente durante el rodaje, junto a los actores torrijeros…

    Barrull, un consumado imitador y show-man que con este corto puso en peligro la estabilidad monetaria de Santiago Segura y a ratos libres un auténtico máquina de la rumba “cañí”… ¡Coño, si le dejábamos la guitarra y no nos dejaba dormir!… El teclista, un fenómeno, un descubrimiento que nos podría haber hecho ricos si hubiésemos tenido la idea de atrezzarlo con un sombrero, una cabra y una escalera… y el rapero ecuatoriano, todo un monstruo, (por lo feo que era el jodío), de la improvisación más instantánea…
    Aún conservo una letra que hicimos los dos como el más fiel recuerdo de esos desbarros que manan de las mentes veladas y los cerebros constreñidos…

    ¡Todo un elenco de promesas cinematográficas!… De esas que, en algunos días de imprevista claridad mental descubre el ecuo e impávido Javier Mesa…

    He dicho ecuo porque Javier es un ser que ostenta una cualidad difícil de encontrar: burlando la contumelia de los tiempos que corren, atesora una gran dosis de esa sensibilidad tan necesaria para hacer fácil la difícil tarea de ubicar, en el sitio exacto donde debe estar, a cada aprendiz de actor, ponderando sus capacidades previamente y ésto, créanme, con tanto grillo en la jaula, no es trabajo para cualquiera…

    Y he dicho impávido, (yo que incluso le dediqué una burlona diatriba y le veía casi cada día partiéndose de risa a la menor burrada que le soltaba), porque su rostro era un expresivo poema, (y no de Angel Guinda, al que con mucho cariño recuerdo), cuando alguno de los miembros del elenco, (como aquellas cabras que se salen de la tortuosa vereda de la montaña), hacía de las suyas con algún “gag”, (o paja mental, llámelo cada uno como quiera), sobrevenido instantáneamente de las profundidades de alguna mente extorsionada por su propio dueño en aras de conseguir el tan buscado momento televisivo que todos ansiamos tener alguna vez en la vida, porque, ¿a quien no le apetece sentirse protagonista de algo al menos durante unos minutos?…

    Queridos lectores de La Oca Loca: yo también fui uno de los elegidos para participar en la ardua tarea de elaborar y difundir esta revista y, como testigo de honor de las tropelías cinematográficas de ese pedazo de cinéfilo llamado Javier Mesa, (con quien me cupo el honor de compartir firma en varios artículos de La Oca Loca), puedo dar fe de que si a este “soterrado” Director Cinematográfico se le diera una ínfima parte del presupuesto de producción de alguna película de bajo coste y se le dejara hacer, el resultado sería una obra maestra que envidiarían, por citar un par de maños ilustres, Directores de la talla de Luis Buñuel o Carlos Saura, porque Javier, querido amigo, tú no tienes desperdicio promoviendo el desarrollo de la creatividad en un lugar que, cruel paradoja, hostilmente promueve todo lo contrario.

    Por ello, a pesar de haberme extendido bastante en mi comentario, (que no dudo entenderás en la primera lectura que de él hagas), resumo en breves palabras lo que quiero destacar de ti: A) que eres un creador nato y, lo más importante, B) que eres un gran promotor e impulsor de la creatividad ajena, lo cual es una buena muestra de tu inteligencia y generosidad, ya que, partiendo de cero, has sabido impulsar una isla de cultura en medio de un complejo mar lleno de turbulencias y remolinos.

    Me reitero: fue todo un placer colaborar, (en esos casi dos años que duró mi estancia por tierras mañas), tan directamente contigo y te envío mi más sincero abrazo, diciéndote muy quedo al oído: no desfallezcas, sigue empujando, tira p´alante mañico, (como decíamos a diario), a ver si esa isla va creciendo y se convierte en un archipiélago de cultura cinematográfica y tu esfuerzo se ve recompensado con algún tipo de reconocimiento, al que, quienes hemos tenido el placer de conocerte en persona y el orgullo de haber sido colaboradores tuyos, nos sumaremos con gran regocijo y alborozo, porque te lo mereces, y ésto te lo digo desde lo más hondo de mi corazón, porque nunca vi tanto derroche de calidad humana junto a tanto exceso de talento creativo.

    Recibe todo mi sincero apoyo y continúa sin miedo tu importante labor, caiga quien caiga y le pese a quien le pese, porque tu eres como un paladín de la cultura que, empuñando y manejando con suma destreza las armas que como tal caballero velas cada día, nos has abierto, abres y abrirás las puertas de la cultura a través del cine, enseñando a muchos profanos del séptimo arte su verdadero valor y, a la vez, nos has inculcado que aprendamos a amar el cine por lo mucho que al bagaje personal de cada uno aporta y, a la vez, lo que significa dentro de la cultura.

    Con todo lo que anteriormente he dicho, quiero ya dar por finalizada mi opinión enviándote mi más cordial y sincero agradecimiento por hacer lo que haces, por seguir despertando las mentes dormidas y los sueños atrapados y te deseo una larga trayectoria al frente de nuestra querida Oca Loca, porque, parafraseando el título de una famosa canción, (y adaptándolo con mi retorcido distorsionador mental):

    “LOS VIEJOS OQUEROS NUNCA MUEREN”. ¡Honor y gloria al César!

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