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Dime cómo escribes… (2ª parte)

Posted By Mª Pilar Sancho On 26/04/2012 @ 06:10 In Apuntes,Miscelánea | No Comments

Hay que tener en cuenta, como decía en el primer artículo, que el grafólogo no es médico, ni psicólogo, ni psiquiatra. No hacemos diagnósticos ni damos remedios médicos, porque no es la misión del grafólogo. Hay que saber ser prudentes y no emitir juicios tajantes; la tarea es otra: observar distintos escritos y con arreglo a eso, describimos rasgos de personalidad o tendencias.

También, quiero dejar claro que a través de estos artículos no pretendo hacer un breve resumen de la grafología, ni organizar un mini-consultorio grafológico, pues me estaría contradiciendo con todo lo señalado anteriormente: que sin ser una ciencia, la Grafología requiere estudio y dedicación y que de una característica observada aisladamente, sin el conjunto, no podemos decir nada o incluso caeríamos en contradicciones.

Y ya entrando en faena, a la hora de ponernos a trabajar con un escrito, hay que mirar primero “a vista de pájaro” aquel escrito, la visión general, fijándonos en la primera impresión. Así miraremos la sensación o no que nos da de orden, la legibilidad, los márgenes, la claridad, la amplitud tanto entre palabras como entre líneas, los márgenes…todas esas características, aún sin saber mucho, nos hablan de un tipo de mente clara, ordenada, reflexiva, de ánimo estable, con cierto autocontrol o por el contrario, de una tendencia a la irreflexión, confusión de ideas, intenciones poco claras o timidez.

A mayor legibilidad,
mayor claridad de pensamiento y actuación

En principio, a mayor legibilidad, mayor claridad de pensamiento y actuación; la ilegibilidad, es también señal de angustia, poco control y poco compromiso, falta de claridad de intenciones, aunque hay que valorar también las condiciones en que está escrito: unos apuntes tomados a toda prisa y queriendo aprovechar el papel al máximo será diferente a una carta escrita con calma y pensando en la persona a la que va dirigida.

vista generalSi la impresión general es de equilibrio y compensada (gestos, movimientos, tamaños, zonas blancas y escritas) también la persona podemos decir que se caracteriza por su claridad de ideas, mesura y equilibrio.

En cambio, un escrito desordenado, poco legible, denota también problemas para organizarse, tendencia a la irreflexión, a la confusión y predominio del sentimiento frente a la razón; aunque hay que tener en cuenta por supuesto, la edad y preparación del que escribe y en muchos casos la ilegibilidad puede ser señal también de timidez y puede ser por deformación profesional, como el caso conocido de la letra y firma de médico.

El caso de las firmas lo trataremos más adelante pero señalo ahora que la mayoría de las firmas de los políticos son ilegibles, de hecho, la firma ilegible se le llama “la firma del político”.

En esa primera impresión que estamos realizando, nos fijaremos también en los signos ortográficos, ya que su falta puede denotar descuido, despiste, rebeldía. Por el contrario, si abundan, nos habla de un aumento de la parte emocional, perfeccionismo y lo mismo si son exagerados.

Nos quedamos en la vida
con lo que se espera de nosotros

A veces en un escrito, reconocemos la letra y forma de escribir enseñada en el colegio; si con el tiempo esos rasgos se van modificando, ya manifiesta una manera de ser distinta del que a lo largo de la vida, mantiene los cánones aprendidos: podemos hablar de cierta forma de “servilismo” o acomodación y facilidad para seguir un modelo aprendido, nos quedamos en la vida con lo que se espera de nosotros.

dirección, márgenes e inclinaciónEl papel que utilizamos (recuerdo que se utiliza un papel en blanco) es la vida, el texto escrito, el yo manifestado, social y la firma, el yo íntimo: una breve biografía: cómo soy en realidad

Cuando hay disociación en alguno de los caracteres entre la firma y el texto, también hay disparidad entre mi manera de ser en la intimidad y ante las personas, en el trabajo, en mis relaciones sociales etc.

Así por ejemplo y estudiando algunas características grafológicas:

el tamaño de la letra: denota la autoestima, a letra más grande, ésta es mayor.

la inclinación de las letras: es nuestra relación y aproximación a los demás, cuando la letra es inclinada a la derecha, hay facilidad para relacionarme con las personas.

la dirección de las líneas: señala cómo me enfrento a los problemas, si la dirección “cae” tiendo al pesimismo, también puede ser una situación de cansancio, la dirección hacia arriba es señal de optimismo y también, de valorar poco lo que tengo.

la presión con la que escribo es la voluntad y energía, que será mayor a mayor presión al escribir.

El margen izquierdo nos habla
del pasado, la tradición, la familia

Si una persona escribe un texto con dirección ascendente, mientras que la firma es descendente, denotará afán por superarse y afrontar las dificultades al estar con los demás, pero que se “derrumba” una vez a solas y en la intimidad…y así con las demás características siempre que exista, como digo, disparidad entre texto y firma en alguna/s de las características que estudiamos.

vista general IOtro rasgo a tener en cuenta son los márgenes: el margen izquierdo, nos habla del pasado, la tradición, la familia: a menor margen, mayor apego a todo ésto. El derecho en cambio, nos habla de futuro, de proyectos, planes: si dejo poco margen a la derecha, señal de que tengo todos los planes abiertos y me lanzo al futuro con audacia, por el contrario, si estoy escribiendo y dejo un amplio margen a la derecha, tengo cierto “miedo” al futuro y a proyectos.

La forma de la letra, más o menos angulosa nos habla de rigidez, sentido del deber, persona responsable y más bien lógica, mientras que si es redondeada, hay mayor dulzura, flexibilidad, es también más intuitiva y perezosa. Otras veces se hace una escritura llamada “filiforme” por su poca forma y parecido más bien a un hilo estirado: son personas ágiles, intuitivas, dinámicas…que pueden pecar de precipitadas e impacientes.

Muchas letras tienen lo que se llaman “crestas” (la l, la f..) y otras “pies o hampas” (la j, la g): la altura y proporción de éstas, nos habla también de idealismo, espiritualidad, utopía, y en cambio, la amplitud y tamaño de los pies, importancia que doy a lo material, el instinto.

Como somos personas y no autómatas, no escribimos, incluso en un mismo texto, siempre igual: en ese caso nos fijaremos o bien en la frecuencia, en el número de veces que lo hago de una manera o de otra (ej palos o travesaños de la t, habría que contar cual es el más frecuente) o bien, en las líneas finales más que al principio pues es cuando escribo con una mayor desinhibición, de manera más inconsciente.

Se estudian también
los dibujos distraídos

Se estudian también los dibujos distraídos, ¿quién no se ha puesto a dibujar mientras habla por teléfono, o escuchando una conferencia o una clase que le está resultando excesivamente larga y aburrida? Pues hay que saber leer detrás de esos dibujos. Si predominan los trazos rectos, también predomina en la persona la razón, la intelectualidad; si son puntos y flechas nos hablan de cierta agresividad, si son curvos tiene más fuerza el sentimientos y la introversión. Las espirales denotan narcisismo y cuando están ennegrecidos, ánimo bajo. Si me dedico a dibujar animales agresivos: hay cierta inadaptación, oposición. Mientras que los dibujos de flores pueden denotar carencias afectivas.

vista general IITodas estas características (tamaño, forma, inclinación, presión…) que hemos ido señalando, se puede aplicar a los números: cifras mejor o peor hechas, con orden, más redondeadas, picudas etc. y nos reforzarán y completarán lo que vemos en la escritura.

Existe también un test de la familia para aplicar a los niño-as de Louis Corman, psicólogo francés, para evaluar su afectividad.

Insisto en que ninguno de estos rasgos antes señalados hay que estudiarlos por separado. Así serán señales de idealismo en un escrito: presión floja, trazos suaves, zona superior de algunas letras muy desarrollada, barras de las “t” altas, puntos de las íes asimismo altos y , a veces, redondeados, y algunas características de la rúbrica que aún no hemos analizado.

Además, el mismo rasgo cuando se valora junto con otros, puede variar su significado: así en una escritura lenta no marcar el travesaño de la t es señal de poca voluntad, mientras que en una escritura rápida, es sentido práctico.

Adjunto algunos escritos con los que, además de con los nuestros propios, podemos hacer distintas prácticas de observación y comprobación de las características de las que he escrito.

grafoterapiaEl primero que aparece como “Vista general” corresponde a una carta de Salvador Dalí; los otros dos “Vista general I y II” a dos cartas escritas para selección de personal: en ellas puede analizarse las distintas características como orden, márgenes, tamaño, dirección, inclinación, etc. así como en la otra muestra escrita por alumnos de un colegio.

Por último, incluyo una muestra de un niño antes y después de acudir a la grafoterapia para mejorar a través de la letra, su carácter y relación con los demás.


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