Intempestivo
El ojo del huracán,
mientras oteo las
medias
con la mirada entornada.
La vorágine en círculos.
La turba que rodea.
Y de inmediato, la
farola fusionada
despierta.
Figuras a contraluz,
cantando en
corro: “¡Oh, vorágine!
¡Oh, tormenta!”
¿A cuántos
ligeros arrastraste
ya?
Sentir de una presencia
que me tapona con
su dedo pulgar.
Que lo que aquí
llegó, espera su
desaparición.
Permanencia neurálgica.
Mi espera me lleva
a cabecear el temor.
“¡Oh, vorágine! ¡Oh, tormenta!”
